Estoy preocupada. Creía que las mentes de la féminas habían avanzado con los tiempos. Que habíamos dejado atrás la idea de que toda mujer necesitaba un hombre que la convirtiera en su esposa para tener por fin una vida feliz. Cuando contemplo de lejos esta idea, me viene a la mente Doris Day dentro de vaporosos vestidos años 50. Muy el siglo XX.

Pero, ahora, me doy cuenta de que no hemos dejado atrás tantos vicios como yo pensaba. Tengo una hija, casi abandonando ya la adolescencia, que hace lo que sea por volver junto a su novio. Ese que ha dejado tres veces la relación en suspenso, para tomarse un tiempo, dice, y ella ha mendigado su amor, en sus condiciones, las mismas tres veces.

El tipo no me cae nada mal. Ha aportado a la criatura una serenidad que no tenía y necesitábamos, así que por mi parte, solo hay gratitud.

La Niña ha dejado de lado su vida y a sus amigas para dedicarse en cuerpo y alma a su amor, y cuando se pierdan definitivamente, que se perderán, ¿qué le quedará a ella?

No es solo preocupación de madre. Una muy querida amiga se dejó morir por amor. O mejor dicho, por desamor. Su marido, su ídolo, su mitad, la dejó. Y ella no entendió su vida sin él.

¡En serio!

En ella se cumplió el milagro y a los tres años resucitó, pero esos 36 meses fue una zombi. Ahora se siente inhabilitada pera poder querer a nadie más, porque aun reconociendo que su ex no era el dios que ella se había creado, no puede evitar comparar a todos con él y descartarlos. Y se habrá perdido aventuras maravillosas, caricias desconocidas, carcajadas libres y sonrisas sinceras, pero como no venían de su verdugo, no quería saborearlas.

Creíamos que habíamos avanzado kilometros, y siento que más bien todo lo contrario, que estamos retrocediendo. Como si de una moda se tratara, que se repite cíclicamente, me encuentro con pensamientos retrógrados que vuelven a primera línea de la actualidad. Niñas que ven normal el cerco a su libertad por parte de sus imberbes novios, la dependencia del amor de algunas jóvenes, la muerte en vida de muchas mujeres por mantener un hombre en casa. 

No creo en este tipo de amor, eso es dependencia, y necesitamos un mundo de seres libres.

¡Mujeres del mundo, abramos los ojos!

@mardelolmoescritora