Cuando leí la noticia no pude sentirme más conmovida. Recientemente, un tuitero nos mostraba la reacción de su sobrina de 6 años cuando la dijeron que tenía problemas de visión y debía llevar gafas. «Como podéis ver, no está muy entusiasmada», dice el tío de la criaturita, pero viendo su cara tenemos claro que está a punto de echarse a llorar.

Y he quedado pensando, que esta pequeña SÓLO TIENE 6 AÑOS. Una tierna edad en la que no debería estar todavía preocupada por su físico, pero lo está. Porque, hablando en plata, a lo que esta niña la pasa es que se ve fea, rara, diferente a los demás niños. 

Está demostrado a los seis años, niños y niñas ya tienen formada una imagen acerca de ellos mismos, que comparan inevitablemente con la de los demás, iniciándose un peligroso camino: la de la aparición de complejos e inseguridades. Pero estas comparaciones pasan facturas diferentes: las niñas crecen teniendo de media una menor autoestima que sus compañeros de clase varones. Una vez más se demuestra como las exigencias de género (ser guapa, además de tranquila y obediente) hacen estragos en nosotras desde bien temprano. Seguro que recordáis el maravilloso vídeo titulado «corre como una niña» en la que las propias peques no entendían que hacerlo así era hacerlo peor. Sin embargo las adultas sí hacían conductas ridículas cuando las pedían que interpretaran cómo se lanza una pelota o se pelea como una niña. Conclusión: hay un momento en nuestras vidas en el que nos convencen de que somos menos válidas que los hombres.

 

 

Podemos hacer muchas cosas para mantener fuerte la autoestima de las niñas: alabar sus logros, demostrar amor incondicional por ellas, reforzar sus cualidades, detectar sus creencias limitantes y corregirlas, mostrarlas modelos femeninos inspiradores…  Existen cuentos preciosos para que las niñas crezca sabiéndose capaces de conseguir todo lo que se propongan. Y por supuesto, ser un ejemplo a seguir para ellas: en Weloversize somos una comunidad que tiene el body positive por bandera. 

 

 

La sobrina del tuitero recibió más de 8.000 respuestas de apoyo demostrándola que llevar gafas  no sólo no es el fin del mundo, sino que puede ser realmente guay. Afortunadamente, algo está cambiando.

Las Lunas de Venus