Hace cerca de un año que sufrí una revelación insólita: la cara que yo me veo no es la que todo el mundo ve.

Hasta entonces, yo me había grabado en vídeo para compartir reflexiones aleatorias en mis historias de Instagram. Pero, un día, en lugar de grabarme directamente en Instagram, lo hice con la cámara del móvil. Y no me reconocí.

Me veía la boca ladeada y un agujero de la nariz sustancialmente más grande que el otro, entre otros descubrimientos. Aquello me causó desasosiego. Me pasé TODA LA SANTA TARDE explicándole a mis amigas lo que me pasaba y mandando vídeos para que vieran la diferencia. Lo que yo quería saber era simple: ¿cómo era verdaderamente mi cara?

Les pregunté que ellas cómo me veían, si como la versión o como la versión B. Y, para mi absoluto estupor, la versión que ellas tenían de mí era LA MÁS FEA.

No estaba preparada para esto

Lo mismo esta es una de esas cosas que se saben y la única que no se había enterado era yo, como le pasó a esta muchacha. Resulta que el fenómeno tiene una explicación: el espejo refleja nuestra cara con los rasgos invertidos.

Habrá quien no le dé importancia, pero a mí aquello me generó toda una crisis de identidad. Toda la vida pensando que tenía una cara, y resulta que tengo otra. Increíble.

Me di cuenta que me había estado maquillando para mi cara del espejo, no la verdadera.

Me di cuenta que me había estado haciendo la raya del pelo en el lado que no era.

También me di cuenta de que llevo el piercing de la nariz en el lado “malo”.

Toda la vida “arreglando” la cara que no es.

Busqué información al respecto y encontré una app llamada “Reversal mirror” que ya nunca he borrado de mi móvil, porque mi cámara no tiene la opción de voltear para comparar. Te muestra tu imagen real y tu imagen volteada, que es la que ves en un espejo normal. Los comentarios de la app me hicieron la tarde:

Al principio me vi horrible!!! Y yo que me veía tan hermoso en mi espejo xd”.

Jajaja tremenda aplicación. Me funcionó para ver lo feo que soy en realidad. Realmente en el espejo y fotos me veo muy bien, pero ya había notado mis defectos, los cuales resultaron ser ciertos”.

Demonios, siempre me peiné al revés”.

La app es muy buena. Me demostró que sigo siendo igual de feo en el espejo (pensé que como las personas que son lindas y se ven feas con esta app yo sería al revés, pero no)”.

¡Dios, cómo los entendía!

baja autoestima

Bueno, pues no está tan mal

Pensé en comprarme un espejo “real”, sin inversión, pero no llegué a tanto. Me limito a abrir la app de cuando en cuando y, a fuerza de hacerlo, me he acostumbrado a mi imagen real hasta aceptarme.

Es la principal utilidad de la app, pero hay otra: confieso que me divierte ir contándole la verdad a la gente y viendo su reacción al ver la realidad. “¿Sabías que tu cara no es como tú la ves en el espejo?”. Me he dado cuenta de que no era la única, hay mucha gente que no lo sabe. Así que ahora les abro la app, les digo que admiren la versión que conocen y, en un clic, pongo la real.

Hay gente que dice que no aprecia la diferencia, y a esas las odio un poquito.

Otros dicen que les gusta más la versión del espejo, que era la que ya conocían, pero se olvidan 10 segundos después.

Una amiga tuvo una reacción similar a la mía. Me pidió abrir la app 20 veces para repasar unos presuntos “defectos” que, en realidad, solo ella ve. Igual que yo aquel día. “Tía, es que me veo la cabeza para el lado y todo”. Fue una noche de fiesta y se le pasó cuando un tipo le dijo que se acababa de enamorar de ella al pasar a su lado. “Ea, pues mira, no soy tan fea”, dijo.

En fin, ojalá estas pequeñas catarsis personales de primer mundo fueran las únicas que hay que afrontar en la vida. Cachondeíto aparte, me fascina cómo la vida desmonta hasta lo que una creía una realidad cotidiana absoluta. ¿Qué será lo siguiente?

Esse