Bueno, igual he exagerado un poco, sí que me despeiné y fue una tarde muy larga. Desde las 15h hasta las 21.30h para ser más exactos.
Me llamo Carmen, tengo 54 años y me estoy tirando a un chaval de 25, el cual me está dando todos los orgasmos que mi marido no me ha regalado en los más de 30 años que llevamos casados.
El chico me tiene acostumbrada a muy buen sexo, pero lo del otro día se nos fue de las manos y yo no creo que vuelva a vivir algo como aquello en lo que me queda de vida. Asumo que también tendrá que ver la locura de desajuste hormonal que llevo con la menopausia y que ese día tendría yo la líbido muy alta o algo, porque madre mía, qué bien me lo pasé.
Con este chaval estoy haciendo cosas que no había hecho en toda mi vida, follamos en todas las partes de la casa y de todas las posiciones que os podáis imaginar, tenemos un safari sexual dentro de mi piso y qué bien, la verdad. Pues el caso es que aquí mi compañero de cama, me dijo que me metiera a bichear por internet y que comprara algún juguete para que probáramos juntos. ¿Qué hizo yo? Pues entrar aquí a WLS para ver cuál era el último grito en los sex toys (creo que se dice así) del momento.
Pues mirad, aquí tenéis mucho jaleo, porque cada una habla de una cosa y en el foro otras tantas dicen que a ellas eso no les gusta nada de nada, así que qué hice yo, pues cogerme un surtido. Que para eso tengo sueldo, para usarlo. Y si es en salud, pues mejor que mejor.
Me cogí de todo, me gasté más de 200€. Lubricantes, un satisfyer el diva ese (el que más me ha gustado), una V… Yo qué, un variadito. También me compré un conjunto de lencería y unos preservativos que no eran de marca durex porque una sexóloga así lo recomendaba y qué acierto también.
Cuando recibí al jovenzuelo, con mi picardías negro, las tetas casi en el cuello y tacones y todo, casi le da un ataque, que una cuando se pone: se pone. Qué bien sienta invertir tiempo y dinero en una misma, pasarse la tarde maquillándose, peinándose, echándose cremas, poniéndose mascarillas, limpiar la casa, cambiar las sábanas, abrir un vinito blanco y hacer el amor. Mucho y sin piedad.
En realidad echamos dos polvos, uno en la cama y otro en la mesa del salón, pero es que me corrí cuatro veces en el primero y tres en el segundo. Vivan los juguetes sexuales, queridas. No sé cómo he dado lugar a pasar el medio siglo para empezar a descubrir el sexo, pero bueno, más vale tarde que nunca, como dicen por ahí.
En el primer quiqui usamos un lubricante, un aceite para masajes, unas esposas, una pluma y un antifaz para tapar los ojos. Empezó siendo todo muy sensual, muy despacio, muy de gozar a cámara lenta y acabo haciéndome dedos a la velocidad de la luz mientras me ponía un estimulador de clítoris de esos a 200km/h. Fue el mejor orgasmo de la tarde y de mi vida en general.
En el segundo ya investigamos con más cosas, me puse el V esa. Que es como un aparato que te lo introduces en la vagina a modo de penetración y vibra, luego tiene como una extensión que va al clítoris y vibra también. Entonces a él le vibra el pene y a ti te vibra todo lo que te tiene que vibrar. Fue muy guay ese, aunque no el mejor. Luego compramos también unas bolitas para el ano, era la primera vez que yo me metía algo por ahí y él también, porque lo probamos los dos, compré una para cada uno y, sin duda alguna, a él le moló mucho más que a mí. Aunque repetiré, a ver si le cojo el gustito, pero vamos, que no fue una sensación muy agradable. Y acabamos usando otra vez el vibratón tres mil ese mientras me daba a cuatro patas. También muy buen colofón final.
A lo que voy, mujeres mías, de mi generación, menores y mayores: disfrutad de vuestro cuerpo. Con vuestros maridos, solas o con quién estéis. Yo le planteé el otro día aquí al señorito que quería hacerme un trío con alguna chica, me daba igual la edad. No sé cómo saldrá, pero si sé que tengo muchísima curiosidad. No os digo que seáis tan atrevidas como yo, pero sí que deis rienda suelta a la imaginación y que probéis cosas nuevas, nunca sabes todo lo que puedes descubrir y todo lo que te estás perdiendo.
Anónimo