Follodrama: jugué a la botella con amigos y me levanté sin recordar la mitad de la noche.

Hoy vengo a contar el día en el que di mi primer beso y todo lo que pasó después. La verdad es que conservo el recuerdo de esas vacaciones entre algo turbio, erótico y difuso por la borrachera, todo a la vez. Os pongo en situación. Yo era una feliz adolescente de 16 añitos, todavía sin saber de la vida y todo lo que me depararía el futuro. Corría el año 2011 y mi mejor amiga me había invitado unos días a su pueblo, realmente me parecía un planazo (y vaya si lo fue papito). 

El plan era ir con tres amigos suyos (puntualización: mayores de edad los tres, que ahora lo pienso y me repugna, pero a ellos parecía no importarles una mierda los muy cabrones) y pasar unos días tranquilos en su casa. Dormimos fuera en el jardín en unas tiendas de campaña, porque no había camas para todos, pero a mi esa idea me encantaba.

Cuando les conocí me parecieron majísimos (pobre ignorante) y había uno de los tres que me gustaba especialmente. Después de una tarde divertida de risas en la piscina, cenamos todos juntos y empezó lo bueno. Entre risas a mi amiga se le ocurrió jugar a la botella. Eso sí, aquí cero mierdas, si a un tío le toca liarse con un tío pues también se lían, hombre no.

Yo entonces no sabía que era bisexual, pero cuando me tocó liarme con mi amiga pensé que por qué no podría durar un poco más, que me gustaba, que linda yo y ahora voy por la vida comiendo coños, como ha cambiado todo.

la botella

Bueno, que me desvío, jugamos a la botella, todos nos líamos un poco con todos la verdad, era aquello una orgía de saliva y alcohol. Mi primer beso fue esa noche, con uno de esos chicos. Y no, no con el que me gustaba. Pero bueno, ahí fui yo. Y todo bien hasta que le mordí el labio y empezó a sangrar, es que ni siquiera sé cómo pasó eso.

Cuando me tocó el que me gustaba, joder, ahí ya sí que me volví loca. No le mordí ya ni nada, aprendí la técnica correcta después del primero, pero gozé como una perra.

Al día siguiente íbamos comiéndonos la boca por todo el lugar, que si en la piscina, en el futbolín, que si ven un rato al sofá conmigo. Tengo un recuerdo muy erótico de todo eso, pero sabían que nunca habíamos tenido sexo con nadie (erradiquemos ya el concepto de virginidad s´il vous plait) asique respetaron que no quisiéramos acostarnos con ellos. Yo la verdad que no estaba para nada preparada, así que lo agradecí.

Hasta que, durante la segunda noche, jugando de nuevo a la botella, me lié otra vez con los tres. Todo iba genial, nos lo estábamos pasando de miedo y de repente pestañeé y pum, era por la mañana.

la botella

No recuerdo cómo llegué a la tienda, qué pasó antes, ni durante, ni nada de nada. Solo tenía pequeños flashbacks de la noche anterior. Y, como si fuera esto una comedia mala de Hollywood, me giré y estaba en mi tienda el chico al que le di mi primer beso, que realmente no me gustaba, tumbado a mi lado.

WHAT THE FUCK.

Empecé a emparanoiarme claro, tenía solo 16 años, no recordaba nada del alcohol que bebí, y mi primer pensamiento fue por supuesto que habíamos tenido sexo (vamos, que me había violado, porque yo estaba inconsciente).

Por más que le pregunté me super aseguró que no, que solo nos dimos unos besos, que jamás se le ocurriría tocarme estando así. En fin, un poco turbia la cosa. Lo que me dejó tranquila es que ambos estábamos vestidos al completo, y él la noche anterior también iba muy borracho asique realmente dudo que pudiese haber pasado algo, lo más probable es que cayésemos agotados en la tienda.

Sin embargo, fui a la farmacia a por un test de embarazo para asegurarme, y me hice un chequeo médico. No les volví a ver, y realmente con los años toda esta historia de la botella, me ha parecido cada vez más turbia. 

Consejito final: no bebáis tanto alcohol como para no acordaros de lo que habéis hecho, cuidaos entre vosotras y siempre ante situaciones así, ir al médico y a denunciar si ha pasado algo. Siempre.

Te Falta perreo