Es este post de Mia Shekmet el que motiva que escriba esto, por la experiencia que cuenta y las reflexiones tan interesantes que comparte. Queremos ser una comunidad que apoye y tienda la mano, a ella y a futuras colaboradoras de Weloversize, así que comparto esto desde mi propia experiencia.

De la tensión y las iras en redes sociales no se escapa nadie. Seguro que tú, sin tener un blog ni nada similar, también te has enzarzado en una discusión con algún/a desconocido/a. Y a veces afecta más de lo que nos gustaría, así que viene bien tomar perspectiva.

1. Un texto no te define

Escribes sobre algo concreto que te ha pasado y te has tomado de una forma determinada, y no de otra. Lo haces en un momento concreto de tu vida, y no en otro. Eligiendo unas palabras concretas, y no otras. Estamos en constante evolución, y tú misma puedes tener una opinión diferente el día de mañana.

Habrá quien coja tu texto y crea que tiene una imagen completa sobre ti, pero no. No saben NADA de ti, solo lo que hayas intentado plasmar en unas cuantas líneas. Ni por un segundo te creas esos comentarios que empiezan por “Seguro que eres la típica que…”, o “Te mereces que…”, o “Eres…”. Si aciertan en algo, es pura casualidad y siempre será reduccionista.

2. Quédate con lo que suma

Leer los comentarios ayuda mucho a mejorar tu escritura y aporta algo incluso más útil: otros puntos de vista que, posiblemente, no te habías planteado. Es muy enriquecedor. Y, afortunadamente, en esta y otras comunidades hay personas dispuestas a dar su opinión con todo el respeto. Sin suponer nada de ti y sin faltar. Con esos comentarios son los que hay que quedarse.

¿Hay comentarios que arrojan otro punto de vista con muy malas formas? Desechables. ¿Alguno que insulta? Hiperdesechables. De verdad, ni un minuto pierdas en procesarlo, que la vida es corta. Quédate con lo que suma.

Es curioso, porque hay personas que te hacen daño para recriminarte el daño que, según entienden, tú le estás haciendo a una persona que citas en tu texto. Ya ves que todos/as tenemos contradicciones.

3. Ten en cuenta el entorno online

No nos comportamos igual online que offline. Tener a la persona delante varía siempre la actitud.

Si una amiga te pregunta qué te parece su atuendo en una boda, y a ti no te gusta, te esforzarás en encontrar palabras para no ser dura con ella. Puede que vayas a lo fácil y, directamente, le mientas para no hacerle daño aunque te haya pedido sinceridad. En cambio, serás rotunda en un comentario en el último post de una influencer.

Ten en cuenta esto cuando leas críticas, que no se practica igual la empatía en redes. Ni se interpretan igual los textos. Y con esto no justifico los comentarios que se pasan, claro que no.

Mujer chateando con su móvil.

4. Activa filtros

Lo de escribir con pseudónimo es muy útil, por ejemplo. Es una manera de activar filtros y ayuda a ver la crítica de un modo más externo. También sirve para proteger a tu entorno y que no se reconozca en el texto, en caso de que escribas sobre situaciones personales.

El filtro más radical, por así decirlo, es NO leer los comentarios. Si te afectan, de verdad, no lo hagas. Porque el siguiente paso sería dejar de escribir, y eso NO se contempla.

5. No escribas para agradar

Añado: a no ser que solo pretendas entretener y/o generar comentarios positivos. Asume que siempre, SIEMPRE, va a haber opiniones divergentes y gente a la que no le gustará tu estilo. Intentar agradar a todo el mundo no solo es poco realista, sino que te someterá a un desgaste que acabará por desdibujar tu texto y también a ti, como autora.

Otra cosa es quedarte en tierra de nadie, decir en el mismo texto una cosa y la contraria o practicar la equidistancia. Yo he caído en eso y, con frecuencia, ha sido peor. Los resultados han sido demasiado etéreos y he mareado a las lectoras.

Hombre al que no se le ve la cara con un móvil en las manos

6. Pide opiniones

No se trata de escribir para agradar, ya, pero no pierdas de vista que esto tiene una doble vía: tú escribes, alguien lee. Hay que pensar en cómo la persona receptora podría interpretar el mensaje, porque igual tu intención era radicalmente diferente.

Es posible que tú no caigas, pero alguien de tu entorno sí. Pídele ayuda para calibrar esas otras interpretaciones, y reajusta sin dejar de reflejar tu opinión.

Todo esto viene, simplemente, de alguien que escribe, se expone de algún modo y también ha tenido que lidiar con las críticas. El hábito ayuda (y también la terapia), así que… ¡no dejes nunca de escribir!

Azahara Abril

(@azaharaabrilrelatos en Instagram)