Lo estás haciendo bien, mamá. Tú que me estás leyendo, que acabas de tener (o hace algún tiempo ya) un bebé precioso. Tú que miras esos ojitos, esa sonrisa, esa cara y se te quitan los males todos.

Mamá, tú lo estás haciendo bien. Si das el pecho, si no lo das. Si llevas a tu hijo demasiado abrigado o si lo llevas en body. Si duermes con él en tu habitación, en tu cama, o si tiene su propia habitación y la usa desde el primer día. Si le das chupete o dejas que se coma la mano.

Lo estás haciendo más que bien. Tú que has tomado las decisiones que creías mejor para tu hijo. Que lo educas como crees que se deben formar las personas. Lo estás haciendo perfecto, mamá. Porque sólo tú sabes lo que necesita tu hijo.

Y ahora, viene el desahogo. Meted las opiniones por donde os quepan. Por favor, sé que a ti, ese santo remedio para que durmiera la noche del tirón, te funcionó desde el segundo mes, pero es que no sabes lo que me gusta que mi hija me despierte todas las noches solo para saber que su mamá está ahí, porque la echa de menos.

Sé que a muches os parece mal que saque mi teta en público para alimentar a mi bebé pero es que si supierais lo que siento cada vez que chupa de mi pecho mientras me acaricia con sus manitas, o me mira con esos ojos. ¿Que me usa como chupete? Pues mira qué bien, mi hija tiene un chupete de 100 kg que le da calor y cariño 24/7.

 

Creo, desde siempre, que cada cual puede hacer con su vida lo que considere mejor. Y las opiniones siempre estarán ahí. Pero de verdad, que una mamá está cansada de que le den consejos que no ha pedido y opiniones que no van con su forma de criar a un bebé.

Que amamantar a un bebé no lo malcría, así sea hasta los 7 años, no lo hace más dependiente y dar el biberón no hace niños obesos ni les traumatiza. De verdad, que cada una sabe lo que es mejor para su hijo. Que si cojo a mi bebé cada vez que llora y se acostumbra a estar en brazos, es, únicamente, mi problema y ya lidiaré con él. Pero es que igual creo que dejarle llorar no es la solución que yo quiero darle.

Que si he decidido que mi hija no tiene porque ir siempre vestida de rosa, con capota y zapatitos de charol y, algunos días, la visto en chándal, es porque no le va a pasar nada. Y si va de azul, o con ropa heredada por su primo y le dicen que parece un niño, pues muy bien; es que me da exactamente igual.

Mamás del mundo, lo estamos haciendo bien. Nuestros hijos crecen, el tiempo se va antes de lo que parece y, si hacemos caso a todos los que nos rodean, cuando nos demos cuenta, habremos criado a unos hijos que no son los nuestros. 

Por eso mismo, necesitamos un círculo que nos apoye, nos ayude, y nos refuerce como madres y como personas. Alguien, una sola persona aunque sea, que venga a vernos a nosotras y no sólo al bebé, que nos recuerde que tomamos buenas decisiones, que nos dé un abrazo y que, por nuestro cumpleaños (sobre todo el primero después de tener un hijo) nos haga un regalo para nosotras. Así que si sois mamás, intentad tener a alguien así cerca y, si no sois madres, pero tenéis alguna por ahí, por favor, sed esta persona. Porque no sabéis lo que se necesita.

Y tú, mami, cría a tu hijo como consideres mejor y edúcalo para vivir en sociedad. Todo lo demás, oídos sordos porque, ¿sabes qué? Lo estás haciendo muy bien, mamá.

Alba Villar