SPORTS ILLUSTRATED VUELVE A LIARLA PARDA

 

El verano ya está aquí. Y no lo dicen las asfixiantes temperaturas o los sudores sobaqueros, no. El pistoletazo de salida lo da Sports Illustrated con su edición de bañadores. Y lo hace a lo grande con cuatro protagonistas: Kim Kardashian, Maye Musk, Ciara y Yumi Nu. Todas fabulosas en las playas del Caribe.

Reconozco que no conocía a la mitad, porque vivo en una cueva y me da pereza seguir personajes en general, pero me congratula enormemente el hecho de que no sólo mujeres mayores de 40 salgan diciendo “aquí estoy yo, tan pichi” (porque al parecer en este mundillo, si tienes cierta edad ya no estás de moda y te comes los mocos) sino que además de la diversidad de edad, se vea una diversidad étnica y corporal. Ya lo hicieron en su día con Ashley Graham y este mes con Yumi Nu. 

A Sports Illustrated se le está yendo la pinza. Eso piensan algunos señoros que siguen la revista. Imagino que para ellos (grupo donde tristemente también hay mujeres comentando barbaridades), el hecho de que Yumi Nu, una modelo de tallas grandes, sea portada del número de verano, habrá supuesto un par de ictus mínimo. Como siempre, se terminan desfogando en Twitter con opiniones tipo “¿la revista quiere seguir vendiendo entre el público masculino?” o “se trata de una revista de deportes y dudo que alguien así lo haga”, que aportan muchos datos sobre los autores.

Gente que si ve a una tía gorda en chándal pone el grito en el cielo porque adónde va moviendo las lorzas para quemar grasa; y que si no lleva chándal, pone el grito en el cielo porque ¿por qué no mueve las lorzas y quema grasa? Perezote.

 

Resulta que uno de estos señoros en concreto, Jordan Peterson, es un antiguo profesor de la Universidad de Toronto, bastante conocido en su feudo y tildado de controvertido, que para más inri es doctor en psicología. Pues aquí el doctor, tuvo a bien decir de Yumi: “Lo siento. No es guapa. Y ninguna tolerancia autoritaria va a cambiar eso”. 

Y aunque hubo gente que le aplaudió por ser así (hay de todo en la Viña del Señor), también le dieron pal pelo y terminó borrando su cuenta dejando huérfanos a sus tres millones de seguidores. Esto es lo realmente estremecedor. Que gente así tenga legiones de fans propagando ese mensaje de que lo gordo no es bello por el hecho de ser gordo. Que encima se permitió el lujo de intentar demostrar que su canon de belleza era el correcto mediante artículos académicos cuestionables sobre el atractivo. ¡Un concepto sobre el que nadie tiene la razón absoluta y que ha sido modificado cientos de veces a lo largo de los siglos! 

Podría decirle a este señoro que ser gorda es perfectamente compatible con ser guapa, que abrazar el body postive no va de autoritarismo sino equidad social, y que el hecho de que un cuerpo más allá de la talla 40 (ojo que para algunos la 40 ya es talla grande) se vea expuesto en una revista del tirón de Sports Illustrated ayuda a visualizar a millones de mujeres repartidas por la geografía mundial con ese tipo de cuerpo y que por fin se ven representadas. No todo el mundo que no cumple su canon de belleza, doctor, tiene que meterse en un búnker para no promover la obesidad. Porque es que se ve que con nuestra mera existencia ya puede haber alguien que se vea tentado a seguir nuestro insano ejemplo. Sí, hombre, sí. Yo es que de beber tomo albóndigas.

Por suerte cada vez más mujeres (en general, no sólo las gordas), somos conscientes de nuestro ser, de no ser pusilánimes ni de acatar lo que estaba socialmente aceptado aunque signifique perdernos en ello. Porque lo socialmente aceptado ya está cambiando y tenemos cabida. Porque mensajes como los del Dr. Peterson siguen haciendo daño y no podemos dejar que ese concepto errado de gordo= enfermo siga anclado sin que lo justifiquen con que se trata de gustos, porque no. No es sobre gustos, ni de que tengan que atraer forzosamente las gordas, sino de que se nos vea, porque también vamos a la playa, también hacemos deporte, también comemos sano y también nos metemos una pizza entre pecho y espalda. Como cualquier mortal. Y no por ello nos tienen que demonizar ni escondernos. 

Que la vida es nuestra y es muy corta. A nadie más le importa lo que hagamos con ella.

 

Carla Jano