Quien dice mañana, dice la semana o el mes que viene, cuando a una le venga mejor básicamente.
Y tras esta reflexión a mí me surge una duda, porque… “¿Runner se nace, o se hace”? yo quiero pensar que se hace, de esta manera aún tengo la esperanza de poder utilizar todos los modelitos que aguardan pacientemente en mi armario algún día.
Realmente ese día ya tendría que haber ocurrido, teniendo en cuenta que llevo decidiendo hacerme runner unos tres o cuatro años, pero no, aún no he logrado salir a correr un día, lo que si os puedo asegurar es que la moda en este ámbito ha cambiado bastante.
Si bien al principio de hacerme runner no había mucha variedad al respecto, con el paso del tiempo se ha pasado de los tonos flúor al “black&white code” en un suspiro, bueno un suspiro de cuatro años, ¡pero a mí se me ha pasado volando!
La verdad es que cada vez que sacaba a mi perrito por el Parque del Retiro o simplemente me iba a dar un paseo por allí volvía a casa súper motivada para ello, pero no sé por qué, ese sentimiento nunca se prolongaba en el tiempo.
Creo que es porque al final siempre predominaba el agradecimiento de no haber muerto atropellada por runners, skaters, ciclistas o en su defecto carritos de bebe, a cualquier posible motivación que pudiera haber entrado en mi cuerpo. Y quien haya intentado pasear, simplemente, pasear, por el Retiro, sabrá de lo que hablo, y a los que no, ¡os reto a intentarlo!
Ahora que lo pienso, a mí es que esto me pasa muy a menudo, me da por hacerme deportista y me compro todos los posibles atuendos para ello, tengo unas gafas de bucear y unos bañadores olímpicos que ya quisiera el equipo español de natación sincronizada.
De hecho, creo que nunca empecé con la natación porque me faltan el gorro y los escarpines, y os preguntareis, ¿cómo es posible que no te los compraras? Ya, ya lo sé, cometí un error de principiante, pero es que me los iba a comprar en el mismo gimnasio y ya no vivo ni en la misma ciudad…
En cualquier caso, yo soy optimista y mantengo la fe, porque ahora vivo al lado de un río con un paseíto monísimo, por donde cada día veo pasar miles de runners desde mi sofá.
Así que seguiré adquiriendo modelitos por si acaso algún día se hace el milagro, y oye cuando llegue ese día… ¡quiero que me pille bien preparada!