Te guste más o te guste menos, Marie Kondo ha venido para quedarse. Esta señora sabe de lo que habla y te da los consejos más pro para que tu casa sea perfecta no, lo siguiente.

Yo ya tengo asumido que estoy abocada al desorden y que el caos de mi armario no hay nadie que lo solucione, así que pasopalabra. Sin embargo, he decidido seguir los consejos de esta sabia mujer en el único sector de mi vida que quizá, solo quizá, todavía tiene arreglo: mi vida amorosa.

Empecé deshaciéndome de toda la morralla pasado a la que ya no me unía ningún vínculo ni apego y que sólo guardaba “por si acaso algún día me iba bien”. En otras palabras, mis ex. Y  con ex quiero decir ex-novios, ex-ligues, ex-tíos con los que me acosté una noche y jamás volví a saber nada, ex-muchachos de Tinder con los que hablé dos veces y ahí se acabó la historia…. Entendéis por donde voy, ¿no?

Abrí la aplicación de contactos del móvil y empecé a borrar a peña. No había hecho una limpieza así desde que con 15 años anuncié en Facebook que “iba a borrar contactos” para dármelas de intensa e interesante. Algunas cosas nunca cambian, pero por lo menos esta vez no di ningún aviso.

Una vez borrado el pasado, tocaba centrarse en el presente (del futuro pasamos, que es oscuro y alberga horrores). Para ligar hacen falta dos cosas:

  • Quererte a ti misma.
  • Tener claro lo que tienen que tener los potenciales ligues para entrar en tu lista de “posibles”.

Yo me quiero mucho, algunos días más y otros menos, pero por norma general mi autoestima está on fire. Sin embargo, hasta ahora había sido bastante “desordenada emocionalmente”. No sabía qué pollas quería, en el sentido figurado y literal. Por eso hice una lista.

  1. Que sea limpio. Stop olor a queso mohoso en sobaco y nabo.
  2. Que sea gracioso. Si quiero pasarme 2 horas en un bar sin apenas cruzar palabra, llamo a mi tío el que trabaja en Correos.
  3. Que no diga “yo ayudo en casa”. ¿AYUDAR? Es tu parte, guapo.
  4. Que no tenga miedo a cambiar de opinión si se ha equivocado.
  5. Que no confunda las opiniones con los derechos humanos. El machismo, el racismo y la homofobia no son “opiniones tan respetables como las de otros”. Son el reflejo de que eres un cacho de mierda. Sorry not sorry.
  6. Que no sea anti-vacunas. Me entran escalofríos de pensarlo. Un tío me dijo una vez que “las vacunas provocaban autismo” y yo me pregunté REAL si estaba en medio de una cámara oculta. Días tontos y tontos todos los días.
  7. Que quiera a su madre, pero lo justo. No me apetece un Norman Bates en mi vida.
  8. Que no vaya de aliado para meterme el rabo.
  9. Que no sea alérgico a los gatos.
  10. Que baile conmigo la canción del Mercadona. Nada me hace más feliz que hacer el gilipollas en el supermercado.

Las listas de requisitos son como los culos, cada uno tiene el suyo y los de los demás apestan. Muchas diréis que algunos puntos son absurdos o exagerados. Yo os digo que desde que sigo mis 10 mandamientos amoriles, soy mucho más feliz.

Así que desde el salón de mi casa quiero dar las gracias a Marie Kondo, porque aunque todavía no he encontrado el sujetador de encaje granate que perdí en 2015 en casa, sí que he conocido a tíos maravillosos y he dejado de rayarme la cabeza con capullos del pasado que me dieron más orgasmos que disgustos. ¿Es esto la felicidad?