Me han pedido cosas muy raras en esta vida, pero esta es una de las veces que no supe qué contestar.  Me pidieron una paja mientras conducía.

Me había ido a pasar un fin de semana a un AirBNB con mi grupo de amigos. Este grupo consistía en cuatro chicos y dos chicas (yo incluida). Nunca había habido intenciones raras entre nosotros, a excepción de que uno de los chicos era el novio de mi amiga.

Lo habíamos pasado genial durante el viaje: piscina, juegos de beber, muy poca resaca y encima el piso tenía una terraza enorme para poder estar tranquilos con un mojito en la mano. No se podía pedir más.

En el viaje de ida mi amiga había venido conmigo porque su novio llegaba un día más tarde que el resto pero para volver decidimos reorganizar los coches y que ellos se fueran juntos. Éramos dos personas por coche así que uno de nuestros amigos tuvo que ser mi copiloto ya que, lógicamente, no le iba a dejar conducir mi coche.

Este chico, al cual vamos a llamar Marcos, es un chaval abierto e infantil. No tiene ningún tipo de maldad, es influenciable y algo crédulo. Al tener esa personalidad tan extrovertida puede hacer amigos muy rápido y es muy agradable hablar con él. Sí que es algo tímido con temas algo más subidos de tono (sobre todo si se habla de su experiencia) pero en general se puede hablar de cualquier cosa con él.

Marcos y yo íbamos tranquilamente escuchando música y charlando sobre nuestros grupos favoritos, conciertos, libros… esos temas recurrentes en coches y ascensores, vaya.

Me empezó a contar que estaba muy nervioso porque al día siguiente tenía el examen del B2 de inglés y hasta ahí todo iba sobre ruedas (nunca mejor dicho)

Imaginad mi cara cuando de repente la conversación cambia totalmente y me pregunta “¿tú alguna vez has follado en un coche?” Me sorprendió muchísimo porque él nunca había hecho esas preguntas tan abiertamente, pero le contesté que sí y pensé que ahí se terminaba el tema.

Pero no, no acabó ahí.

Empezó a decirme que era muy abierta a la hora de hablar de sexo, ya que la noche anterior habíamos estado contando nuestras experiencias y no había tenido problema en dar ciertos detalles. Yo le contesté que estando entre amigos no tenía por qué avergonzarme y más cuando todos ellos estaban contando cosas muy similares. Ahí ya la cosa cambió y pasó de follar a temas masturbatorios, concretamente su duda era si alguna vez había hecho una paja mientras la otra persona conducía. 

No voy a mentir, tenía ganas de abrir la puerta del coche y tirarme en marcha. Una cosa es que no tenga problema en contar mi vida sexual y otra cosa es empezar un interrogatorio sexual con el coche como escenario principal. Dije que no y ahí ya terminó de romperme los esquemas, porque su siguiente pregunta fue:

“¿Tú me harías ahora una paja?”

PERO VAMOS A VER. Yo os juro que no sabía si reír o llorar, no solo por la pregunta incómoda, es que además CONDUCÍA YO. Yo no paraba de pensar “este muchacho sabe que lo de la marcha atrás en un coche no hace referencia a correrse fuera ¿verdad?” Intenté tomarlo a broma, pero no fue fácil teniendo en cuenta sus comentarios de “uff qué cachondo estoy, mira, me estoy empalmando”.

Al final tuve que decir que si quería podía parar el coche en ese mismo momento, él se bajaba, le daba un poco la fresca para despejarse y las hora y media en coche que quedaba podía hacerla andando.

Me pidió disculpas y me repitió que había sido por los nervios del examen. Guardamos silencio el resto del camino y en cuanto llegué a casa llamé a mi amiga para preguntarle si era algún tipo de broma que habían hablado entre ellos. Me dijo que ella no sabía nada de eso y le conté toda la historia. Os podéis imaginar lo incómodo que fue durante un tiempo vernos las caras en mi grupo, pero por suerte acabamos hablando el tema y se solucionó todo.

Rocío.

 

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