Mi amiga se casa y no me alegro 

Parece que fue ayer cuando jugábamos todas juntas a la salida del colegio, después de merendar y hacer los deberes. Cuando nos llamábamos al fijo y nos pasábamos las tardes hablando de nada en especial, pero de lo intenso que era todo a nuestro alrededor. 

Y ahora, años después y con muuuucha distancia de por medio, (y no hablo de kilómetros) mi amiga del alma me dice que se casa.

Para poneros en situación, mi amiga y yo estábamos siempre juntas, teníamos muy buena relación, hacíamos muchas cosas juntas hasta que… ¿os podéis imaginar verdad? Hasta que apareció él. 

Su novio apareció después del confinamiento, en plena pandemia, con restricciones, toque de queda, cero salidas nocturnas y un momento muy complicado para mí a nivel laboral, personal, familiar y además corté una relación de 10 años. Un año genial en todo vaya (nótese la ironía) 

Todo lo que me quedaba después de un 2020 horrible y que parecía no cambiar, era mi amiga. Pues spoiler: No. 

Ella estaba feliz en su pompa con su nuevo novio, pasaban las horas juntos, las noches con toque de queda juntitos en su casa mientras yo pasaba por una horrible depresión. No supo de mí. No se preocupó por mí en absoluto. Jamás sabrá lo que pasé esos duros meses, y bueno, no la culpo. Estaba disfrutando de la magia del inicio de su relación, pero podéis entenderme en que una espinita tengo. Y él no termina de gustarme, las cosas como son. 

Desde que están juntos no reconozco a mi amiga, es como una madre para él. ¿Dónde quedó esa chica divertida, independiente, empoderada? Ahora sólo veo una madre para él, es seria, es su sombra, la veo cada vez más cambiada y no precisamente para bien. 

El caso es, que hace poco anunció que en un año se casan y me entristeció mucho mi reacción, ya que no me alegraba. 

Si me hubieses preguntado hace unos años cómo me tomaría la noticia de que mi mejor amiga se casaba te hubiese respondido que como una loca, dando saltos de alegría, deseando planear la despedida de soltera y achuchándola mucho. Pues nada que ver con la realidad. Me quedé fría, distante, no sé si es porque no me gusta él, no me gusta la versión en la que ella se está convirtiendo, porque nuestra relación ha cambiado mucho o porque aún siento mucho dolor y decepción de lo que pasó al comienzo. 

Además, quiero añadir que mientras yo tenía pareja (10 años) nunca he cambiado con ella, tenía buen trato con mi chico y siempre ha sido una más cuando lo ha necesitado. Sin embargo, cuando yo pasé por la ruptura y por una mala racha, no pude contar con ella. 

Total, que me siento mal por no alegrarme por su boda, pero es lo que me nace y no voy a fingir. ¿Os ha pasado algo parecido?

Anónimo

 

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