No es la primera vez que mi hija tiene una relación seria. Ni tampoco la primera que el chico en cuestión no me hace gracia. Cosa que me reservo y siempre me he reservado para mí. Porque, salvo que se trate de algo grave, la opinión que yo tenga sobre sus parejas no saldrá de mis labios hasta que me la pida ella de forma expresa.

¿Qué pasa con su novio actual? Pues no es tanto por su personalidad, modo de vida y tendencia al mangoneo (culpa de mi hija, que se deja mangonear), sino por su… ‘profesión’. Porque lo que ocurre es que mi hija está con un famoso. Y en casa lo llevamos regular.

De verdad que el chico es agradable y no me parece mala persona ni mucho menos. Lo que no me gusta es la vida que lleva y el modo en que consigue que mi hija se amolde a lo que sea que le pida. Porque la chiquilla está ahora mismo cegada por los flashes y la fama, y ha perdido el norte por completo.

Ella, que siempre ha sido una chica bastante centrada y responsable, está cambiando todos los planes que llevaba trazando desde antes de la adolescencia. Y eso que su novio ni siquiera es una gran celebridad, es el típico famosillo de reality de Telecinco. Yo no sabía quién era cuando me habló de él la primera vez. Es más conocido para la gente joven y en redes, ahí sí que tiene una comunidad de seguidores más o menos importante. Aunque dudo mucho que su situación de influencer se sostenga mucho en el tiempo. El muchacho no tiene más que ofrecer, no es que sea actor, ni cantante ni DJ ni colaborador de un programa televisión… Es solo un personaje en la mitad de sus quince minutos de fama que, por ahora, está viviendo de bolos y de hacerse fotos con este y con el otro por aquí y por allá.

En la mitad de esas fotos ha empezado a aparecer mi hija también. Por lo que está toda subidita al carro de su chico y cambiando sus planes de futuro por otros que, ojalá me equivoque, pero tienen pinta de ser poco más que castillos en el aire. Ha cambiado sus hábitos, su forma de vestir y hasta su propio nombre en sus cuentas de las redes sociales.

Dice que va a dejar los estudios y centrarse en su nueva ‘carrera’, que no es otra que la de influencer, por supuesto. Aun cuando esta no va mucho más allá de ser la ‘novia de’. Novia de alguien que, ojalá me equivoque también, más pronto que tarde será otro más de esos famosos que hace tanto tiempo que no sale en ninguna parte que ya no sabes de qué te suena su cara si te lo cruzas en la calle.

Ella dice que ya encontrarán la forma de hacer crecer y mantener la comunidad que están creando. Que yo no entiendo cómo va su ‘profesión’ y que no me entero de nada porque soy demasiado mayor y encima no le pongo interés.

Vamos, que por eso lo llevamos regular. Por no decir fatal. Pero supongo que ya es mayorcita para tomar sus decisiones y, si es necesario, aprender de sus errores. Así que yo calladita.

 

Anónimo

 

 

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