Yo estaba en el último curso de la ESO cuando vino a clase un chico nuevo y lo sentaron a mi lado. Rápidamente, nos hicimos muy buenos amigos. Él no paraba de decirme que le recordaba mucho a su novia por la de cosas que teníamos en común y que debería conocerla. Él tenía 17 ya que había sido repetidor, yo 15 y su novia 18.

La novia era una chica bastante guapa, muy avispada y muy simpática. Había dejado su ciudad natal y se había venido a vivir a la mía junto con su novio y su familia porque sus padres, gente con bastantes negocios en su ciudad y muy adinerada, estaban en contra de su relación por ser su novio un chico extranjero. La habían amenazado con desheredarla y ella, por amor, los mandó a tomar viento. Todo muy romántico y muy Kdrama.

La verdad es que su novio no se equivocaba, teníamos muchas cosas en común y nos encantaba pasar tiempo juntas. No tardamos mucho en hacernos mejores amigas.

Con el tiempo, yo me eché novio y se lo presenté. Todo normal.

Un día, mi amiga me contó que se había quedado embarazada  de forma deseada. Sus padres, al enterarse, quisieron hacer las paces con ella y le ofrecieron volver a casa con su pareja, y ofrecerles trabajo a ambos en sus negocios, ya que estando ella embarazada y él siendo un chavalín que acababa la ESO no tenían mucho por venir en ese momento. Y así lo hicieron, se mudaron de ciudad poco antes de parir, algo que me dejó bastante triste.

Aun así, seguimos muy en contacto, y la amistad continuó. Como buenas amigas nos contábamos todo, y yo estaba pasando por una etapa chunga con mi novio ya que pasaba de mí y no me valoraba nada, por lo que se lo comenté.

Ella me dio la idea de hacerse muy amiga de él para así ir dándole consejos y manipularlo para que mejorarse conmigo. “Qué buena idea” pensé, y le di mi ok. No era nadie la pájara, jajaja.

Total, que con no se qué excusa lo llamó y a raíz de ahí vinieron más llamadas. A mi novio le extrañaba el tema de las llamadas y me lo decía, pero yo no le di importancia, es más, le dije que me encantaba que también fueran amigos, yo toda inocente pensando en urdir mi “super” plan.

Un añito o así más tarde, ya con 18 años cumplidos, mi amiga nos invitó a pasar un finde en su casa en su ciudad, que era la casa de sus padres, aunque ellos no estaban nunca. Nos pareció guay el plan, así que cogimos un bus y nos fuimos.

Su casa era gigantesca, de estas que tienen como 6 habitaciones (no exagero) y hasta bodega propia. Allí solo dormían ellos 3 y los padres de ella, por lo que tenían un montón de habitaciones libres. ¿En qué habitación creéis que nos dejó dormir? En la de su hija, que además tenía cama nido, no de matrimonio como las demás, y estaba al lado de las de ellos.

Obviamente no nos moló pero bueno, era lo que había, y al menos ella se llevó a la niña a dormir con ellos.

Nos dimos las buenas noches todos y nos fuimos a la cama aquella primera noche. Como mi novio y yo queríamos dormir juntos, decidimos dormir apretados en una de las dos camas. A la hora de entrar a la habitación, aparece la señora abriendo las puertas de par en par, con la niña en brazos (que entonces tenía unos 2 años), diciendo que su pequeña quería dormir en su camita rosa y claro, no se lo podía negar, así que nos encasquetó a la niña en la cama de al lado y antes de irse nos dijo que no nos asustáramos si de repente la niña chillaba y pataleaba en mitad de la noche, que es que tenía terrores nocturnos. Tócate los cojones Manuel.

Los días siguientes fueron raros. Ella me acaparaba todo el tiempo y apenas me dejaba pasar tiempo cerca de mi pareja salvo cuando íbamos a dormir, aunque ya estaba ahí su hija para cortarnos la intimidad. Mi novio y yo lo hablamos y nos pareció normal aquello. Además no nos enseñó la ciudad ni salimos a ningún lado los 4. Nos dedicamos a estar en su casa con ella o a cuidar de su hija allí si ella no estaba y a irnos a comer a sus negocios. Apenas nos dejó solos un día en un ratito mientras ella curraba y solo pudimos visitar un centro comercial que había al lado.

Lo peor fue la última noche. Su novio se acostó temprano porque tenía que ir a trabajar, y nosotros tres nos quedamos hablando en la habitación de la niña, con la pequeña allí. A mi me dio mucho sueño y me quedé medio dormida. En ese momento, ella aprovechó para ir a bañar a su hija y le dijo a mi novio si la quería acompañar. Yo me cosqué de todo porque aunque era más inocente que un Teletubbie, mi instinto me decía que aquí la colega tenía más peligro que un vampiro haciendo una mam*da, por lo que aunque me espabilé seguí haciéndome la dormida.

Pasó un tiempo y cuando decidí levantarme a olismear, ya habían salido del baño. Nos despedimos y nos fuimos a dormir. Mi novio, con la cara un poco descompuesta, me dijo “Oye cari no te lo tomes a mal, pero….yo creo que si quisiera me la podría haber follado en el baño eh?”. Vaya, que mi instinto no me engañó. Lo comentamos y tal y la verdad que nos quedamos un poco tensos. Estábamos incómodos y la verdad que ya queríamos irnos de allí.

No contenta con eso la amichi, al rato abre las puertas de par en par y nos dice que si se puede quedar hablando con nosotros un rato. Nos miramos y le dijimos que sí, sin problema. Yo me eché a un lado, pegándome a mi novio y dejándole a ella un hueco a mi derecha en la cama. Pues ella llegó y con todo su toto gordo nos separó a los dos y se puso en medio, de culo para él. Y digo de culo para él porque le restregó todo el booty en el paquete, que me lo dijo mi novio después.

Se abrazó a mi en plan “amiga cariñosa” y nos empezó a sacar conversación como si nada. Yo me quedé mirando a mi cámara imaginaria en el techo en plan “¿Esto es REAL?”, pero como era demasiado buena seguí como si nada. Al poco se levantó al baño y mi novio y yo, flipándolo, nos volvimos a juntar y a dejarle un hueco a mi lado cuando volviera. De nada sirvió, porque hizo exactamente lo mismo al volver. Madre mía si esto me pillase a mí ahora, no tendría país para correr.

Gracias a dios se fue pronto a dormir y mi novio y yo flipamos comentando la jugada final.

Al día siguiente, salimos escupidos de allí, sin mirar atrás. Ella intentó llamarlo más veces y hasta le envió un regalo a mi suegra por su cumpleaños (¿?) (XD). Menos mal que mi novió le cortó el rollo con las llamaditas porque yo no sabía muy bien cómo actuar. Al poco tiempo ella se enfadó por una soberana gilipollez y dejó de hablarme, lo que me vino de perlas para dar fin a esa “amistad”.

 

Juana la Cuerda