Mi padre ha salido del armario a los 65

 

Mi padre ha salido del armario a los 65. Y como curiosidad, mi suegra a los 63. Sí, así es, los dos casi a la vez. No tengo tanta confianza con mi suegra como para conocer los detalles exactos, sin embargo, sí con mi padre.

Mis padres se separaron ya hace unos 7 años la relación no iba bien y decidieron empezar de nuevo sus vidas. He de decir que mi padre siempre ha tenido lo que viene siendo un poco de pluma, pero siendo tu padre, estando casado durante tantos años con tu madre, y teniendo hijos juntos, no te planteas que sea gay ni aún teniendo pluma, pues lo percibes como que simplemente hay personas con actitudes o gestos más femeninas o masculinas, sin más.

La primera vez que noté que a mi padre le gustaban los hombres, para mí fue algo violento, pues fui a ayudarle a hacer una cosa en el ordenador y, al descargar una foto, de repente vi que la imagen anterior era la de un pene enorme que encima se abrió por error y se puso a pantalla completa. Yo vivía en una casa en la que no se hablaba de sexo, aún seguían juntos mis padres, y en ese momento estaba en el salón de casa con toda la familia. Al ver la pantalla, avergonzada solté el ratón, y grité “¡os prometo que no he sido yo, que no sé lo que es eso!” y el resto de la familia me dijeron todos que tampoco era una foto suya.

Toda la familia se quedó con la idea de que era yo la que se descargaba fotos de penes, y yo me quedé con el ‘runrún’ en la cabeza de que había sido mi padre. Total, que un día que estaba yo sola en casa, abrí el ordenador para ver si descubría algo más, y no tuve más que abrir el historial del navegador para comprobar que absolutamente todo lo que veía mi padre en internet, eran páginas porno para hombres homosexuales. En un primer momento no sabía cómo sentirme, y me costó digerirlo durante unos días.

Lo que más se me pasaba por la cabeza y me disgustaba era mi madre, ¿sabía ella que a mi padre le gustaban los hombres? (años después descubrí que no, que ella no intuía nada, y me dio un poquito de pena por ella).

Mi padre de vez en cuando quedaba a solas con amigos, salían a comer y pasaban toda la tarde haciendo planes. Lo que en un principio percibía como que quedaba con un amigo del trabajo, más tarde lo estaba percibiendo como que estaba quedando con posibles amantes. He de decir además que nunca lo comenté con nadie de la familia, por lo que en parte sentía como que guardaba un oscuro secreto, que me hacía sentir mal a mí misma por no contarlo. Pero es que yo no era quien para desvelar algo tan importante sobre la vida de él.

Siempre he sentido que mi padre era una persona resentida, que tenía algo dentro con lo que no se sentía a gusto. Desde que fui descubriendo todo esto, me fui dando cuenta de que probablemente mi padre nunca había llevado la vida que hubiera querido tener, y es que nunca había salido del armario, ni si quiera sé si alguna vez habría tenido relaciones con algún hombre.

Años después, mis padres dejaron su relación. El día a día no era bueno, discutían en exceso, no se sentían bien juntos.

La separación de mis padres ya estaba lejana y todos estábamos ya en una nueva etapa cuando un día mi padre nos propuso quedar a mi hermana y a mí, diciéndonos que quería presentarnos a una persona que para él era importante, a la que había conocido en su trabajo. Yo fui a la cita convencida de que nos presentaría a un hombre, pero sabía que para mi hermana la noticia iba a ser bastante impactante. Efectivamente yo estaba en lo cierto, y ahí estaba Roberto, el novio de mi padre. Roberto es de esas personas tan agradables que desde que te sonríen por primera vez cuando te ven, sabes que estás en tierra firme. Mi padre nos explicó que estaban juntos y nos dijo que había descubierto que se sentía atraído por él y que se había dado cuenta de que lo que le gustaban eran los hombres. Mi hermana recibió la noticia con los brazos abiertos y se lo tomó súper bien, pasamos una tarde muy a gusto, y ese fue el primer día de muchos días, pues a día de hoy Roberto es un miembro más de nuestra familia.

La más difícil de la familia fue mi abuela. Lo primero que dijo es que no consentiría que durmieran juntos cuando fueran al pueblo a visitarla. La verdad es que eso jamás llegó a pasar, pues a pesar de la forma que mi abuela tiene de pensar acerca de la homosexualidad (que ya os avanzo que es bastante homófoba), el novio de mi padre es una persona tan especial que a ella se le ha olvidado si es hombre o mujer, simplemente sabe que es un miembro de la familia más, que la cuida, que se quieren, y oye que la mujer está encantada con él, y el resto nos alegramos de que hasta ella haya sido capaz de valorarle como persona y respetar a mi padre.

Nuestro padre nos ha dado una lección que muchas personas deberíamos aprender, pues todos nos merecemos cumplir nuestros sueños y ser nosotros mismos, y si aún no hemos sido capaces, nunca es tarde para aventurarnos y empezar de nuevo.

 

Anónimo

 

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