Que los tiempos están cambiando es una clara realidad, y que la revolución femenina se hace cada vez más clara y patente también, pero con ella están apareciendo nuevas tendencias que nos tienen cuanto menos desorientadas.

Cada vez me llegan más casos a consulta o lo vemos en el foro donde muchas chicas casi desesperadas y sin entender nada, ven como sus parejas han ido perdiendo de forma progresiva el deseo por ellas hasta llegar el punto en muchos casos en el que la vida sexual es inexistente.

Con el añadido, de que, además de ser una situación bastante complicada, suele mantenerse o agravarse porque la comunicación se reduce hasta el punto de que el problema no se habla, si no se dice no existe.

En estos casos en concreto, la pareja sí que desea y busca activamente a su chico para tener sexo, pero este finalmente rehuye, busca excusas, etc. Y es cuando en este estado donde no entienden porque son rechazadas, les pillan en muchas ocasiones masturbándose, y es cuando ya sí que no entienden nada.

Por mi experiencia en consulta, este tipo de situaciones se dan por unos condicionantes bastantes claros, entendiendo siempre que cada caso es único y puede estar influido y determinado por diferentes factores, por lo que es aconsejable que un sexólogo valore cada caso para conocer sus causas.

Pero si es frecuente encontrar una situación muy determinada, y es cuando el chico consume de una forma bastante frecuente pornografía.

Esto termina ser la gota que colme el vaso y termina por generar en la chica una autoestima muy baja, porque siente que no es suficiente o que ya no es desea, y además cuando intenta hablarlo con él, no obtiene respuesta.

Que una persona se masturbe aun teniendo pareja no es para nada un problema y es algo muy recomendable, pero puede repercutir cuando se convierte un sustituto casi total del sexo en pareja, reduciendo este hasta volverse en algunos casos inexistentes.

Lo mismo pasa con la pornografía, es un estimulo visual en sí mismo, y usarlo con moderación ayuda a trabajar el deseo y la excitación, pero cuando se consume de forma casi compulsiva o con mucha frecuencia es cuando se vuelve contra nosotros.

En estos casos los hombres (y también le puede pasar a las mujeres) se acostumbran a un estímulo muy potente, que desencadena en un orgasmo rápido y fácil.

Esto produce a su vez, que cuando están en pareja y no tienen ese estimulo tan potente, les cueste tener o mantener una erección y es cuando aparecen los miedos y la inseguridad por sentir que “no van a cumplir”.

Como consecuencia, el hombre empieza a rehuir el sexo, porque le supone un esfuerzo importante y no saben si van a cumplir, porque al final muchas veces y sin darnos cuenta, reducimos mucho el sexo a la penetración, y si esta no se puede dar, parece que no cuenta.

También el placer se ve comprometido debido a la habituación, es decir, realmente es tan difícil de replicar ese estímulo, que muchas veces en pareja no sienten el mismo placer y por tanto volvemos a entrar en el circulo de dificultad para disfrutar, mantener la erección, etc.

Por lo que, en estos casos, es importante aclarar que los hombres en cuestión si tienen deseo sexual, y que por eso se masturban, pero les resulta más sencillo y no tienen que cumplir de ninguna manera de esta forma, que manteniendo relaciones.

Para solucionar este caso lo más importante es:

  • La comunicación en pareja debe ser lo más importante, saber que ambos se siguen deseando y quieren tener relaciones, solo que hay un claro factor que está alterando del que hay que hablar y buscar una solución
  • Pedir ayuda de un profesional si es necesario o aprender a dosificar el porno
  • Potenciar y mejorar la vida sexual, dejando la penetración un poco mas de lado, redescubriendo lo que puede ser excitante o erótico alejado del porno, disfrutar del cuerpo de la pareja y del contacto sin presiones y sin metas, para poder reacostumbrar al cuerpo.

Recalcar que los problemas y más de este tipo no se solucionan solos y que la base de todo, es y será siempre, una buena comunicación.

Aida Vallés Psicóloga especializada en Sexología y Terapia de pareja

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