Mis amigas siempre me hacen mal las fotos ¿casualidad u odio secreto?

 

Hoy he estado repasando la galería de fotos de mi teléfono móvil. Tengo muchísimas; cuando salgo con mis amigas siempre dedicamos un rato a echarnos fotos. Es algo que nos encanta. 

Nos ponemos por turnos a posturear, buscando escenarios originales y visualmente impactantes para sacar la imagen del día. No somos profesionales, pero a decir verdad conseguimos fotos muy chulas. Cuando vamos a la playa, metemos medio cuerpo en el agua mientras atardece y captamos el brillo del sol agonizante el en agua, mientras nuestro cuerpo brilla por el reflejo del mar. En el campo, nos sentamos en alguna rama baja y dejamos que nuestra mirada se pierda entre las hojas mientras nuestro cuerpo, en postura de amazona, se funde con el resto del bosque. 

En la ciudad también encontramos rincones encantadores donde posamos como las modelos de las revistas; en mitad de un paso de cebra con el fondo distorsionado, sobre una moto de época o resaltando sobre la multitud con algún efecto de primer y segundo plano.  

Cuando veo las fotos de mis amigas siento mucha envidia, siempre salen bien. Aparecen con su mejor expresión, con una postura elegante y sofisticada, como si hubiesen estado ensayando ese momento durante horas. Sin embargo, cuando ellas me sacan fotos a mí siempre salgo fatal. 

He estado buscando durante horas una foto que me hayan hecho ellas donde salga bien. En las fotos de la playa, donde ellas parecen sirenas nacidas de la espuma, yo parezco un salmón asfixiándose, con los ojos hinchados, la cara roja y la boca torcida. En las fotos del bosque donde, ellas como ninfas parecen flotar sobre los árboles, yo siempre salgo jorobada y con la frente arrugada, como si fuera la hermana de Gollum. 

Es un fenómeno extraño. No voy a decir que sea una super modelo, pero fea no soy y cuando me saco una foto yo sola, mal no salgo. Vale que en el espejo me veo mucho mejor, pero desde luego con un buen enfoque y la distancia adecuada consigo unos resultados bastante buenos. He probado con un trípode para las fotos de cuerpo entero y, por lo general las fotos han salido bien. Nada de esas posturas extrañas y casi imposibles que ellas captan de mi como si fuese una modelo de Zara, una cosa normal. Pero en cuanto salgo con mis amigas y les pido que me saquen una foto, vuelve a suceder. En esas imágenes no soy una persona, soy un meme.  No sé como pueden captar siempre mi peor momento. Vale que me muevo mucho y que soy muy expresiva, pero me da la sensación de que lo hacen de manera intencionada. Esperan a que este haciendo alguna payasada para inmortalizar mis miserias.  Da igual que intente mantener la compostura, que ensaye la expresión de mi rostro o que ponga mi mejor sonrisa; al final siempre salgo con media lengua fuera, papada, una pierna torcida o el ojo pipo. 

Ha llegado el momento en que esto ha empezado a afectarme. Podría entender que lo hubiesen hecho en plan broma alguna vez, pero que siempre me saquen mal ya no me parece algo inocente. He llegado a pensar que lo hacen a posta para reírse de mí, que han confabulado para que todas las fotos que me toman se conviertan en una burla hacia mi persona. Pero ¿no se supone que son mis amigas? ¿Por qué iban a querer hacerme esto?

Es verdad que somos bastante competitivas. Todas tenemos redes sociales y siempre medimos el número de seguidores, el de likes y las interacciones. No es que seamos influencer ni mucho menos, pero tenemos nuestro público.

Pero es solo un juego, o yo siempre lo había visto así. Sin embargo, que siempre me ridiculicen en todas las imágenes que captan de mi me esta haciendo empezar a creer lo contrario. 

¿Es más importante la fama en redes sociales que la amistad de verdad? 

Nos hemos volcado tanto en lo que queremos transmitir, en nuestro deseo de destacar que hemos olvidado lo verdaderamente importante, la razón por lo que comenzó todo esto; compartir y disfrutar. Ahora cada vez que me sacan una foto y la suben a sus estado lo paso mal, porque las quedadas con amigas han dejado de ser lo que eran para convertirse en un concurso de popularidad. 

 

Lulú Gala