No soy asocial, es solo que a veces me gusta estar sola
Me levanto temprano. Despierto a los niños. Preparo el desayuno mientras se visten. Reviso las mochilas. Relleno las botellas de agua. Preparo la merienda. Los peino. Los meto en el coche de su padre. Les doy un beso.
Se van.
Aaaaaah… Paz.
Ha llegado mi momento.
Desde las ocho y cuarto, que mi familia sale por la puerta de casa, a las nueve y media, que me pongo a teletrabajar. Ese es mi ratito personal.
Esa hora y pico es para mí.
No pongo lavadoras, no tiendo ropa. Prohibido pasar el aspirador. Ni se me ocurre adelantar trabajo.
Lo que hago es poner música. Desayunar con calma. Leer un poco.
Pasa volando, pero lo disfruto muchísimo.
Porque a mí me encanta estar con mi familia. Con otros niños y padres en el parque. Salir con mis amigas. Hacer planes en pandilla. Visitar a otros parientes. Estar con gente en general. Y echo de menos a los compañeros con los que compartía oficina antes de que el mundo cambiara y me viera obligada a currar en el comedor de forma indefinida.
Lo que ocurre es que, de una forma u otra, tengo mi buena ración de casi todo eso a diario.
Sin embargo, son mis momentos a solas los que escasean.
Y eso me genera mucha frustración porque he buscado ese tipo de soledad voluntaria desde niña y cada vez me cuesta más dar con ella.
No soy asocial, es solo que a veces me gusta estar sola
Así que aprovecho la menor excusa para huir del mundanal ruido y encontrarme conmigo misma en cuanto veo la ocasión.
Ese rato de las mañanas que no tengo que llevar yo a los niños al cole.
Los cincuenta minutos que paso de cuando en cuando en la lavandería. Tarea de la que siempre me encargo yo, por razones obvias.
La hora y media de los martes, mientras espero a que mi hija termine su entrenamiento de atletismo.
Y, cuando esos instantes breves y forzados no son suficientes, rasco un poquito y me saco de la manga alguno adicional.
Porque de verdad que los necesito.
Del mismo modo que otras personas necesitan practicar deporte con regularidad, yo necesito recrearme en mi soledad.
Escuchar música, leer, escribir notas en un cuaderno, pintar.
O simplemente estar.
Sin preocuparme de nadie más.
Insisto en que no soy asocial, es solo que, a veces, me gusta estar sola.
¿A ti también?
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