La sociedad ha cambiado en los últimos años, es indudable. Algunas veces para mejor y otras veces para peor pero el desarrollo existe y la sexualidad no es una excepción. El sexo ya no es un tabú que se limita al marco del matrimonio y la monogamia.

Ahora hay sexo sin amor, sexo de una noche, búsqueda de una relación solo sexual, sexo con muchas personas, sexo con uno mismo,  cada vez hay menos diferencias en el sexo en función del sexo de la persona – y olé por esto-, y muchas prácticas que no voy a citar pero que son posibles en la actualidad. Y normalizadas, introducidas en la sociedad y no criticables. Y eso está muy bien.

 

El sexo es una de las prácticas más divertidas que puede tener lugar entre las personas. Ahora bien, la frase correcta sería aquella en la que, ademas de añadirle el término “buen” sexo delante, introdujera el término “seguro”. Porque una mala práctica puede tener consecuencias muy graves para la salud física y mental y a pesar de que nos bombardean desde niños con mensajes de advertencia acerca de los peligros de las mismas (las sabéis todos), seguimos quitándole importancia y poniéndonos en riesgo (totalmente innecesarios) y aquí es donde quiero llegar: la protección es fundamental para disfrutar bien del sexo. No un “añadido”, un aspecto clave.

A pesar de ello y a lo largo de mi vida, he escuchado a muchas personas decir que no usaban protección usando las siguientes excusas, perfectamente rebatibles:

–        “Es que me dio vergüenza decírselo”. Vamos a ver, preciosa mía, defiendes tu sexualidad como la que más, el empoderamiento femenino y la libertad sexual y ¿ vas arriesgarte a contraer cualquier enfermedad por “lo que pueda pensar él” por un polvo? Déjame decirte entonces que puede que estés jodida de por vida por querer estarlo durante tristes quince minutos (y si llegan).

–        “Es que se me baja”– Entonces, cariño, tienes dos bonitas manos para que te la vuelvan a subir cuando yo me vaya.

–        “ Es que no tenía condón”– Siglo XXI princesas.  El hombre ya no tiene que pagar en la primera cita, ni abrir la puerta del copiloto para que entres, ni regalarte sólo flores en Sant Jordi sin ningún libro, ni  ser tu protector ni tu sustento vital y, por lo tanto, tampoco es el que tiene que poner los condones. Si quieres pasar un buen rato de verdad, incorporales en el “¿ qué llevo en mi bolso?”, por favor.

–        “Le conozco desde hace mucho, hombre, sé que no tiene nada”. Querida, de promedio, las personas tenemos entre 8 y 12 compañeros sexuales (yo diría que, desde Tinder, muchos más), lo que y sin ser muy buena en matemáticas me lleva a concluir que, en el extremo, cuando lo haces con aquel chico que conocías desde hace mucho, lo haces con sus otras 12 parejas, las cuales a su vez tuvieron otras 12 parejas, cada una de las cuales tuvieron sus 12 parejas sexuales. ¿Has adivinado ya la cantidad de “ historias pasadas” a las que te enfrentas?  ¿Eso si que puedes saberlo, verdad?

–        Es que no siento lo mismo” ya verás qué gustito cuando sientas otras cosas menos positivas, cuando tu cuerpo reaccione de otra forma, cuando te tengas que tomar una pastilla de por vida o cuando sientas que eres el único responsable de estar enfermo por sentir ese placer momentáneo.

–        Solo la puntita” está bien, espero que también te entre sólo un poquito de la enfermedad

–        Da igual, si tomo la píldora”–  Uy si claro y  ¿qué? Uno de los pocos riesgos para los que hay solución  (siendo muy bruta) y vas a dejar de usar protección. Todo muy lógico, si .

–        Yo estoy sano, ¿es que tú piensas que me vas a pegar algo?»–  ¿No suena un poco a coacción y la coacción no está penada por ley? Creo que sí.

–        Me da alergia” o mejor “ me aprieta”– Mira que bien, que la talla normal no te entre, va a estar divertido, sí. Por suerte hay tantos tipos, tallas, formas y sabores que se hace cada vez mas realista la expresión de “para gustos, los colores (¡o condones!).

–        “No teníamos y teníamos muchas ganas”–   Existen otras cositas, de nada.

Seamos libres para follar, disfrutemos del sexo como los que más y con los que queramos pero vamos a cuidar nuestro cuerpo (y nuestra mente) para seguir haciéndolo sin problemas.

No hagamos de algo bueno, algo muy malo, por favor. 

 

Vega