Soy de los 90 con lo que he sido de esa generación que si tu madre hablaba por el fijo, no podías conectarte al messenger. El fotolog era mi red social favorita.

Pero a veces pienso qué hubiese sido de mí si hubiese tenido en mi adolescencia Instagram, Youtube o Netflix. Por una parte pienso: “Bendito que no tenía redes. Estaría muuuy enganchada seguro.” Pero por otro lado pienso que me hubiese venido bien para tener más referentes reales en mi adolescencia.

Yo vivía sintiéndome la gorda de la clase, la que no le va a gustar al chico guapo de la clase. Como mucho sería su mejor amiga y porque me vería como un amigo más. Y ahora veo fotos de esa época y NO ESTABA GORDA. No tenía el cuerpo estipulado pero sentí que mi forma de recordarlo no era la real. Tenía curvas y de más mayor aún más. (Guiño guiño ) Pero mis referentes estéticos y el resto de mis compañeras eran lo que se llamaba delgadas..

Felicitas de Rebelde Way era la gorda del instituto. Si esa mujer era gorda, yo entonces también lo era. Veías a Mía Colucci o al resto y querías ser ellas. La prota. No la chica con la que se lían por pena.

Imagínate ahora tener 16 y tener de referentes a chicas con cuerpos como Andrea Compton, Lalachus, Nathy Peluso, Barbie Ferreira o Perra de Satán. Y que esas personas se pongan lo que quieran y que además estén tremendas.

Imagínate con esa edad abriendo Tik Tok y ver diferentes cuerpos bailando el último challenge que por mi época sería “Que la detengan” de Civera.

Imagínate ver una serie en la que el peso de la actriz no sea su principal trama y que sea la putísima ama.

Hubiese sido todo tan diferente. Mi ropa sería diferente. Mi actitud en el instituto hubiese sido distinta. La seguridad de ver a otras disfrutar de su cuerpo, haría algo positivo en la mía. 

No digo que aparecería como Kat en Euphoria pero oye quien sabe. Me gustaría solo volver un día a ese instituto con la seguridad de sentirme que no estoy sola. Que hay mucha más personas como yo y que aman su cuerpo tenga la forma que tenga. Que hay ropa impresionante para mi talla y no solo pantalones y blusas que llevan señoras. Y que el tremendo del instituto no es un imposible si no una opción si a mí me apetece.

Ana Jota