De toda la vida ha habido relaciones a distancia, pero imagino que nunca han sido tan fáciles de llevar como en la actualidad.

Gracias a las tarifas planas, a internet, a los móviles e incluso a las aerolíneas de bajo coste, hoy día la distancia ya no es lo que era antaño. Y yo soy una de las mayores beneficiarias de esa virtualización que hemos alcanzado, pues tengo una tendencia, no sé si natural o artificial ni de dónde me viene, a implicarme sentimental y románticamente con personas que viven lejos.

Es más, he llegado a la conclusión de que cuanto más lejos, mejor nos va.

Al menos a juzgar por cómo ha ido la cosa con todas las parejas que he tenido de los dieciocho en adelante.

Por qué prefiero las relaciones a distancia a las de toda la vida
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Es obvio que todas esas relaciones se terminaron, por un motivo u otro, pero también es cierto que cuando vivo el amor de lejos, me encuentro mejor. Mi humor es mejor, mi estado de ánimo en general es mejor. Soy más feliz. Es raro, pero es así.

Yo no sé si me gusta, me disgusta, si esto es bueno o malo, si lo acepto o si me preocupa. Solo sé que a menudo me pregunto por qué prefiero las relaciones a distancia a las de toda la vida.

Y estas son las conclusiones a las que he ido llegando:

 

  1. No me agobio. Cuando estoy en una relación ‘de proximidad’ no tardo en agobiarme. Desconozco por qué me pasa, pero me agobio. De normal ya suelo sentir que la vida no me da para todo lo que tengo y quiero hacer, así que si a todo eso le añado el tiempo que debo dedicar a la otra persona… me agobio. Lo paso mal. Sufro. Lo cual me lleva al siguiente punto.

 

Por qué prefiero las relaciones a distancia a las de toda la vida

 

  1. Mi independencia. Sé que soy un poco bastante más independiente que la media. Y no me refiero a mi autonomía personal, por supuesto. Se trata de que soy doña yo me lo guiso, yo me lo como en todos los aspectos. Sé que suena egoísta, y puede que lo sea, pero es que realmente me molesta estar pendiente constantemente de las necesidades de otro. Suena fatal, ya sé que eso es en esencia el amor y claro que me preocupo de la persona que amo. Lo que pasa es que si hay una manera de reducir el impacto que esto pueda tener en mi independencia, pues bienvenida sea.
Por qué prefiero las relaciones a distancia a las de toda la vida
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  1. La libertad. Las relaciones a distancia me permiten ser libre en muchos sentidos. A mí me gustan los retos, me gustan los cambios. Me gusta pensar que soy libre, que hoy estoy aquí, mañana allí y pasado en el otro lado. Me mudo y cambio de trabajo con frecuencia. Y eso es algo que me he privado de hacer cuando estaba enamorada de alguien que vivía en la misma ciudad que yo. Todo es más flexible y sencillo cuando el amor no condiciona mi ubicación ni mis movimientos.

 

  1. Cambio de aires. Las relaciones a distancia tienen muchos inconvenientes, pero no se puede decir que no tenga alguna que otra ventaja. Como, por ejemplo, la de cambiar de aires cada cierto tiempo y en la medida de lo posible. Obvio que no es lo mismo tener un novio en Teruel que tenerlo en Nueva Zelanda. En mi caso, la mayoría de mis novios distantes vivían dentro del territorio nacional, por lo que, de cuando en cuando, toca hacer la maleta y desplazarse. Y es un poco caro, pero también es como tener dos casas y eso puede tener su punto. Por otro lado, hago mucho más turismo, simplemente porque, ya de tener que viajar, en muchas ocasiones lo que hacía era quedar en cualquier otro lugar. Comprábamos billetes baratos y, venga, finde en Barcelona. Unos meses después nos veíamos en una casita rural de las Rías Baixas. Y así cada vez que nos lo podíamos permitir.
Por qué prefiero las relaciones a distancia a las de toda la vida
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  1. Aprovechar el momento. Si vives con tu pareja, o lo tienes a tiro de piedra, te relajas. Te dejas llevar, te vuelves un poquito pasota. Cuando ves a tu pareja, qué se yo, una vez al mes, los findes alternos, o un puñado de veces al año, lo das todo en esos encuentros. Disfrutas al máximo de la otra persona y del hecho de estar juntos en el mismo espacio al mismo tiempo. Das lo mejor de ti y disfrutas cada instante como si fuera el último. Porque en breve se convierte en el último instante hasta sabe dios cuándo sea la próxima vez.

 

Total, que estas son las razones por las que prefiero las relaciones a distancia a las de toda la vida. Y un poco también por las que no tengo pareja en la actualidad.

Porque si encontrar el amor está complicado, encontrarlo a distancia lo está todavía más.

 

Carla

 

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