Hace años que trabajo como sexóloga y recuerdo perfectamente el día en el que una paciente se sentó en mi consulta y me dijo muy apurada y triste que tenía un problema muy grande, “Aida, hay veces que prefiero masturbarme que acostarme con mi chico, ¿qué es lo que me pasa?”

Puede que vosotras en mi lugar, la primera cuestión que os viniera a la mente fuera, “bueno eso es que no está nada satisfecha con su pareja, ¿no?”

Y es sin duda, una buena pregunta y es algo que por supuesto le pregunté. Su respuesta fue muy contundente, y me dijo que ella disfrutaba mucho con su pareja y se lo pasaba bien, tenia orgasmos y estaba cómoda, pero a veces, le apetecía mas hacérselo ella sola.

Ante este tipo de situaciones solo puedo hacer una cosa y es decir que esto es completamente, NORMAL.

Seamos sinceros, una de las funciones del sexo es sin duda el placer, pero estaréis todas de acuerdo conmigo que no es lo mismo hacerlo con alguien que en soledad.

Cuando yo me acuesto con otra persona, puedo buscar el orgasmo, pero busco el contacto de otro cuerpo, de la piel con la piel o un momento de vínculo e intimidad con mi pareja o tener un encuentro con un amante que me deje temblando.

Pero cuando busco única y exclusivamente esa descarga, ese orgasmo rápido y fácil, no es tan descabellado pensar, que la masturbación es la mejor forma de hacerlo.

Estaréis conmigo en que follar cansa, y mucho en ocasiones.

Aunque no seas muy fogosa y te mole la estrella de mar, por lo general el acto cuando implica a dos personas es mas movido, requiere de más tiempo y de más despliegue de medios y por lo general implica que las dos personas participen y eso al final consume más energía quieras o no.

Por tanto, es de lógica pensar que si un día solo quieres algo rapidito, un gusto para ti o estás en un momento donde estás sola y tu pareja no va a venir en un rato, ¿Por qué deberíamos esperar si no nos apetece?

Es importante entender que el sexo es compartido pero sobre todo es algo individual y de cada uno, que somos responsables de él y que no hay nada malo ni anormal en querer disfrutar de ello cuando nos apetezca.

Otra cosa es, que de repente ya no quieras tener nada o casi nada de sexo con tu pareja, en cuyo caso habría que analizar qué factores pueden estar interviniendo.

Pero si tu deseo está perfecto y te apetece sola y acompañada, disfruta hasta donde tu quieras y más. Deja la culpa y los  estereotipos, no te compares con nada ni nadie y aprende a escucharte y a darte lo que de verdad quieres y necesitas.

Aida Vallés Psicóloga especializada en sexología y Terapia de pareja

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