Soy una amante de todo lo que tenga que ver con el otoño, ya que para mí siempre ha significado «época de cambios». Cambio en la temperatura, el ambiente, el comienzo de un nuevo curso, nuevos propósitos, nueva rutina, cambio de armario… Con los años he aprendido a amar aún más esas pequeñas cosas que hacían que me sintiese renovada, de alguna forma.

otoño

El caso es que tengo la enorme suerte de tener una gran amiga cuya madre es americana y a la que he visto cómo hablaba acerca de sus costumbres en su país en incontables ocasiones. Una de esas tradiciones es el amor por la repostería en esta maravillosa época del año. Un día le dije que me encantaría probar la tarta de calabaza americana, una delicia muy otoñal propia de Halloween y del día de acción de gracias (thanksgiving), así que ella, ilusionada por mi interés, me la preparó y luego al ver mi reacción al probarla, compartió conmigo su maravillosa receta.

¡Ahí va!:

Ingredientes:

  • 500 ml de puré de calabaza.
  • 350 ml de leche evaporada (puedes usar leche sin lactosa perfectamente, también de soja o almendra)
  • 50g de azúcar moreno (aunque realmente esta cantidad se puede modificar en relación a si os gusta más o menos el dulce. En este caso, esta medida es el toque justo de dulzor que debe tener la tarta de calabaza).
  • 2 huevos frescos enteros más la yema de otro huevo.
  • 2 cucharaditas de canela molida.
  • 1 cucharadita de jengibre molido.
  • 1/4 cucharadita de nuez moscada molida.
  • 1/4 cucharadita de clavo molido.
  • 1 cucharadita de cardamomo molido.
  • 1/2 cucharadita de anís en polvo.
  • ralladura de limón.
  • 1 chorrito pequeñito de ron (es una sugerencia interesante pero opcional)
  • Masa quebrada (es complicado que este tipo de masa salga a la primera así que para ahorrarnos este paso y ya que lo importante es el relleno del pastel, podéis comprar la masa quebrada ya preparada).

Modo de preparación:

Para hacer el puré:

  1. Corta la calabaza por la mitad y deshazte de las semillas (puedes utilizar cualquier tipo de calabaza aunque es más fácil usar la calabaza tipo cacahuete).
  2. Coloca la calabaza con la piel hacia arriba en una bandeja de horno, cubierta previamente con papel especial para horno y hornéala a 175°C durante 1 hora – 1 hora y media. Debe estar tierna pero no demasiado hasta el punto de que se deshaga.
  3. Sácala del horno y resérvala mientras se enfría. Cuando esté a temperatura ambiente, quítale la piel y machácala. Si quieres que el pastel quede totalmente sin grumos, puedes batir el puré en la batidora o pasarla por el colador chino para que quede una textura totalmente suave.
  4. Precalentamos el horno a 220°C.
  5. Mientras se calienta el horno cogemos un molde para pasteles tipo pie (con las mismas dimensiones y forma que el que usaríamos para hacer una quiche (22 cm de diámetro más o menos).
  6. Colocamos nuestra base de masa quebrada en el molde dejando que la masa recubra los bordes del mismo.
  7. Colocamos encima de la base un papel de horno cubierto con garbanzos para que nuestra base no cree burbujas de aire en el fondo y quede uniformemente plana.
  8. Metemos la base de masa quebrada al horno y horneamos a 220grados durante 10 minutos.
  9. Mientras esto está en el horno, mezclamos el azúcar, la sal, las especias y la ralladura de limón en un bol grande.
  10. Batimos los huevos aparte y los añadimos al bol.
  11. Añadimos el puré de calabaza y removemos  muy bien (aquí sería también el punto donde le añadiríamos, si queremos un chorrito de ron pequeñito para que no eclipse el suave y sutil sabor de la calabaza y las especias).
  12. Añadimos la leche evaporada a nuestra mezcla y mezclamos conjuntamente todo. Nos quedará una mecla bastante líquida.
  13. Sacamos la base del horno, quitamos el papel con los garbanzos y esperamos a que se temple.
  14. Metemos nuestro bol con la mezcla de calabaza, leche evaporada, especias, huevo y azucar al microondas durante un minuto o dos. Suficientes para haberle quitado el frio.
  15. Vertemos la mezcla encima de nuestra masa quebrada y la horneamos a 220°C durante 10 minutos. pumkin pie
  16. Después de esos 10 minutos, bajamos la temperatura del horno a 170-175°C y la horneamos durante 40-50 minutos.
  17. Deja enfriar el pastel un par de horas para que el relleno esté totalmente asentado y listo.
  18. Para decorar y sobre todo a la hora de servir, pon un poco de nata montada encima aunque también va también con un buen helado de vainilla

En definitiva es una tarta deliciosa y sutil que reúne esos olores dulces y especiados y es visualmente sencilla y otoñal. Una delicia que se come tanto como postre o merienda, por ser suave y ligera. Yo no he parado de hacerla cada otoño desde que supe lo fácil que era elaborarla.

¡A disfrutar!