Lo que era fácil de niño es ahora más complicado de adulto (sí, con 30 ya se nos considera adultos.) Pero todavía existen actividades y estrategias de ayuda para crear y mantener buenas amistades.

Asúmelo, ya tienes esa edad. Resignarte al hecho de que ya no puedes hacer amistades como lo hacías en el colegio o en la universidad parece algo inevitable y es en este momento cuando te encuentras en esa tesitura de ¿y ahora yo que hago? ¿Debería ir al bar? ¿O a la cafetería? ¿O a ese evento raro para establecer una red de contactos?

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Don’t panick my friend, incluso esas personas que no destacan por tener una vida social ajetreadísima conocen una cantidad considerable de gente. Aunque claro, una cosa son los conocidos (o los compañeros) y otra son los amigos.

Me he dado cuenta de que cuánto mayores nos hacemos nos resulta mucho más difícil mantener y fomentar relaciones. Y ya no digamos empezarlas de nuevo!

Son muchas las razones por las que esto ocurre: Tenemos menos tiempo, estamos más centrados en nuestro trabajo, algunos tienen niños y cambian sus prioridades, nos mudamos, cambiamos de lugar de residencia, tenemos obligaciones familiares…Atrás quedan esos años en los que nuestra máxima preocupación era pasar todas las tardes (días, semanas,…) con nuestros amigos haciendo de todo y de nada, las largas horas de estudio en los campus y universidades, y las innumerables reuniones y fiestas universitarias, fiestas erasmus, fiestas de todo tipo… a las que había que acudir, pues compartir todo tu tiempo con tus amigos y descubrir experiencias con ellos era tu objetivo más inmediato.

Al llegar a los 30 nos vemos en situación de elegir más selectivamente con quién compartir nuestro tiempo.  Solemos tener más claro quiénes somos, qué queremos, hacia dónde vamos. Pero lo más importante, tenemos menos tiempo y muchas veces, además, nos vemos obligados a empezar de cero en un lugar diferente por trabajo, por tu pareja, por elección…o no.

¿Por dónde empezar?

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  1. Tira de contactos.

No nos engañemos, irse a vivir a otra ciudad por trabajo o por tu pareja no es como irse a vivir fuera de estudiante. Llegas a un mundo nuevo donde la gente ya tiene su vida, su trabajo, su “gente” y no todo el mundo se encuentra en la misma necesidad de socializar que tú. Olvídate del sentimiento de confraternización erasmus y de que la prioridad de todo el mundo es llenar ese vacío de soledad.

Por tanto, seamos prácticos: si llegas a un sitio nuevo, el primer paso será tirar de algún contacto, de alguien conocido o de ese amigo de tu amigo que conociste en una ocasión y que te puede servir de guía, introducción, primera cara amiga en tu nueva ciudad. Nos suele dar mucho miedo, vergüenza, creemos que pondremos en compromiso a la persona, pero no tiene por qué ser así, normalmente estarán encantados de tendernos una mano y después, todo dependerá del feeling que haya,  esa relación continuará, dará paso a otras relaciones más o terminará en un dead end.

  1. Apúntate a alguna actividad o grupo.

Esto sirve para cuando empiezas en un sitio nuevo, tanto como para cuándo vives en tu ciudad de toda la vida, con tu gente de toda la vida, con tus cosas de toda la vida y con tu inercia de toda la vida. Llega ese momento en el que el mundo, tu entorno llega a la edad adulta y cada uno está preocupado de sus cosas. No siempre es fácil seguir manteniendo las relaciones que se tenían o, a pesar de mantenerlas, necesitamos aires nuevos. La forma más fácil de entablar nuevas relaciones es apuntarte a una actividad grupal, donde aparte de hacer o aprender sobre algo que te motive, conocerás a un puñadito de gente nueva dónde seguramente habrá alguien con quién encajes, ni que sea porque ya tendréis un punto de partida común.

  1. No te cierres a ese plan diferente, extraño, absurdo que te propone tu amig@, herman@, cuñad@.

Lo sé, es un rollazo! hace mal tiempo, te da pereza, tu cuerpo te dice que lo que más te apetecería en este momento es tumbarte en el sofá con tu mantita y ponerte una peli o ese capítulo de tu serie favorita que acaba de salir…pero si lo que quieres es huir de ese bucle de monotonía y falta de vida social, aprovecha cualquier oportunidad de abrirte a cosas nuevas! De conocer gente o simplemente de disfrutar de otras cosas que nunca habías hecho! A veces te sorprenderás encontrando que descubres algo o a alguien que realmente merece la pena y te interesa.

  1. Compañer@s de trabajo.

Asumámoslo, pasamos la mayor parte de nuestra vida adulta dentro de nuestro entorno laboral. Generalmente éste no ha de convertirse en nuestro círculo de amistades, es más, recomiendo que no sea tu principal entorno social sobre todo si tienes tendencias workoholics, pero es una de las mejores formas de hacer tus primeros contactos cuando llegas a un sitio nuevo, o si estás en tu ciudad y cambias de empresa, de sector. No te cierres en banda con prejuicios y estereotipos y dale una oportunidad a es@ compañer@ tan maj@ con el que te tomas el café de vez en cuando. Quizá tengas ahí a tu próxim@ amig@.

  1. L@s vecin@s.

La proximidad y la comodidad ayudan, y cuánto mayores nos hacemos más. Es posible que esa persona con la que te cruzas cada día en el descansillo, en el ascensor…en la piscina de tu comunidad, cuándo vas a comprar el pan…se encuentre en la misma  situación que tú y que un día empecéis a hablar algo más y descubráis que tenéis cosas en común y que podríais congeniar. Los factores para que esa relación fructifique en una amistad están a vuestro favor porque lo que más nos limita son el tiempo, la pereza y los desplazamientos y en estos casos tienes asegurada esa proximidad que facilita el vínculo.

  1. L@s amig@s virtuales.

Comentaristas, blogueros, amigos de Facebook o Twitter . Los que pasan mucho tiempo conectados y se encuentran virtualmente con personas que tienen sus mismos intereses, muchas veces arreglan para encontrarse en vivo y en directo y terminan formando grupos reales del que pueden surgir nuevas amistades.

Y no sólo esto, para los que estamos fuera, todas estas nuevas tecnologías y redes sociales (Twitter, Facebook, Whatsapp, Blogs,…) nos ayudan a mantener y no perder el contacto con la gente que tenemos lejos. Está claro que si estas relaciones no se fomentan con el contacto personal y continuando compartiendo momentos de nuestras vidas tienden a convertirse en relaciones virtuales de ascensor, en las que poco más que te preguntas un ¿qué tal te va? Como quien pregunta la hora…pero es verdad que ayuda a no desvincularse de tus círculos y amistades que por diversas razones tienes desperdigados por el mundo. Requiere esfuerzo de ambas partes, pero es una forma de mantener muchas relaciones.

Y en la vida, como en todo, lo mejor es diversificarse…tener amigos en distintos ámbitos y preocuparse de cuidar la relaciones. Esto no es hipotecar tu vida en funcion de tus amistades, pero si tener varios círculos en los que poder moverte. En unos serán compañeros, en otros conocidos, en otros más allegados…y entre todos ellos seguro que tendrás 2, 3 o incluso 4 amigos de verdad con lo sque tu relacion sea más íntima y con los que compartas algo más que tu tiempo.