Algo que caracteriza el comportamiento humano es nuestra tendencia a juzgar al prójimo, y aunque normalmente lo hacemos por lo bajini o inconscientemente, a veces se nos escapan las palabras por la boca transformándose en una crítica. A pesar de la connotación negativa asociada a las críticas no siempre tienen porque ser dañinas, un garbanzo malo no estropea un cocido y una crítica destructiva no debería ensuciar el noble arte de debatir. Para sacar partido a una crítica y comprender la intención del emisor es fundamental diferenciarla, y esta pequeña guía práctica no solo nos va a enseñar a aprovecharnos de los comentarios ajenos, sino que también resultará útil para los que, a pesar de su buena intención, siempre la cagan escogiendo las palabras menos apropiadas.
Críticas constructivas
El pilar de las críticas constructivas es el respeto y la intención es ayudar o provocar un cambio positivo.
Las críticas constructivas no solo nos ayudan a ampliar nuestro punto de vista, además son un jarabe contra el egocentrismo y la soberbia cien por cien efectivo si se toman siguiendo el prospecto. Reconocer nuestro desconocimiento y pedir ayuda no nos vuelve vulnerables, sino que nos hace más humildes y es la mejor forma de aprender y madurar.
¿Qué diferencia a las críticas constructivas?
- Se centran en el problema, no en las capacidades y habilidades de las personas. En vez de decir «eres muy malo con las matemáticas» deberías decir «las matemáticas son un campo duro y requieren mucho esfuerzo, pero ya verás cómo poco a poco mejoras».
- Tienen en cuenta tanto lo positivo como lo negativo. Recordarle a alguien todo lo que hace mal es tan sencillo como inútil si tu intención es ayudar. Cuando críticas el comportamiento de una persona estás creando un vacío en su conducta, y lejos de mejorar puede llegar a pensar que no sabe hacer nada bien. Para evitarlo es importante recordarle lo que hace bien, esas fortalezas que pueden sustituir a lo negativo.
- Son objetivas. Se basan en ejemplos, en datos y en evidencia. A menudo nos parece imposible equivocarnos y somos incapaces de hacer autocrítica, por lo que una buena crítica constructiva utilizará ejemplos reales que revelan nuestros fallos.
- No hay superioridad moral. Una frase tan inocente como «yo eso nunca lo haría» puede afectar a la otra persona haciéndole sentir inferior. No hace falta que le demonices por haber cometido un desliz, y tampoco es necesario que actúes como Stephen Hawking por el mero hecho de dominar mejor el tema. En mayor o menor medida todos nos creemos los putos amos, pero si realmente quieres ayudar no hagas sentir a los demás como una puta mierda porque así en vez de reforzar tu ego, quedas como un capullo.
- Se basan en el respeto. Todas las críticas constructivas tienen en común el respeto. Es algo necesario y fundamental, da igual la intención o la objetividad de la misma si no hay educación de por medio.
- Hay una utilidad o trasfondo. ¿De qué sirve decirle a una persona que ha suspendido tres veces una oposición algo como «estás perdiendo el tiempo y el dinero»? ¿Acaso no sabe mejor que tú lo que le está costando? ¿Recordarle lo negativo va a hacer que actúe mejor? Si lo que vas a decir no es más útil que el silencio mejor cuéntaselo a la almohada. Cuando alguien da una crítica constructiva tiene la intención de ayudar y cree que su consejo es aplicable a una situación que puede cambiar y mejorar.
¿Cómo aprovechar una crítica constructiva?
- No te lo tomes como algo personal, sino como una oportunidad para conocerte mejor y mejorar.
- El hecho de que te critiquen, aunque sea de forma constructiva, no implica que tengas que cambiar tu comportamiento para ajustarlo a lo que te están diciendo. Sopesa tu conducta y tu actitud, la última palabra está en ti. Aprovecha la oportunidad para valorar tu forma de hacer las cosas y piensa si podrías hacerlo mejor de otra manera.
- No tengas miedo a debatir. No hace falta que tires un plato a la cabeza de nadie, pero si estás contento con tu actitud defiéndela con uñas y dientes.
Críticas destructivas
Una crítica destructiva no aporta nada ya que no ofrece argumentos válidos que den pie a una reflexión. Son todo lo contrario a las mencionadas anteriormente, se basan en la subjetividad y no están sujetas a cambio («esto es así porque lo digo yo», ¿te suena?), además tienen la intención de hacer daño. No dan información útil acerca de cómo mejorar nuestros errores ya que se centran en lo personal. Suelen provenir de personas con una autoestima baja que intentan disimular su vulnerabilidad e inseguridad haciendo sentir a los demás tal y como como se sienten ellas, es decir, rebajan a los demás para crecerse.
¿Qué diferencia a las críticas destructivas?
- Se centran en las capacidades y habilidades de la persona en vez de en el problema. El objetivo de una crítica constructiva no es ayudar, sino hundirte porque «eres lo peor de lo peor y nunca lo harás tan bien como yo». Tu desgracia alimenta su autoestima.
- Tienen en cuenta solo lo negativo. Las personas tóxicas rellenan el vacío que dejan la críticas con culpabilidad y odio, de nada sirve recordarte tus puntos fuertes porque quieren verte caer para que su infelicidad no destaque.
- Son subjetivas. Se basan en creencias a menudo falsas provocadas por el miedo y las inseguridades. Aprovechan tu vulnerabilidad para hacerte creer que todo lo haces mal.
- Hay superioridad moral. Aunque las personas que recurren a las críticas destructivas suelen tener serios problemas de autoestima, los camuflan con una falsa superioridad. En vez de resolver sus problemas, prefieren taparlos actuando como seres incapaces de equivocarse, con una moralidad intachable que les da el derecho de rebajar a los demás.
- No hay una utilidad o trasfondo. El objetivo es herir, no le des más vueltas porque no hay nada más. A veces justificamos las críticas destructivas porque provocan en nosotros un cambio positivo sin darnos cuenta de que la raíz de dicho cambio es nuestra actitud hacia la negatividad de los demás.
- Se basan en el odio. Todas las críticas destructivas tienen en común el odio. Puede coincidir que tengan parte de razón, pero la negatividad y el rencor las convierten en un argumento inútil. No están enfocadas hacia la autocrítica, sino hacia la destrucción.
¿Cómo aprovechar al máximo las críticas destructivas?
- Pásatelas por el arco del triunfo. Si alguien quiere hacerte daño no tiene sentido darle importancia.
- No te autoflageles. Hagas lo que hagas siempre habrá personas criticándote, la vida es una enseñanza constante que nos demuestra la importancia de actuar en base a nuestras creencias. Es preferible arrepentirnos de ser nosotros mismos que de ser lo que los demás quieren que seamos.
- No dejes que una persona tóxica te haga dudar de tu valor. Aprovecha las críticas destructivas para reafirmar tu autoestima y para conocerte mejor. Acepta tus defectos y nadie podrá utilizarlos contra ti.
- Convierte la frustración de los demás en tu éxito. Este post está inspirado en las decenas de comentarios destructivos que llegan a WeLoversize, va por vosotros, guapos.
