Las estanterías de las librerías están repletas de libros de autoayuda. ¡Cómo vencer el miedo!, ¡cómo superar la frustración!, ¡cómo liberarse de su yugo!, etc,….Podría hacer solo un post con los títulos de los libros de autoayuda. Pero en realidad, ¿sirven para algo?
Yo creo que sí. Sirven para aumentar la cuenta corriente de quien los escribe y de quien los vende.
Pienso en serio que no sirven de mucho a quienes van buscando entre sus páginas la solución a sus problemas, porque la solución está dentro de nosotros, y no en los libros de autoayuda.
Por cierto, quiero apuntar aquí una reflexión interesante: Si los libros de autoayuda existieran de verdad, serían muy parecidos a este.
Se habla mucho de la autoestima y del autoconcepto.
Pero, ¿qué es la autoestima?
No deja de ser la valoración que hacemos de nosotros mismos en relación con los demás.
Si he dicho bien, con los demás. Porque si no hay un punto de referencia, no podemos valorar si somos buenos o malos en algo. Nuestras evaluaciones no significarían nada si no sabemos lo que significan para el resto.
Esto quiere decir que la imagen que tenemos de nosotros mismos no es heredada sino que es aprendida. Y aprendemos a lo largo de nuestra vida cuando nos relacionamos con los demás, con el mundo y con nosotros mismos, desarrollando en nosotros la idea de cómo creemos que somos.
Vale Alfonso me diréis, pero ¿qué hacemos cuando ya hemos perdido toda esperanza de las cosas cambien por si solas? Pues yo os tengo que decir que cambiemos nuestra forma de actuar. Mi lema en estos casos es siempre una extraordinaria frase del gran Albert Einstein y viene a decir más o menos que si queremos resultados diferentes, no sigamos haciendo lo mismo. Huir no siempre da buenos resultados.
¿Cuántas veces nos hemos empeñado en seguir por el mismo camino a pesar de tener dudas sobre el resultado?
¿Cuántas veces nos quejamos de que las cosas no salen bien pero no hacemos nada para cambiar nosotros? Las cosas son como son y siempre lo serán, somos nosotros quienes las interpretamos y le damos valor. De esto saben mucho Andrea Nuñez y Rebeca Gómez, aquí y aquí.
¿Qué os parece si os propongo algunos ejercicios para comenzar a levantar nuestra autoestima?
Algunos ya los conoceréis seguro, pero quiero traerlos aquí para trabajarlos de nuevo. Quiero hacer aquí una puntualización sobre 4 áreas de suma importancia siempre que se hable de autoestima. Son aspectos «trabajables» y «entrenables», que se necesitan practicar para conseguir aumentar nuestra autoestima:
Autoeficacia. Viene a ser algo así como la confianza que tenemos en nosotros mismos. Es algo que nos vamos creando cuando nos ponemos a prueba en las diferentes situaciones.
Autorreforzamiento. Hablamos de autorreforzamiento cuando nos premiamos ( material o verbalmente) por haber hecho algo de manera correcta. No necesitamos constantemente que nadie nos alabe cuando hacemos algo bien. Nadie mejor que nosotros para esta labor.
Autoimagen. ¿Os habéis parado a pensar el tiempo que al cabo del día dedicamos a observarnos a nosotros mismos? No hablo de mirarnos al espejo cuando nos maquillamos o nos cepillamos los dientes. Hablo del cuerpo entero y sin ropa encima. ¿Os da vergüenza? Pues vuestro cuerpo es el envoltorio en el cuál vais a viajar por este camino que es la vida. Es el envoltorio que os han regalado para hacer este viaje. Más os vale conocerlo, quererlo y cuidarlo porque solo hay este.
Autoconcepto. Sería algo así como la imagen global que tenemos de nosotros. Qué es lo que pensamos de nosotros mismos o qué es lo que creemos que los demás piensan de nosotros.
Pautas para aumentar la autoestima:
- Créate metas flexibles y cortas. Autoeficacia
- Huye de los libros de autoayuda. Autoconcepto
- Valora todo lo conseguido durante el día, por poco que sea. Autorreforzamiento
- Intenta hacer al menos, una cosa nueva cada día. Autoeficacia
- Elige cada día o durante una semana una cualidad tuya de la que te sientas orgullosa y adopta ese lema durante ese periodo de tiempo. Autoconcepto
- Haz al menos una cosa durante el día que te apetezca hacer. Autorreforzamiento
- Haz un listado de las partes de tu cuerpo que más te gustan. Tenlo siempre presente. Autoimagen
- Léete este manifiesto y este otro. Autoconcepto
- Mírate al espejo durante 5 minutos cada día y hazte esta serie de preguntas: Autoimagen
¿Me veo guapa/o?
¿Qué es lo que veo?
¿Qué cosas buenas tengo?
¿Qué es lo que más me gusta de lo que veo?
Esto no traerá un cambio inmediato, os lo aseguro, pero será el comienzo de algo distinto. El comienzo de intentar hacer las cosas de manera distinta, como decía nuestro amigo Albert.
Trabajar nuestra autoestima, de una forma adecuada, y no con libros, nos puede aportar innumerables beneficios.
Ventajas de tener una autoestima bien trabajada:
- Podemos incrementar la cantidad y la intensidad de las emociones positivas. Seremos capaces de ver más cosas positivas en nuestro entorno en vez de ver solo lo negativo.
- Aprenderás a gestionar las emociones negativas de una manera adecuada, sin huir de ellas, solamente ubicándolas en su lugar correspondiente y otorgándolas la importancia necesaria. Aprende con ellas y no huirás de ellas.
- Te volverás más eficaz en todo aquello que emprendes. Ya sean estudios, trabajo, pareja,…. La sensación de autocompetencia crecerá y esto a su vez refuerza la autoestima.
- Te mostrarás al resto de una forma más autentica, sin máscaras. Porque no sentirás tanta necesidad de aprobación. A su vez ya no necesitas tanto la atención de los demás porque tú no estás invirtiendo en ello.
- Reaccionarás a las relaciones de una manera más equilibrada. Sin tantos miedos
Venga ya, ¿os atrevéis con un cambio?
