Si hay algo que nos preocupa a los gordos y gordas del mundo es el tema de las dimensiones y del espacio. Más de una vez hemos pasado un mal rato por culpa de la incertidumbre de saber si entraremos o no en tal o cual sitio; o si esa silla resistirá nuestro peso. Decía mi abuela que las penas con pan son medias penas, así que tranquila, no eres la única, ni la primera, que se ha angustiado por este tipo de cuestiones.

Evidentemente no tengo la solución a todas las preguntas de gordos del mundo mundial, pero sí tengo 28 años de experiencia en el sector y voy a intentar que no mueras de la angustia en 10 tips:

1. Si una silla se rompe, no es el fin del mundo. Sí, ya lo sé, no es lo mismo si la rompe tu amiga la de la talla 38 que si la rompes tú con tu talla 54 pero chica hay veces que está de Dios que la silla se rompa y más si son de estas de Mahou rojas que llevan 564 años al sol. Normalmente suelen tener sillas dentro, no tengas vergüenza en pedir una amablemente y sacarla a la terraza.

2. Existen extensores de cinturón en los aviones y tranquila: están más que acostumbrados a que la gente se los pida. Es un trocito más que se utiliza para los bebés o para la gente a la que ese maldito cinturón no le abrocha, normalmente es naranja porque es el trocito que utilizan en la demostración del vuelo.

3. La mayoría de los asientos de avión tienen reposabrazos abatibles, es decir, que se suben para arriba si te aprieta el culo o no terminas de entrar bien. Eso sí, huye de los asientos de emergencias porque esos son fijos.

Medidas de los asientos de Ryanair
Medidas de los asientos de Ryanair

4. Existen TAC abiertos. Quizá muchas no os habéis planteado esto pero hay mucha gente que tiene fobia a los espacios cerrados tan pequeñitos y existe la posibilidad de hacerse estas pruebas en otra máquina en la que afortunadamente cabe todo el mundo.

5. Hay asientos de prueba en la mayoría de las atracciones (siempre que sea un parque serio y no la feria de tu pueblo), por lo tanto antes de llegar al fatídico momento de que un señor soso te diga que estás demasiado gorda como para subirte en el Dragon Khan, haz la prueba. Suelen estar como a mitad de la cola. Y sí, ojalá que lo pusieran medio km antes y no tener que probar delante de toda la cola, pero bueno, menos es nada.

6. Una de las cosas que a mí me fastidia es el caso de los teatros. ¿Por qué son butacas del siglo III a.c? En serio, por favor, que hagan algo con eso ya que mi culo lo necesita. Por suerte si vives en una ciudad grande y el teatro también lo es, suele existir la posibilidad de comprar entradas en los palcos. Vale que lo ves de lado, que es una caca, pero por lo menos lo ves y no te quedas con las ganas de ver esa obra que tanto te gusta. Esto se aplica también a los que somos altos, porque ojo con la distancia entre butacas y lo que sufren las rodillas de aquel que mida más de 1,70.

Ejemplo en el Nuevo teatro Alcalá de Madrid - Billy Elliot
Ejemplo en el Nuevo teatro Alcalá de Madrid – Billy Elliot

7. Nadie se muere por aplastamiento mientras folla; si acaso se mueren por gilipollas; porque vamos digo yo que el susodicho o susodicha se quejará un poco antes de morir ¿no? Así que dale mandanga de la buena y no te cortes a la hora de disfrutar del sexo, que ya nos preocuparemos por cosas más importantes.

8. Pregunta, pregunta y pregunta. Que no te de vergüenza. Si tus amigas van a ir a hacer paintball y tú tienes miedo de que no haya monos para ti: llama y pregunta. Lo mismo con cualquier actividad que necesite ir uniformado o con algún traje especial. No te cortes por favor, estás en tu derecho de preguntar qué tipo de soluciones o tallas ofrecen.

9. Os prometo que nunca había pensado en esto, pero me surge una duda al escribir el post: ¿y qué pasa con los ataúdes? Pues mira, ni lo sé ni me importa. Conmigo, cuando me mueran que hagan lo que quieran. Digo yo que mis cenizas tampoco ocuparán mucho…

10. Haz el favor de vivir. De apuntarte a los planes, de no quedarte en casa esperando a que el plan sea comer pipas en un banco (porque ahí sí te cabe el culo) o ver pelis en casa de tu amiga. La gente es libre de juzgarte (la gente por llamarles de alguna manera) y no está en tu mano que lo dejen de hacer. Que hagan lo que les de la gana pero tú sonríe, vive y actúa. Olvídate de las miradas y preocúpate por disfrutar de los planes con tu gente.

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Imagen de portada: Tess Holliday