He ligado en una retención de la autopista en plena operación salida de vacaciones, lo más surrealista que me ha pasado nunca

 

Os voy a contar lo más surrealista que me ha pasado en la vida. 

El otro día volvía a Barcelona de pasar unos días en casa de una amiga que vive fuera y como era de esperar siendo fin de semana y periodo vacacional, me encontré retención al volver. 

Hacía mucho calor y justo se me estropeó el aire acondicionado del coche estando allí, así que abrí las ventanillas, rezando para que corriera una mínima brisa aunque fuera de aire caliente, y como estaba sudando me hice un moño, cuando de repente oigo un «hola«. 

Pensé que sería que alguien estaba hablando por teléfono, hasta que volví a escuchar otro «hola, perdona» y ahí sí me giré. 

 

   – Hola, si, dime.- Dije siendo educada. 

   – ¿Para ir al Splau por cuál tendría que salir?

   – La siguiente de Cornellá. 

   – ¡Muchas gracias! ¿Haces algo ahora? 

Y me quedé pensando si lo había escuchado mal, pero no, por lo que me quedé súper sorprendida, estoy segura que se dio cuenta.

retención

   – Ahora he quedado con una amiga.- Dije por si era un psicópata que me iba a seguir hasta casa.

   – ¿Me das tu número y nos vemos otro día? Sé que esto no es muy normal ni habitual, pero es que te he visto en la retención y me has encantado, me gustaría conocerte tomando un café.- Dijo con una sonrisa y como me pareció cuerdo cuando lo decía y era guapo, pensé, ¿y por qué no? Y se lo di. 

 

Estuvimos hablando un par de semanas y decidimos quedar para tomar ese café el sábado por la tarde. Era un chico normal, no le vi nada raro, no sé cómo se fijó en mi, sudada y con moño, pero ese es otro tema. 

Estuvimos charlando durante horas, se nos hizo tan tarde que decidimos cenar juntos también. Le invité a mi casa y pedimos unas pizzas y nos las comimos sentados en el sofá viendo una peli, como si nos conociéramos de toda la vida.

   – ¿Debes de tener la agenda llena de chicas nuevas con la de retenciones que hay en verano, no?- Dije en tono burlón. 

   – ¡Tonti, no es así! Me morí de la vergüenza cuando te lo pedí el otro día, pero es que me llamaste mucho la atención, nunca lo había hecho, no hay chicas tan preciosas como tú en una retención de carretera. 

   – ¿Y te sigo llamando la atención ahora que me ves fuera del coche?

retención

   – No sé, ¿y si lo compruebas tú misma?- Dijo acercándose hasta que nuestros labios se rozaron. 

 

Deslizó un tirante de mi vestido y después el otro suavemente hasta que cayó al sofá, desabrochó mi sujetador y acarició el camino hasta mis pechos.

Siguió bajando y mientras besaba mi vientre, su mano rozaba por encima del tanga mi sexo. 

   – Que mala anfitriona, no me has ofrecido postre. ¿Me sirvo yo mismo?- Dijo sonriendo mientras acercaba su boca a mi sexo humedeciéndose los labios.

 

Me pareció muy sugerente y graciosa la propuesta y obviamente, me encantaba el sexo oral, así que asentí.

– Claro, sírvete tú mismo, que aproveche.- Dije en tono despreocupado.

Sonrió y su lengua fue directa a lamer los labios para después abrirlos y succionar mi clítoris mientras me introducía dos dedos por mi coño. 

Lo hacía muy bien, fue acelerando el ritmo de los dedos, le cogí de la cabeza suavemente para que no se parara y me dejé llevar hasta correrme en su boca. 

Se levantó y se desabrochó el cinturón.

 

   – ¿También quieres postre? Te lo he traído preparado desde casa- Dijo mientras se bajaba la cremallera de los pantalones. 

   – Déjame ver bien qué me has preparado y si me gusta sí.- Dije mientras le acababa de bajar los pantalones y dejaba a la vista su erección.- Sin duda tiene buena pinta, a ver si me lo puedo comer todo.- Dije mordiéndome el labio. 

 

Bajé para lamer desde los huevos hasta el glande y me introduje su polla en la boca, jugué un rato con ella y después me cogió suavemente de la cabeza para ayudarme a saber que ritmo y profundidad le gustaba.

Levanté la mirada y vi su cara de placer, le estaba gustando demasiado y no parecía ir a aguantar mucho más, así que paré, me levanté y fui a buscar un condón para ponérselo. 

Me recosté sobre la cama y se colocó entre mis piernas, se quedó mirándome con cara de vicio total y me la metió de una embestida.  Brusco, duro, animal, tal y como me gusta a mí.

 

Siguió sin apartar los ojos de mí mientras me metía el dedo en la boca y se lo succionaba. Lo vi estremecerse por unos segundos y eso me encantó, le había gustado lo que le había hecho antes, seguro. 

Aceleró el ritmo mientras me sacaba el dedo de la boca e iba bajándolo por mi cuerpo hasta llegar a mi clítoris. Lo acaricio en círculos y en pocos segundos, me corrí de nuevo, pero esta vez el placer era mutuo y se corrió agarrándome de las caderas. 

Nos quedamos acostados en la cama sudados por completo. 

 

– Deberías pensar en ponerte aire acondicionado, tanto en el coche como en casa, o como mínimo un ventilador aquí, que hace mucho calor.

– No te quejes, que si tuviera aire acondicionado en el coche no acabarías de follar.- Dije sonriendo y guiñándole un ojo.

– ¡Touché!- Dijo riéndose y después me besó.

 

Oaipa