Esto de los portales de contactos o de búsqueda de pareja, deberían llamarse búsqueda de rolletes o aplicaciones para echar un «rapidito», porque el 80% de los usuarios y el 50% de las usuarias es lo que buscan cuando se hacen a navegar por los mares del amor cibernético. Lo de «follamigos» o «fuckbuddies» es la moda, la tendencia, lo más «in» y se ha optado por llamar así a las relaciones que se basan principalmente en copular como conejillos y punto (si puede ser evitando reproducirse como ellos, muuucho mejor) .Esto, en teoría, no me genera ningún problema. Mi filosofía en general es, que siempre y cuando todas las partes involucradas sean adultos (importante punto, oiga) que consienten y nadie salga herido, cualquier tipo de relación está bien.

A los de las aplicaciones se les detecta rápido. Yo al menos tengo un ojo crítico para detectar los que buscan sexo sin compromiso y cuando hablas con ellos, ya es definitivo. Muchas veces ni sufres porque son tan evidentes que los descartas a una velocidad de vértigo. Peeeeeero,….alguno se escapa del radar y al final siempre acabas maldiciendo el día en que desvirtualizaste (término moderno que refiere el momento en el que conoces físicamente a una persona virtual).

Todo esto viene a que he tenido recientemente algunas conversaciones con amigas que salen de relaciones en las que una de las partes sólo estaba interesada en el sexo y no se lo dijo a la otra. Eeeeeeeeeerror!! La honestidad es lo mejor para que nadie saque conclusiones equivocadas. Yo puedo añadir a estas conversaciones decenas de experiencias vividas en mis carnes que hacen que todo cobre un matiz más personal y que me haya puesto a reflexionar hasta encontrar las claves para detectarles y evitarles ,elegantemente, sin lágrimas de por medio.

Aunque me he encontrado que la mayoría de las veces estas relaciones se rompen amistosamente, hay algo especialmente molesto y doloroso en pensar que esa persona que tanto te gustaba y con la que sentías que realmente conectabas, estaba contigo principalmente por zumbar. Debo decir que en algunos casos, estas experiencias son especialmente traumáticas y hacen un flaco favor a la autoestima.

No es sorprendente que las mujeres seamos mucho más propensas a ser «utilizadas» para el sexo que los hombres. Hablando desde mi propia experiencia, simplemente no puedo tener buen sexo con alguien por un determinado período de tiempo y no acabar sintiendo algo más. La culpa es de las hormonas, de las diferencias latentes en nuestro cerebro ancestral y bla bla bla,  pero flotando sobre toda esas charla pseudo científica está la frase de mi santa abuela que decía, «el roce hace el cariño» y la mayoría de las mujeres que conozco, se sienten de la misma manera que yo. No significa por ello que no seamos capaces, en determinados momentos y con determinadas personas, de tener sexo esporádico sin ataduras  y sin problema ninguno, pero suelen ser rachas que acaban cuando te sacias, como es mi caso, o arrebatos pasionales, puntuales y aislados.

Los hombres, sin embargo, tienden a ser diferentes. Como dijo un amigo mío, «Si está de oferta, me lo llevo.» Suena crudo, pero no es el único que piensa así. (Y para ser justos, tengo algunos amigos que tuvieron relaciones donde los objetos sexuales fueron ellos).

En cualquier caso y por lo general, hay ciertas señales para saber si tu «candidato» está solamente interesado en sexo puro y duro. Si bien esta lista no es definitiva, éstas son las que han surgido una y otra vez en todas las conversaciones y las que detecto tras todos los desengaños.

1. Tu pareja sólo le felicita en términos físicos.

Todo el mundo disfruta de un cumplido de vez en cuando. Es agradable saber que eres guapa o también eso de que te digan que tienes un buen culo te alegra la vida. Sin embargo, si todos los elogios son comentarios acerca de cómo te ves, puede ser una señal de que tu partener no piensa más allá de lo físico.

Otro signo importante es si tu pareja constantemente se refiere a tu cuerpo (o partes específicas de tu cuerpo) en términos brutos como «tetas», «coño», etc. Si bien no hay nada malo en decirse guarradas de cuando en cuando, refiriéndose constantemente a tu cuerpo de esta manera, especialmente si no te estás sugiriendo sexualmente todo el tiempo y piensas en él como algo más que sexo, es evidente que tiene poco interés en lo que tienes entre las orejas y más en lo que tienes entre las piernas.

2. Nunca conocerás a sus amigos.

Este punto debería ser una enorme alerta roja. Si alguien es «sólo» mi amigo, es cuestión de educación básica nivel principiante presentarle a mis amigos, sobre todo si estamos juntos en público y nos los tropezamos por la calle o surge un plan común.

Francamente, si estás teniendo sexo con alguien y ni siquiera sus amigos saben que existes, tómalo como lo que es: No te quiere en su vida salvo para cubrir ciertas necesidades básicas.

3. Quieren  jugar constantemente a médicos y enfermeras.

Cada cual que haga en su intimidad lo que quiera, pero es cierto que hay hombres que tratan de cumplir fantasías con personas que pasan temporalmente por su vida. Tienen claro que la relación contigo no es permanente y se pasan el rato tratando de que finjas ser otra persona que no eres y solo querrá acostarse contigo mientras juegues ese papel. Por supuesto, si te va ese rollo, has dado con la horma de tu zapato, pero si no…ya sabes por dónde suenan las campanas.

4. No están ahí para ti.

No estoy hablando de pequeñas cosas como cuando te partes una uña, te baja la regla o discutiste con tu mejor amiga, pero en las cosas importantes como la muerte de una mascota, el primer día en un nuevo trabajo, etc sería genial si al menos se acordaran.

En el mundo ideal de Aladdin y Jasmín, un novio es, ante todo, un amigo. Lo amigos por definición, te quieren. Tus amigos están ahí para ti, incluso si es sólo en forma de un whatsapp o una llamada. Nadie tiene tan poco tiempo para no enviar un mensaje, así que el resto suena a excusa barata.

Si ese alguien no está ahí para ti, entonces no te quiere de ninguna de las maneras. A pesar de que es doloroso reconocerlo y la tentación de excusarles por su comportamiento es poderosa, lo que es, es y no sirve de nada darle más vueltas.

5. Todo es muy unilateral.

Si eres como yo, generosa y detallista, de esas que hacen cientos de cosas por su «pareja» como llevarles el chocolate que más le gusta, enviarle artículos que le pueden interesar, comprar entradas para ese partido que quería ver aunque no te guste el fútbol, etc debes tener claro que si el maromo en cuestión solo quiere sexo, nunca recibirás ni un gracias por esos detalles y menos aún te devolverá el gesto.

Por desgracia, esto es muy común en las relaciones en que una de las partes está interesada principalmente en el sexo y el otro quiere una relación «real».

De hecho, trata de preguntarle a tu «pareja» si solo quiere tener sexo contigo a ver qué ocurre. Esa pregunta rara vez se traduce en una respuesta honesta y lo que se lleva ahora es que te digan: Vamos a fluir!! Dejando la puerta entreabierta para que huyan cuando mejor les convenga gracias a la retórica como herramienta afilada. Nunca se pillan los dedos con nada que les pueda comprometer y no te muestran sus intenciones. En conclusión: la gente miente, sobre todo cuando tienen un especial interés en lo que obtendrán con su mentira: Meterse en tus bragas. De hecho, he conocido auténticos profesionales del ilusionismo emocional: detectan qué es lo que quieres, despliegan unos truquitos de magia por aquí y por allí y te hacen creer que él es todo lo que querías. ¿Qué consiguen con ello?, doblegar tus defensas y demostrarse que no hay mujer que se resista a sus encantos.

6. Las excusas como amigas inseparables.

Si le dices de quedar y te suelta una lista de excusas para no poder verte porque: es el cumpleaños de su madre, no sabe si se va a celebrarlo a Cuenca o a Salamanca y encima se está cogiendo una gripe. Todo junto, sin respirar y así de sopetón, obviamente es que no quiere verte, porque en su pequeña mente masculina considera que tooooda su vida es mucho más importante que tú, que ya te ha visto hace muy pocos días y verse con tanta frecuencia es sinónimo de boda y churumbeles correteando o simplemente pasa de ti, directamente, sin anestesia y piensa que tantas excusas son de lo más normal y la próxima vez que te llame (mes y medio, dos) estarás esperándole con tu salto de cama de Victoria´s Secret.

En resumen; La mejor señal de que te están usando es cuando sientes que te están usando. Punto. No hay que darle más vueltas. Por doloroso que pueda ser, salir de este tipo de relaciones es, a menudo, lo mejor que podemos hacer por nosotras mismas.

Mientras que muchas cometemos el error de pensar que podemos «hacer» que alguien nos quiera dándoles nuestro cuerpo, ellos piensan todo lo contrario o no piensan nada. Simplemente ven: sexo, sexo y sexo.

Querer a alguien o quizás sería más correcto decir, desear el cuerpo de una persona no es lo mismo que querer su mente. Aunque no hay nada malo en que dos personas nos juntemos para saciarnos de sexo, hay algo intrínsecamente malo y potencialmente perjudicial en querer a alguien física y emocionalmente que no nos corresponde con el mismo sentimiento.

Hay parejas que empezaron como amigos con derecho a roce y luego surgieron otros sentimientos más profundos. Si las dudas te corroen, lo mejor es dar aire y espacio y tratar de coger perspectiva desde fuera. El que te quiere, te busca. Si no vuelve, entonces deberíamos dejar de hacernos daño alimentando la sensación de que hay algún defecto dentro de nosotras mismas y que somos las culpables de que nadie nos quiera,… por favorrrrr, todo menos autocompasión chicas!!.

La verdad es que todos nos merecemos ser tratados con un mínimo de respeto y amor. La cruda realidad es que nadie pierde algo que, desde el principio, nunca tuvo.