Es oficial, es una epidemia. Mis amigas no paraban de contarme historias sobre hombres que desaparecen de sus vidas sin explicación ni excusa. Reconozco que durante un tiempo pensé que eran exageraciones y que algo habrían hecho ellas para que un tío se esfumase así porque sí. Qué ingenuidad la mía… En los últimos meses han pasado por mi vida unos cuantos escapistas profesionales que me han hecho darle la santa razón a mis amigas.

Desaparecer sin más nunca estará justificado. Existe una cosa que se llama ‘educación’ y otra todavía menos común que dicen se llama ‘valentía’. Así tengas el motivo más poderoso para desaparecer de la vida de alguien, qué menos que una breve notificación en forma de mensaje. Una cosa discreta, tampoco es que pidamos una biblia, pero me parece lo mínimo para evitar que la otra persona se raye la cabeza durante días pensando en si ha hecho algo mal o si el susodicho en cuestión se dignará a reaparecer. Un poquito de empatía, amigos, un porquito de por favor. Y más ahora en el mundo en el que vivimos que todos podemos escudarnos detrás de un teléfono y no tenemos ni que mirar a los ojos a la otra persona para decirle que no nos gusta. ¿Qué excusa cabe?

Si ahora mismo te encuentras en esa situación en la que tu cita/follamigo/novio/whatever ha dejado de responder repentinamente a tus mensajes, quizás sea por uno de los siguientes motivos:

No le gustas una mierda.

Seamos claros, si solo habéis tenido una cita y después se lo ha tragado la tierra no hay muchas respuestas posibles. No le interesas pero no es capaz de decírtelo, así que mutis por el foro y la vida sigue.

Huye del compromiso.

Era divertido al principio, pero ahora que ha visto que tú quieres algo más que whatsapps de medianoche ya no le hace tanta gracia. Seriedad la justa y antes de que te montes películas huye galopando para seguir tonteando con el resto del mundo.

Está muy ocupado.

A mi esto me da bastante risa porque suele ser lo que te dicen tus amigas: ‘tía, estará ocupado, no te rayes’. Pero tú, que has tenido en un día 3 reuniones, 2 horas de gimnasio y otras tantas de recados atrasados, no has conseguido quitártelo de la cabeza. Quien quiere, puede. Y la excusa de los ‘quereceres’ sabes que no existe, que ni tan siquiera son los padres. Por muy ocupada que esté una persona, SIEMPRE encontrará un hueco para enviar un mensaje. Lo triste es que en el fondo lo sabes…

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Se ha enfadado por algo que desconoces.

Esto es algo que todas nos planteamos, revisamos las conversaciones de whatsapp como energúmenas buscando algo que haya podido ofenderle, pero ¿sinceramente? Todavía no conozco a un tío cuya desaparición tenga que ver con un enfado.

Tiene pareja.

Lleva 10 días hablando contigo día y noche pero todavía no os conocéis en persona. Insistes en quedar y él siempre está liado hasta que un día. PLUF. Desaparece. En estos casos yo apuesto por el ego, es decir, gente con pareja que utiliza las redes sociales para captar víctimas a las que camelar y a través de las cuales sentir poder. ‘No puedo porque tengo pareja, pero si quisiera… ligaría lo que me diera la gana’. Una vez ven que te están enganchando demasiado se las piran sin avisar y te dejan a ti con cara de póker. Otro clásico.

Cree que tú no tienes interés.

Esto es un poco ciencia ficción, pero en según qué casos puede llegar a pasar. Tú evitas escribirle para no parecer pesada y en realidad él percibe falta de interés. En caso de duda consulte con su farmacéutico déjale claro que te gusta. Ya no estamos para jueguecitos, vamos a echarle los mismos ovarios que huevos les pedimos a ellos. ¿Qué es lo peor que puede pasar? Que se aclare la situación.

Estaba a varias y otra le ha llamado más la atención.

Con esto del Tinder y otras redes para ligar es habitual que la exclusividad quede en el olvido y lo más probable es que tu conquista sea también la de otras tantas chicas a la vez. Si tu chico está todo el rato ‘en línea’ pero omite tus mensajes… ¡bingo!

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Amnesia postcoital.

Sí sí, este término existe y equivale al popular ‘prometer hasta meter y una vez metido, se acabó lo prometido’. Personas que te engatusan y conquistan el tiempo que haga falta, que te prometen el oro y el moro hasta que consiguen colarse en tu cama. Las promesas se van con la misma rapidez con la que se corren y cuando cruce el umbral de la puerta de tu casa será la última vez que le veas. Ya ha conseguido su objetivo así que se permite el lujo de desaparecer sin dar ni las gracias.

Se ha muerto.

Porque cuando las cosas iban aparentemente genial y lo último que supiste de él es que quería presentarte a su madre, llegas a plantearte que es que quizás se haya muerto o esté ingresado moribundo y sin teléfono en algún hospital de la ciudad. ¡Y tú sin poder ayudarle! Coñas aparte, si han pasado 10 días y no has sabido nada de él ni te han comunicado su fallecimiento… no estaba muerto no, estaba de parranda.

Mi pequeña recomendación ante un escapista es la siguiente. Si tú ya has mostrado abiertamente tu interés, le has escrito, le has dejado caer que te gusta, que quieres volver a quedar… Es hora de borrar su teléfono. Olvídate de horas de conexión o de arrepentirte de mandar mensajes que no deberías (tras 5 cervezas). Si el desaparecido en cuestión tiene algo interesante que decir y quiere volver a verte, qué mínimo que sea él el que se preocupe de buscarte a ti. Agenda -> eliminar contacto -> liberación absoluta.

Y que os quede claro que una persona incapaz de asumir la responsabilidad de cortar contigo, no merece la pena. Tópico donde los haya pero… vaya peso nos hemos quitado de encima <3

Autor: E.