No os digo nada nuevo si os comento que estar embarazada es una auténtica montaña rusa. Esos subidones los días de ecografía, esos bajones cuando te encuentras tan mal que no te puedes levantar del sofá. Si lo has vivido sabes de lo que hablo.

Yo me esperaba todas las náuseas y ciertos síntomas de los que siempre se habla, pero he de reconocer que algunos males del embarazo me pillaron totalmente por sorpresa. A ver si coincides conmigo o tuviste suerte y te libraste.

Los cuatro primeros meses la boca me sabía a MIERDA.

Os juro que ni las náuseas, ni los mareos ni los dolores me marcaron tanto como ese asqueroso sabor de boca. Al parecer es debido a los altos niveles de progesterona y no le pasa a todas las mujeres, pero a mi me marcó el primer trimestre y parte del segundo.

Me sangraba la nariz

En mi vida me había sangrado la nariz, ni de niña. Y estando embarazada se convirtió en algo habitual. Venga a hacerme churritos de papel higiénico para aguantar.

También me sangraban más las encías pero eso ya me lo habían comentado y no me pilló tan de sorpresa.

Estornudos aleatorios

Me levantaba con mocos y picor de ojos, como si tuviera alergia. Pero es que además había días que estornudaba compulsivamente sin parar. Y sin estar acatarrada ni nada parecido. Por supuesto lo busqué en Google y efectivamente, otro de esos síntomas random del embarazo.

 

Olor fuerte del pis

Entre que tienes el olfato más desarrollado y que todos tus fluidos están descontrolados, tu cuerpo es una fiesta. Pero lo que no me esperaba es el rechazo terrible que me generaba mi propio pis. Nivel tener que tirar de la cisterna antes de acabar porque me daba náuseas. Nadie me había preparado para algo así.

Granos de quinceañera

Sé que con las hormonas todo puede pasar, pero yo que nunca he sido de tener granos me sorprendí cuando mi cara se convirtió en una paellera.

Dolor de pedos por las mañanas

A veces era todo el día, pero esencialmente por las mañanas. Me daban unos calambres que alguna vez me llegué a asustar, pero siempre resultaban ser pedos atravesados.

 

Hasta aquí mi aportación. Espero que si has pasado por esto lo recuerdes con cariño, y si te suena a chino… ¡considérate afortunada!