¿Creéis que dónde me siento cuando voy en el coche con mis hijos y mi marido define mi capacidad como madre? Pues parece ser que sí, no sabéis lo que alucina la gente cuando aparecemos en coche y me ven sentada en el asiento del copiloto, mi marido conduciendo y mis hijos atrás.

Parece ser que, para que me den el carnet de buena madre, me tengo que sentar detrás entre las dos sillas de mis hijos, aunque no haya casi espacio, vaya super incómoda, mi marido solo en plan taxista y además, mis hijos no me necesiten para nada porque caen fritos según arranca el coche.

Yo entiendo que hay niños que desde bebés no toleran los viajes en el coche, se ponen histéricos, se retuercen cuando los sientas en la sillita y no dejan ni que les pongas el arnés de seguridad. Además de ir todo el trayecto llorando y gritando, ya sea un viaje de diez minutos como de dos horas. En estos caso, veo lógico que la mamá o el papá (porque también puede ir su padre con ellos en los asientos traseros y conducir mamá) se siente con ellos para entretenerlos y conseguir que la aventura del coche sea más amena.

Tiene que ser un verdadero infierno ir conduciendo con un bebé berreando cómo un loco en el asiento de atrás. Pero cuando mis hijos se portan bien y disfrutan del viaje, veo absurdo tener que sentarme con ellos detrás para que la sociedad no me tache de mala madre.

Os lo juro, tengo amigas que se llevan las manos a la cabeza cuando les digo que yo no me siento con ellos en la parte de atrás, es más, ahora tengo dos hijos y por lo tanto dos sillas que dejan muy poco espacio libre, pero cuando tenía solo a mi hijo mayor, tampoco me sentaba atrás con él. No lo veía necesario.

Si antes de nacer mi hijo mayor ya me preocupé de informarme debidamente sobre las mejores sillitas y anclajes para que mi bebé fuera seguro en el coche, me preocupo de estar al día de la normativa, de llevarlo a contra marcha y de conducir de manera segura cuando voy con mi pequeño en el coche, pues cómo no me siento con él en el asiento trasero, por lo visto, ya lo estoy haciendo todo mal.

Peores son las madres que llevan a los hijos en el coche a la escuela y conducen a toda castaña porque van siempre tarde. Van conduciendo histéricas y poniendo en riesgo a sus propios hijos y a los peatones que intenta cruzar los pasos de cebra.

Y encima llegan a la puerta del colegio y dejan el coche en doble fila, bloqueando el paso al papá o la mamá que ha llegado con tiempo y ha aparcado correctamente. Esas sí que son malas madres al volante y no yo por sentarme en el asiento del copiloto.

La sociedad a menudo impone expectativas y juicios de valor, pero es fundamental recordar que lo más importante es lo que funciona para ti, tu pareja y tus hijos. Y que te resbale lo que te digan los demás, claro.

No hay una única manera correcta de ser madre, y la elección de dónde sentarte en el coche no define tu capacidad como madre. La crianza de los hijos implica una serie de decisiones, y cada familia tiene su propio enfoque en función de sus circunstancias y preferencias. Si tú te quieres sentar entre las sillas de tus dos hijos y viajar incómoda, pues perfecto, pero no me juzgues a mí por no hacerlo.