Siempre he sido una persona que ha renegado de algunas de las cosas que mi madre hace por rutina, como querer llevar todo para adelante, volver de la compra como una sherpa del Himalaya o ir a las 9 de la mañana como si llevase 10 cafés… Ahora, me doy cuenta de que somos más parecidas de lo que yo creía.

Cuando me independicé pensé: ahora podré decidir en mi casa lo que quiero hacer, y si quiero comer comida china toda la semana, como; y si me quiero levantar el fin de semana a las 12 h, me levanto; y si no recojo la ropa tendida en una semana ¡no pasa nada! 

Vale pues, EMOSIDO ENGAÑADAS! Si como del chino toda la semana, me sienta fatal; si me levanto todo el fin de semana a las 12 h; no salgo del sofá y se me cae un ojo si veo la ropa seca más de 2 días sin recoger. ¿Qué pasó con mi independencia loca? 

 

Pues ha pasado lo que tenía que pasar, cuando trabajas y vives en casa de tu padres se ven las cosas de una forma, y cuando una te independizas, ganas muchas cosas… pero también muchas tareas de las cuáles no somos conscientes. He tardado 4 años en encontrar la forma de tener comida 24/7 en la nevera, con eso os lo digo todo. 

Ahora el pragmatismo ha llegado a mi vida y en algún momento me he vuelto una versión 2.0 de mi santa madre y ¿sabéis qué ha pasado? Que nos llevamos mejor. 

Ya cuando me mudaba, hablando con mi amiga, me sentía muy afortunada de algunas cosas que mi madre me había inculcado, como por ejemplo: mi madre intentaba primero arreglarlo todo ella y si no podía entonces llamaba a alguien, pero ante todo intentarlo. Os podréis imaginar la cara de mi amiga cuando me vio intentando arreglar un interruptor de la luz con un tutorial de youtube Me había venido arriba. 

Pero sin embargo, hubo muchas cosas que pude hacer yo, como usar el taladro (cosa que me da un miedo increíble) y me sentí realmente empoderada y ahí empecé a ver a mi madre de otra forma. 

Eso sí, una versión moderna Para las mudanzas, pintar y arreglar algunas cosillas, tiro de amigas y amigos manitas; y luego me hace muy feliz hacerles una comida rica. Si me dicen hace unos años, que me iba a hacer feliz hacer una paella para mis amigas lo iba a flipar fuertísimo. 

A día de hoy llevo 7 años independizada y cada vez me salen algunas cosas muy parecidas a ella y ya no reniego de ello, al contrario, considero que he tenido mucha suerte de tener un ejemplo de matriarcado tan potente en casa, ya que eso me ha permitido ser mucho más independiente y reconciliarme con esa visión de las madres que una tiene de adolescente, entendiendo así que en mi caso, ha sido todo un ejemplo a seguir. ¡Gracias mamá!

 

Carol Moreno