Que sí, que el amor propio y la autoestima debería de ser cosa de una misma y de nadie más, pero a efectos prácticos esto no se queda nada más que en una idealización o en algo a lo que muy pocos llegan alcanzar. A fin de cuentas a la mayoría nos importa lo que piensen los demás en mayor o menor medida, a casi todas nos flipa gustar y a es que quién no le interesa saber que alguien nos encuentra atractivas.

Pues sabiendo todo esto el otro día paseando por mi TL en twitter me encontré con esta frase: «tus complejos son las pajas de otros» y es que es así, las cosas que nosotras odiamos, que no encontramos atractivas, que tenemos ganas de cambiar a toda costa muy probablemente sean el motivo justo para que otros se enciendan y desaten su pasión más animal.

A mí sin ir más lejos me pasó con mis gemelos, ¿tus gemelos, en serio? Pues sí queridas, tenía yo complejo de gemelos, mira que tengo el cuerpo grande eh, pues lo que menos me gusta son mis gemelos y mis brazos. Nunca se me olvidará el día que quedé con mi ex (de las primeras veces) y se me ocurrió preguntarle qué era lo que más le gustaba de mí, para mi sorpresa completa y absoluta me dijo que mis gemelos. Yo me quedé con cara de haba en plan… pero qué dice este señor.

No estaba de broma, me dijo que le flipaban las piernas fuertes y musculosas en una mujer, que cada vez que me ponía de corto y al caminar se me marcaba el gemelo se volvía loco y le flipaba. ¿Le juzgo? Por supuesto que no. ¿Es raro? A mi parecer desde luego, pero oye, aquí cada uno con sus gustos y sus movidas.

¿Con esto qué quiero decir? Pues que a veces nos volvemos locas con ocultar partes de nosotras con las que no estamos a gusto, tenemos la sensación de que todas las personas de nuestro al rededor las miran con disgusto, las juzgan y muchas veces estamos simplemente equivocadas. Cosas que para nosotras no son bajo ningún concepto bonitas, para otro puede ser justo la parte de nuestro cuerpo que más le llame la atención. 

Así que trabajemos con nosotras mismas, cuidemos nuestro cuerpo y nuestra mente, seamos capaces de entender que aunque la sociedad marque cánones hay personas que prefieren seguir sus propios gustos, no nos martiricemos ocultando nuestro cuerpo porque, chica, cuando menos te lo esperes alguien se puede enamorar locamente de tus michelines, de tus estrías o de tus tetas caídas.