Qué maravilla, qué alegría, el verano por fin ha llegado.
Ya podemos ir de terraza en terraza tomando cañas al sol, estrenar modelitos nuevos, tumbarnos a la bartola en cualquier césped a comer pipas, sacar la tumbona y coger colorcito al sol. También podemos ir a festivales, recorrernos las fiestas de los pueblos, ver a los colegas que no vemos durante el año y recuperar en vacaciones todo el sueño acumulado durante el invierno. Y comer helados, ¡de eso que no falte eh!
Qué bucólico todo, qué maravilloso. Si es que cierro los ojos y me veo colocadita en la mejor playa de toda la costa californiana, estrenando bikinazo y esperando a que mi maromo termine de hacer surf con un Sex on the Beach en la mano mientras la brisa ondea los mechones de pelo que caen por mi cara. Ríete tú de los veranos de The O.C.
¡JA!
Esos veranos no existen y tú y yo lo sabemos. ¿Que por qué no existen? Atiende que te lo cuento:
En verano hace calor y sudas. Sudas mucho. Ondear tu melena al viento se convierte en misión imposible. Tiras de moño molón porque no te queda otra. Eso sí, ole los moños y mini moños que nos hacemos. Si no se te ocurren ideas, aquí te damos algunas.
Además, desafortunadamente no solo te suda la cabeza; te sudan hasta los dedos de los pies. Y eso no mola un cagao. No mola porque te quedas pegada en cualquier silla que se precie, porque da igual lo que te pongas que la sensación será: traje de neopreno MODO ON. Y porque 3 duchas al día te llegan a parecer poca cosa.
Espera, ¿he dicho silla? Ha llegado la temporada en la que la búsqueda del chiringuito con la silla más estable se convierte en tu pasatiempo favorito. Desde aquí mando un mensaje a todos los dueños de los bares: LAS GORDAS TAMBIÉN QUEREMOS SENTARNOS. Haced el favor de cambiar las sillas de Mahou rojas del año 97, que las hay monísimas por cuatro duros. (Las verdes de Heineken tampoco valen, y las de marca blanca tampoco) ¡Muerte a los reposabrazos y a las sillas de plástico Ya!

Da igual si la peli es de suspense o no… tú vas a estar en tensión.
Y es que lo de las sillas no acaba aquí. Si eres de la gente afortunada que consigue meter su culo ahí, probablemente sigas sin salir airosa de la situación. He visto obras de arte mudéjar en el muslamen de más de uno y de una que nada tenían que envidiar al cimborrio de la catedral de Teruel. Por favor, comprensión.
Que sí, que eso solo te pasa si vas con las piernas al aire. Pero es que ya está bien eso de que las gordas no pueden lucir palmito. Que no me da la gana de ir con pantalones de pana en verano solo porque a ti te moleste y te asombre que tenga celulitis. Así que con esto no vale hacerse la remolona. Benditas marcas de las sillas si tu vas fresquita y contenta.
Y es que lucir piernas no es lo único que nos cuesta. Ponerse la ropa de verano implica rescatar viejas glorias del armario que tu visualizabas perfectas y de repente te das cuenta de que igual te has pasado con el turrón, el roscón de reyes y las perrunillas de tu pueblo. Cambiar el outfit cuesta, cuesta mucho. Que levante la mano la que no se haya aferrado a la rebequita aunque se estuviese muriendo de calor solo por no enseñar los brazos.
Ya no vale esconder las lorcitas debajo de ese jersey oversize que tanto te gustaba, los hoyitos de las corvas tampoco se van a camuflar debajo de las medias negras que amas; ni tus brazos se van a volver tersos de repente. Pero, ¿es que acaso eso implica no poder ponerte lo que te sale del chichi? Pues no amigas y amigos, no, never, mai, jamais y todos los idiomas que se te ocurran. Este verano ponte lo que te de la real gana. Que ya está bien de hacer el tonto.
Así que no, probablemente tu verano no sea como el de Marissa Cooper, quizá sea mucho mejor. En tu mano está disfrutar de él. Con moño o sin él, con bikinazo, bermudas y vestidos fresquitos que es lo que te pide el cuerpo.
Eso sí, yo si veo a Seth en mitad de la playa no saldré corriendo, que luego me salen rozaduras.
18 comentarios
Me he sentido súper identificada con este artículo. Al principio pensaba que era la única que veía una silla de plástico y se echaba a temblar ( tuve dos malas experiencias con sillas de mi tia rompí la silla), pero agradezco no ser la única!!! Y, ufff, no se si os pasa pero también me avergüenza sentarme en una silla y dejar una línea de sudor. En cuanto, a la ropa de verano, la odio!!!, que me puede encantar la ropa corta (no lo niego), pero la sensación de verme en el espejo y pensar que no me queda nada bien esta presente «toelrato». Y, por no hablar de la playa llevo 6 años sin ir porque no me siento cómoda con el bañador (Imaginaros vivir en el sur de Andalucia a 10 minutos de cabo de gata y tener un » pu****** color blanco nuclear») pues sí esa soy yo: preocupada por las sillas, por la ropa, por verme bien.
Comentario by Mividamisnormas on 22 de junio de 2016 at 10:37Nudismo no lo contemplas?
Comentario by vincenzolaguardia on 22 de junio de 2016 at 11:46Me encantaría contemplarlo en mis planes, pero en este momento no.
Comentario by Mividamisnormas on 22 de junio de 2016 at 12:06Yo soy detractora del verano, principalmente porque sudo como si no hubiera mañana y voy dejando el reguero en todas las sillas como si fuera un caracol (solidaridad con las fuentes andantes, dueños de terrazas y demás sitios, pongan un mantelete, un cojín, algo, por favor)
Comentario by Sara on 22 de junio de 2016 at 12:25Recuerdo que el verano era una tortura para mí por mis complejos. Ahora paso de ellos y de lo único que me arrepiento es de todas esas tardes de agosto en casa en vez de en la playa.
Comentario by porencimadelamedia on 22 de junio de 2016 at 13:23Yo siempre llevo shorts en verano y me he sentido muy identificada con el arte mudejar xD Siempre se me quedan marcados los dibujitos de las sillas. Mis favoritas las que son de metal con un dibujo de red, que te deja la cacha como granulada.
Comentario by Helena RM on 22 de junio de 2016 at 14:39Yo siempre llevo una rebequita y no para taparme los brazos. Llego, la coloco en la silla y tan contenta. No me quedan las marcas (que duelen, además) y no dejo marca de sudor en la silla. Eso sí, al llegar a casa la pobre rebequita a la lavadora directa.
Comentario by Iria Rodríguez Pérez on 23 de junio de 2016 at 10:14Ooooh, ¡qué buena idea! Te la copio vaya. Muchas gracias :D
Comentario by Helena RM on 23 de junio de 2016 at 13:41Para eso estamos ;)
Comentario by Iria Rodríguez Pérez on 23 de junio de 2016 at 14:48También sirve un foulard, que además es más fresquito y da menos calor a las cachas, jajajaja
Con 9 años rompí una silla de esas de propaganda en la piscina municipal, casi me muero de vergüenza, si de mi dependiera las unía todas en una pila y hacia una hoguera con ellas que como acá en Alicante es San Juan pues mira hasta pega y todo lo de quemarlas. Haber si vas a pagar un pastizal por una cervecita que les cuesta que el mobiliario sea de calidad.
Comentario by Inma Rodríguez on 22 de junio de 2016 at 17:28muy bueno todo, super identificada jaja
Comentario by Ana G. Ruiz on 22 de junio de 2016 at 17:53Lo único que me mola del verano son mis vestidos largos… los atesoro como si fueran de oro porque son bastante difíciles de conseguir y me encantan, cuanto más estampados mejor.
Por cierto, no viene al tema pero me pregunto cómo es que las señoritas de la foto de cabecera tienen lorzas pero ni rastro de celulitis… y no es esta foto la única en la que se se retoca la piel de naranja de las modelos, lo difícil es encontrar fotos de gordibuenas sin retocar.
Comentario by Rbk on 22 de junio de 2016 at 19:37Tengo el bikini rosa. Y es genial.
Comentario by Miriam on 22 de junio de 2016 at 22:44Sillas plegables tipo libro, de madera, las típicas de repuesto en fiestas y barbacoa. Probad a romper 2 en casa de familiares (yo creo que era la misma que me la pusieron dos años seguidos) y ya veréis qué alegría y qué alboroto y qué cara de tensión se le queda a la gente cuando te vas a sentar. Las odio.
Comentario by Iria Rodríguez Pérez on 23 de junio de 2016 at 10:10A mi me gusta el verano, el invierno en el norte se hace muy largo, empieza en noviembre y hasta mayo facil que dura, así que el calor es bienvenido. Yo sí que saco mis lorzas al sol, me pongo bikini porque odio tener la tripa mojada y pantalones cortos y vestidos y todo, porque al final he llegado a la conclusión de que al que no le guste que no mire, yo ya soy muy mayor para andar pensando en lo que diran los demás.
Comentario by arantxa on 24 de junio de 2016 at 16:01Lo único que no me gusta de la ropa de verano es que nunca encuentro el sosten sin tirantes ideal para mis peras talla 100.
Que sepas que haberlos, haylos…. hasta para una 110…
Comentario by Rbk on 25 de junio de 2016 at 12:42Tanto Shelmark como playtex los tienen, con silicona en la parte de arriba para que no se deslicen y te puedo asegurar que hasta puedes bailar, saltar y trotar a caballo con ellos, que no se menean.
Pues me acabo de acordar de las sillas de una cafetería, muy bonitas, de madera, pero con todo el armazón de la espalda unido a los reposabrazos, y bien alto todo el conjunto. Entré por gravedad, aunque la noté justita no me preocupó ni me hacía daño, pero cuando me levanté la silla vino con mi trasero y me paré en seco a mitad de elevación. Ahora me puedo reír, hace ya la tira de esto, pero aún recuerdo la vergüenza que me dio en ese momento…
Comentario by martamario on 26 de junio de 2016 at 15:20Muy bueno
Comentario by Javi Sanchez on 9 de agosto de 2016 at 17:05Política de Comentarios de Weloversize
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