Últimamente hay mucho meme y mucho memo por Facebook. La verdad es que estoy un poco cansada de que se metan con las gordibuenas a las que les gusta marcar su esencia con un poco de tela picantona, ¿qué pasa si quiero embutirme en un vestido? ¿Qué pasa si quiero marcar mis curvas?

Pues parece ser que eso es un mal mayor, que debería estar penado con máxima condena, el horror entre los horrores y por lo visto solo tenemos derecho a salir a la calle con un saco porque si no somos el antimorbo en persona, algo antinatura.

¡Anda y que os peten! A los memes y a los memos, yo me visto como quiero y si me apetece ponerme una sotana o embutirme en un condón de látex pues ¿qué os importa?

Creo que hay ocasiones y momentos para todo, que no siempre tenemos que ir con ropa holgada y que no siempre tenemos que ir marcando lorza, pero que la decisión es nuestra y no depende de nadie, que somos nosotras la que tenemos el poder de elección, que somos nosotras las que decidimos lo que nos apetece y cuando nos apetece y que si no te agrada pues te haces un Pimpinela y pegas la vuelta.

VOMITO
VOMITO

Lo malo es cuando esas imágenes, o esas frases nos hieren en la patatita, y es que la mujer es insegura por naturaleza propia y sin quererlo muchas veces hacemos caso a esa voz interior que le da la razón a estos sin nombre.

¡No hagáis ni caso! Sed vosotras mismas, haced lo que os apetezca siempre y cuando os sintáis bien con ello, pero no os dejéis llevar por un par de comentarios o fotos estúpidas que seguramente serán montajes de gente con el suficiente tiempo libre como para ponerse a maquinar esas chorradas.

Vivid, con vuestros kilos, con vuestros cuerpos, con vuestras ganas de salir un día a la calle y comeros el mundo.

Vivid con ganas y sin miedo porque yo he descubierto algo en estos años y es que nadie nos juzga ni nos hace más daño del que podemos hacernos nosotras mismas, así que, quereos con todo, con vuestro salchichismo erótico o con el hábito, simplemente quereos tal cual y si os apetece marcar chica que os quiten lo bailado.

Mónica Delgado