Si alguien no te valora, no te quiere como debería, y si no lo hace, NEXT.
Fácil es decirlo, pero cuando una está cegada por el amor o la necesidad de tenerlo, se le pasan las señales de que eso no lo es facilísimamente.
No necesariamente tiene por qué ser tu Crush el que no aprecie lo que tiene al lado, pero normalmente es la persona con la que más tiempo compartimos y más intensidad ponemos. De toda la vida ha habido amigos, jefes, familiares… que les importaba un cagarro quien tenían en frente y no sabían valorar la joyita (o diamante en bruto) que eres tú en toda tu existencia.
Las relaciones tienen su aquel, por no deciros su complicación. Cada uno las lleva a su manera y no por eso son mejores o peores mientras que todo el mundo esté happy, pero si te empieza a dar en la nariz que hay ciertos cambios en tu pareja que ponen en duda su amor por ti intenta centrarte en lo que recibes y no es vuestra historia en común:
1. De apoyo incondicional a condicional.
Era tu BAE (Before Anyone Else) y tú el suyo, pero ahora ya no sabes qué lugar ocupas para él. Te ha fallado en contadas ocasiones pero le falta tiempo para perder el culo trás su amigo que ha tenido de nuevo la crisis de la semana. Puede que incluso cuando le has dicho que estás dolida por esto te haya montado la marimorena. ¿Qué está pasando aquí? Pues que este señor que solía beber los vientos por ti casi ya no se acuerda ni de tu nombre. Bien claro lo deja el dicho: El peor desprecio es el no aprecio.
2. De memoria, la alineación del FIFA y ya.
Si cuando le has dicho que pensabas en ir a cenar fuera la semana que viene por tu cumpleaños su cara ha sido de «¿tu qué?», o le has hablado de cuando os conocisteis y ni siquiera lo ubicaba en la estación del año, este señor se merece una patada en el culo al salir por la puerta y candarla bien para que no vuelva a entrar. Una cosa es tener mala memoria y otra es no solventarlo con los avisos de eventos de Facebook o una simple alarma en el móvil. Está claro que no le interesa mucho recordar según que cosas.
3. La diferencia negativa.
Si, te hace sentir diferente a todos los demás, pero para mal. ¿Cómo ha podido pasar de ser todo detalles contigo a hacerte favores a regañadientes?. Es obvio que no está cómodo contigo y no lo quiere admitir o no está preparado para ello aún, pero tú si, o deberías. Que te trate peor que nadie es injusto y de ser un capullo. Al principio te coló la excusa de que «está muy estresado con el curro» pero ese estrés sin embargo desaparece con cualquier otra persona que no seas tú. Aquí apesta a capulleitor y le puedes mandar a la mierda rapidito.
4. Con las manos llenas y la boca callada.
Eso si, aquí el amigo recoge todo lo que le des, porque tu amor ha mantenido un flujo constante hacia él; pero dar las gracias, poquitas. Parece que ha asumido que lo tuyo es darle y darle; y más que un gesto de generosidad y amor parece ya tu empleo a sus ojos. Si ya no aprecia que te levantes a hacerle el café mientras se ducha para que pueda estar 10 minutos más contigo en la cama; que cuando has ido a la compra le has traído su chocolate favorito o que le has recordado que tiene cita en el dentista esta semana, este tio no te merece. Gracias es una palabra que se pronuncia rápido y es gratis; un beso en la mejilla, una sonrisa… ¿tanto trabajo le cuesta? ¡Pues que se lo haga él solito!
5. Si la distancia es física probablemente refleje la emocional.
Si ha dejado de cogerte de la mano, de besarte tanto como antes y se va de casa diciendo un «Chao» a lo lejos cuando antes no podía cerrar la puerta sin comerte bien los morros, probablemente es que se le ha enfriado el corazón. Por alguna razón, este hombre que aún llamas novio, ha empezado a poner aire de por medio hasta que decida poner tierra.
Querida, no esperes a que te deje, si no te hace feliz hazlo tú. No se trata de que seas radical pero cortar por lo sano siempre estuvo bien para relaciones y pelo. Puedes darle la oportunidad del diálogo (que probablemente lo hayas hecho ya como unas mil veces) y después decirle See you NEVER. Porque tú si te das el valor que tienes y no está la miel hecha para la boca del asno.