Las relaciones sexuales y sobre todo al principio están rodeadas de expectativas, dudas, rumores, ideas preconcebidas, y un largo etcétera que lo único que hace es volverte loca y no saber muy bien por donde tirar muchas veces.

Aquí te traigo una pequeña guía que puede aclararte muchos puntos si estás empezando a tontear con la sexualidad en su amplia gama de situaciones, para ofrecerte un poco de claridad y sobre todo desterrar ciertos mitos que lo único que hacen es entorpecer la situación. Hoy hablaremos de las situaciones heteros hombre-mujer, pero pronto lanzaremos post orientados a relaciones homosexuales etc.

  1. La confianza y el deseo son clave

Mucho se está hablando del consentimiento, y está claro que es un punto muy importante a tener en cuenta, pero hay otro que muchas veces pasa desapercibido, y es el deseo sexual. Encontrarte a gusto con esta persona, cómoda, hará que la excitación y el placer vuelen, y sin esto no hay nada, por lo que amiga mía este será tu punto de partida.

  1. La paciencia

Si hija si, la paciencia madre de toda la ciencia (o algo así decía mi abuela), cuando tenemos nuestros primeros encuentros sexuales (o los siguientes también eh no te vayas a pensar que esto se pasa del todo) nos puede un poco el ansia, al principio todo es nuevo y diferente y quieres hacerlo y probarlo todo y si es a la vez ¡mejor!

Pero si algo es bien sabido es que las prisas no son buenas y menos en el sexo, por lo que ir muy deprisa a hacer algo, no respetar los tiempos de mí misma o de la otra persona, hará que el encuentro sexual sea un poco un desastre.

 

  1. Por dónde empezar

Pues normalmente se empieza por el principio ¿no? Pero sobre la sexualidad hay muchas falsas creencias, todas muy centradas en la penetración y en el orgasmo, considerando lo anterior a esto como los “PRELIMINARES” y ¿por qué odio esta palabra? Porque les hace bastante de menos, el juego, los besos, las caricias, la masturbación, el sexo oral, todo lo que se os ocurra puede ser y es muchas veces más placentero y divertido.

Si focalizo todo en que al final tengo que meter el pene o que me lo tienen que meter, primero no estaré 100% pendiente de lo que me están haciendo en ese momento por lo que no lo disfrutaré igual, y segundo, pienso que la penetración va a ser lo más de lo más, y esta expectativa suele generar más frustración.

 

  1. La masturbación

La masturbación es una de las grandes prácticas dentro de la sexualidad, infravalorada en algunas ocasiones, pero amigas mías seamos sinceras bien hecho puede ser lo más de lo mas. Lo primero para entender que una masturbación está bien hecha o no te la has tenido que hacer tu solita. Sí amiga mía, hay que tocarse bien y mucho, porque si tú misma no conoces tu cuerpo, ¿Cómo pretendes que el otro lo haga?

Porque seamos muy claras, las primeras veces bastante tienen ellos con mantener una erección y no correrse antes de tiempo, como para encima estar venga a tocar botones a ver cuál es el que te gusta a ti, es mucho más fácil que tu le guíes y le enseñes ¡No pasa nada! Él lo va a agradecer créeme.

 

La clave hablando de sexualidad femenina siempre va a residir en tu clítoris, esa pequeña parte situada en la parte superior de la entrada de tu vagina, esa es la zona en la que te tienes que concentrar, es verdad que puedes acompañarla con estimulación vaginal con los dedos, pero centrarse en esta zona es mucho mejor.

Hay que acariciar la zona con mucho cuidado ya que es muy sensible, hay chicas que incluso no aguantar un contacto directo y lo estimulan de forma indirecta, tocando las zonas de alrededor, investiga cómo reacciona tu cuerpo a diferentes estimulaciones.

 

  1. Sexo oral

Esta práctica también suele traer un poco de cabeza las primeras veces, porque seamos claras no es tan fácil como parece. En el caso de hacérselo nosotras a ellos, nos solemos poner un poco nerviosas, entre ganas e inseguridad se maneja la cosa. Muchas intentan de primeras meterse el pene entero en la boca y lo que consiguen más que placer en ellos es atragantarse ellas, hay que saber que el glande (la cabeza del pene) es la zona más sensible y donde te puedes concentrar mejor, puedes lamer, chupar o succionar siempre con cuidado, también es bueno preguntarle a tu pareja si le está gustando y el te irá guiando.

En el caso de los chicos, es verdad que puede ser más complicado, ya que nosotras tenemos como “más piezas”, es importante centrarse en lamer la zona del clítoris, de una forma más o menos rítmica y siguiendo un movimiento de arriba abajo o de lado a lado, eso de hacer el abecedario con la lengua puede poner más nerviosa que otra cosa, y os podéis ayudar de un dedo o dos, introducido dentro de la vagina y realizando como el movimiento de “ ven aquí” a la vez que lamemos el clítoris.

 

  1. La penetración

Y os hablaré bien de ella, porque aunque os suelte mi royo de sexóloga sobre que no hay que poner en un pedestal esta práctica, muchas por dentro estáis pensando sisi lo que tú digas pero ¡Yo quiero penetración!

La penetración las primeras veces puede costar bastante, es muy frecuente el no entra y esto puede ser debido a varios motivos. El principal es creer erróneamente que hay algo que dificulta la entrada del pene como el himen, se piensa que es como una barrera que está ahí y no permite que este entre, nada más lejos de la realidad, en muchas ocasiones el himen ya está roto, o si no, este tiene una capacidad de estirarse sin problema, por lo que no tiene ni porque dificultar la penetración ni producir molestia.

 

Si existen molestias en las primeras relaciones vienen producidas porque o no se está lo suficientemente excitada y no se ha dilatado antes la vagina con los dedos o porque al estar nerviosa o tensa apretamos los músculos vaginales sin darnos cuenta.

Sin aun así cuesta que el pene entre, hay que saber que el pene hay que guiarlo, es decir cogerlo con una mano, llevarlo a la entrada de la vagina (hay que saber donde está por eso mírate con un espejito y luego explícaselo al) y colocarla ahí, una vez que se encuentre en esta posición empujar poco a poco hasta que entre del todo.

Las mejores posturas para esto es nosotras encima, manejando el pene con nuestra mano y dejándonos caer encima, o si os cuesta, nosotras a cuatro patas y el detrás, ya que desde esta postura la vagina se abre mucho mas y queda más expuesta.


Los encuentros sexuales pueden ser muy diferentes, la excitación, el deseo, las fantasías, pueden hacer que todos sean muy distinto entre ellos, tener paciencia y disfrutar de todo lo que se hace será la clave para disfrutar plenamente.

Aida Vallés Psicóloga especializada en Sexología y Terapia de Pareja, [email protected]