Cada familia hace lo que puede y quiere, está claro. Los niños traen muchos días sin saber qué hacer para que estén entretenidos, así que cada cual hace lo que sabe o tiene a la mano. Simplemente, creo que hay planes que gozan de demasiada popularidad. En concreto, estos:

1. Eurodisney

Hemos llegado a niveles en los que ir a Eurodisney se ha convertido en un hito de la infancia que hay que completar sí o sí. Hablo de lo que conozco, obvio, pero es así. Padres y madres se pasan años ahorrando para hacer algo que casi no se pueden permitir: aviones y estancias prohibitivas en hoteles para que su hijo/a vea cabalgatas, atracciones y personas disfrazadas. Te dirán que no hay Reyes Magos, cacharritos de la feria, carnavales y otros planes gratuitos o a un coste menor que puedan compararse con esto.

2. Las luces de Navidad en el centro de la ciudad

Si vives en una capital de provincia muy turística, lamentarás como yo que el centro se haya convertido en un parque temático. Llegan fiestas y es no poder andar de gente que hay, soportar los ruidos de “mappings” y otros espectáculos a todo volumen y que te deslumbren las luces cegadoras que te entran por la ventana.

Hay padres que no conciben que sus hijos se pierdan ese ritual de Navidad. ¿Cómo van a ser sus niños los ÚNICOS que no vean tales espectáculos? Estoy segura de que a ellos una visita a los belenes de cualquier pueblo, un cuentacuentos navideño, una sesión de títeres o cocinar dulces típicos les haría la misma ilusión sin tanta masa de gente, pero en fin…

3. Los restaurantes con zona de juegos

Aparentemente, es un planazo: comer “tranquilamente” mientras el niño desfoga en la zona de juegos. Yo he tenido que rescatar a mi sobrino de entre una masa de piernas y cabezas en una cama elástica minúscula a la que se habían metido 10 o 15 niños. Estará bien para algo ocasional y con vigilancia permanente, no digo que no, tampoco es que haya que tener a los niños en burbujas. Pero como plan fijo de todos los fines de semana no lo veo.

4. Los zoológicos

Depende del zoo, claro. Esos tipo safari didáctico en los que le puedes dar de comer a la jirafa, que goza de muchísimo espacio, parecen interesantes. Pero aquellos de toda la vida en el que los animales viven en poco espacio, y explotados para hacer piruetas que hagan las delicias de grandes y pequeños, me dan repeluco. Una cosa es trasladar conocimiento y respeto a los animales. Otra es favorecer un pensamiento especista desde la más tierna infancia.

5. Los viajes largos

Trasladar miles de bártulos, restringir su necesidad de movimiento durante horas en un medio de transporte, gastar un dineral… ¿Hay necesidad? Sea con niños o sin ellos, lo de viajar se nos ha ido de las manos y está sobrevalorado. No hay más que ver los efectos del turismo masivo y descontrolado. ¿De verdad ellos disfrutan más en una playa paradisíaca para la que haya que coger avión que en la piscina municipal? Lo dudo.

6. Los cumpleaños en naves

Esto se ha puesto muy muy de moda en mi entorno. Las familias alquilan naves y se gastan cientos de euros en un día, solo para celebrar un cumpleaños. Hay de todo: profusa decoración de La Patrulla Canina, varias colchonetas y castillos hinchables, chuches para niños y comida para adultos a espuertas y, a veces, incluso animador/a infantil.

Hay quien se lo puede permitir y hay quien se estrangula económicamente por el agravio comparativo: simplemente, no quieren que sus hijos tengan menos que el resto. Y la cosa es que los niños acaban yendo a naves todas las semanas, así que ya no se plantea como algo novedoso y se cansan y aburren. Un dineral que la familia se podría haber ahorrado con juegos y una yincana en el parque, más divertida y más barata.

cumpleaños

7. Los centros comerciales

Mi hermano y mi cuñada, por ejemplo, están fidelizados a esto. No hablo de los días de lluvia, ni de ir al cine o a un restaurante, sino pasear por allí sin más objetivo que echar la tarde atrás.

¿Necesidad de rellenar horas con cualquier actividad, sea la que sea? ¿Falta de creatividad? ¿Simple diferencia de gustos y aficiones? Lo que sea. Pero creo que hay planes familiares habituales que necesitan una revisión a fondo.

Esse