A lo largo de los años conviviendo con las migrañas, he ido descubriendo y comprobando, con ayuda de mi neurólogo, una serie de alimentos que desencadenan, producen o incentivan la aparición de una crisis migrañosa.  Hablando con otras personas migrañosas, me he dado cuenta de que algunos de estos alimentos son comunes para casi todos y otros, son más concretos. He usado la clásica estrategia de probar un día entero comiendo esos alimentos y ver si el resultado era una migraña de campeonato, una migraña «normal» o mi cabeza seguía tranquila y hoy quiero compartir con vosotros la lista de esos «alimentos migrañosos» por excelencia para mí por si os sirve de ayuda. ¿Empezamos?

1.Alcohol

 

¡Oh si! Sí hay algo peor en este mundo que las resacas son las resacas de una persona migrañosa. De este tema, mi neurólogo y yo hemos hablado mucho, él por su afición al vino y yo por mi amor a la cerveza. El alcohol no es nuestro amigo, pero os confieso que es uno de los integrantes de esta lista que yo consumo ocasionalmente. Sin intentar pasarme pero es que la vida sin esas cervezas los amigos o esas copas de Malibú-Piña de madrugada no sería lo mismo.

2. Embutidos

Sobre todo el chorizo. Y me gusta. Mucho. Muchísimo. Pero es uno de los alimentos que más incidencia tienen en mi loca cabeza, es comer tres rajas de chorizo y en menos de media hora querer morirme del dolor así que es uno de los que más respeto. Menos mal que con el lomo no me pasa y puedo ser feliz.

3. Chocolate

 

 

El mayor drama para muchísimas personas migrañosas es el maldito chocolate pero aquí la que escribe tiene la suerte de que el chocolate no le da más y no sufro por no comerlo. Hablo de chocolate pero podemos extenderlo a todo el cacao en general. La vida migrañosa es mejor sin él.

4. Lácteos

He procurado eliminarlos al 100% de mi dieta y gracias a los intolerantes a la lactosa y al Mercadona eliminándola de muchos productos ha sido mucho más fácil encontrar alternativas con las que me siento bien. Los lácteos han sido una carrera de fondo, poco a poco, quitándolos todos y un tiempo después de estar sin consumirlos es cuanto sientes que estás mejor. No es un alimento que me provocará una migraña como ocurre con otros pero comer sin lácteos me sienta muy bien.

5. Cítricos

 

Fuera cítricos sólidos de mi vida, bienvenidos cítricos en zumo. No me preguntéis porqué pero mi cabeza tolera los cítricos exprimidos pero no le hables de comer una naranja entera que te la lía. He constatado que no soy la única.

6. Lentejas

Lentejas. Escribo la palabra y babeo sobre el teclado. Mi reino por unas lentejas de la señora madre. Las lentejas son mi mal mayor de esta lista. Es comer dos cucharadas  de ellas y querer morir, pero morir de verdad. No sé que narices tienen que me invocan a la maldita migraña y ésta viene cagando leches.  Y las muy condenadas, me encantan, me vuelven loca, me rechiflan. Os confieso que al menos una vez, le he dicho a mi madre que me las cocinara y después he ido corriendo a tomarme la medicación y meterme en la cama. Una locura, una irresponsabilidad pero es que las lentejas son muchas lentejas.

7. Café

 

 

Café y migrañas no son una buena combinación. ¿Mi truco para no renunciar a él por completo? Cafés muy poco cargados, poco café y mucha leche, sin lactosa, por supuesto.

8. Salchichas Frankfurt

Me pase parte de mi infancia devorando, cuando nadie me veía, salchichas frankfurt recién cogidas de la nevera. ¿Quién quiere freírlas o cocinarlas de otra manera si ya saben perfectas así? Salchichas con queso, de las buenas. Hasta que me di cuenta de que día que comía varias de ellas, día que la migraña aparecía para quedarse.

 

 

 

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