Nunca he hecho algo así, pero hoy escribo a WeLoversize porque quiero romper una lanza en favor de las citas online. Y es que a veces ligar online sale bien.

Yo empecé en apps relativamente pronto, demasiado joven y, realmente era muy ingenua. Pese a que fui utilizada, menospreciada y abandonada en muchas ocasiones (la mayoría por ser gorda), también he encontrado gente maravillosa. No solo al que hoy en día es mi pareja, sino que a amigos que merecen muchísimo la pena. 

Cuando conocí a mi novio ya estaba muy desencantada de las apps, de los tíos, de las tías y de conocer gente. Acababa de pasar por un golpe de realidad muy duro y estaba entrando en mi periodo más depresivo. Entonces, cuando ya no lo esperaba, apareció un chico bastante guapo, pero que me costaba entender que se estuviera fijando en mí. Durante un tiempo dudé en si darle una oportunidad, y al final fue una amiga la que me animó a darle una oportunidad.

No parábamos de hablar. En esa época, Instagram me funcionaba fatal y se me bloqueó todo, así que me lancé, le pedí el número y como soy muy boba, cuando me lo dio conté mal los números y pensé que me estaba vacilando. Se lo dije y se rio de mí y de lo paranoica que me puse, efectivamente el número era correcto. Y lo que daba miedo eran mis escudos protectores después de tantos escarmientos.

Quedamos un día y todo genial, él es maravilloso, un ser de luz. Al día siguiente volvimos a quedar (aunque juró que no volvería a mi pueblo porque pilló un atascazo de dos horas el día anterior) porque yo estaba fatal por suspender el práctico. Se plantó en mi casa con chocolate y un vale (hecho a mano) para ver Spiderman 2. 

La historia continúa, pero os diré que a día de hoy seguimos juntos y ya van más de dos años. Por casualidades de la vida hemos acabado en la misma carrera (los dos nos equivocamos al elegir nuestra primera carrera) y, aunque somos como la noche y el día, nos queremos mucho. 

Así que, amores, sí hay gente por ahí que quiere lo mismo que quiera cada unx, el problema es que hay mucha gamba rancia por el camino.

 

Lucía Díaz

 

Envía tus vivencias a [email protected]