Perdimos a nuestro abuelo demasiado pronto. Siempre pensé que quien estuviera allí arriba quería llevárselo para tenerlo cerca. Privándonos de él, de todo lo que le quedaba por ser. De lo que nos quedaba por compartir. Y es que era la persona más maravillosa que se pudiera conocer. Sus manos eran mágicas. Conseguía todo lo que se proponía, y no paraba de proponerse cosas. La historia de amor que compartió con mi abuela fue épica. Yo siempre la quise para mí, y aún sigo buscando a alguien con el que poder sentir esa magia que desprendían juntos. Nunca he dudado que fue el hombre de su vida y que siempre le querrá con todo el alma y que parte de la suya se marchó con él. Porque cuando pierdes lo que más quieres, la vida no puede seguir igual. 

Pero, al final, la vida sigue. 

El otro día, con la inocencia propia de los niños, mi prima pequeña le preguntó si podría volver a querer a alguien más. Y mi abuela respondió:

“ No cariño. Eso ya no es para mí. Yo ya lo viví ”

A mí se me partió el corazón pero no dije nada. Bastante ha sufrido por todo aquello que le quitaron demasiado pronto. Pero, ¿tiene razón al negarse a amar a otro hombre de nuevo porque “ya lo vivió”? ¿Existe solo una oportunidad de amar? 

Mi abuela nació y vivió en un mundo desolado por guerras y dictaduras. En el que la mujer comenzaba a dar sus primeros pasos como persona. Y su meta vital era casarse, formar una familia y cuidar de ella. Mi abuela no tuvo las oportunidades que tenemos nosotras. Ni tampoco la libertad. Aprendió y tomó sus decisiones coaccionada por la sociedad en la que le tocó decidir. Y no es justo para ella pensar que la pérdida de mi abuelo conllevaba perder la oportunidad de volverse a enamorar. De otra forma, con otra intensidad. 

No dudo de que mi abuelo es y será el GRAN AMOR DE SU VIDA. Ella lo decidió y le quiso de ese modo. Pero no tendría por qué ser el único amor que esté en ella. Podemos perder a las personas a las que amamos de muchas formas. Algunas irrecuperables, otras más dolorosas que otras. Y, aunque muchas veces nos empeñemos, nunca podremos olvidarles. El amor es así. Lo sientes, lo disfrutas, aprendes a amar mejor y a que te quieran como mereces. Pero nunca desaparece. 

Nunca hay dos iguales pero puede haber más de uno. Aunque los hay más buenos. Más fuertes. Menos dolorosos. Más jóvenes. O más maduros. Pero siguen siendo “amores” y siguen llenando la vida de una forma u otra. No hay edad para amar. Ni un número claro de personas que tienen que estar en tu vida, por lo menos, a elección propia. Y es que, podemos tener amores con los que nunca hemos compartido nada. Amores que no sintieron lo mismo por nosotros pero por los que nos dimos enteras.  y sólo por eso, merece la pena la oportunidad.

Cómo bien decía Theodore en Her “el  corazón no es como una caja que se llena. Crece en tamaño mientras más amas

Siempre deberíamos estar dispuestos a amar sincera y profundamente. Olvidándonos de cualquier barrera, que al final solo nos impiden el paso al “más allá”. Deberíamos dejar de conformarnos con el “ amor a medias” o el amor que ya hemos vivido y agotado. Porque soy de las que piensan que el amor nunca se va pero las personas que aman, a veces, tienen que marcharse para no volver porque ya vivieron todo lo que deberían.  Y no pasa nada, porque somos PLENAMENTE capaces de volver a amar con la misma intensidad si nos dejamos. 

Por todo ello, abuela,mereces que te quieran pero, sobre todo, mereces volver a querer.

@Vega.ese