San Francisco es, sin haberla pisado, mi ciudad favorita del mundo desde que cuando era una canija desdentada veía Padres Forzosos y me rechiflaban aquellas casas de colores y ese puente por el que creí pasar alguna vez de camino de Extremadura, cosas de la infancia. Y de la autopista del Huerna.

Total, que no he empezado y ya me voy por otros derroteros, que si San Francisco ya me molaba por un motivo tan simple como ese, ahora me mola el doble por otro motivo igual de simple. Allí, en esa ciudad de casas adosadas y cuestas interminables, han inventado una bebida para hacer frente a la resaca.  ¡Un hurra por ellos!

Sí, habéis leído bien, una bebida antiresaca. Un líquido más mágico que el agua con misterio que me ayudará en esa ardua tarea de salir de fiesta y aprovechar el día siguiente como si por la noche yo sólo me hubiera tomado un tazón de leche caliente. ¿La única pega? Quizás la mayor, que aún no se vende en este nuestro país aunque sí que se puede conseguir por Internet. O eso dicen. Ojalá llegué pronto aquí y ya, puestos a pedir, ojalá la seguridad social la financie. ¡Todos mis impuestos para financiar barra libre de esta bebida! Sólo por el ahorro en omeoprazoles, ibuprofenos y demás que se conseguiría, merecería la pena la financiación. Estoy segura.

¿Qué lleva? Pues así, hablando entre nosotras, por lo visto es un probiótico que han modificado para que se pelee con el etanal y le gane. ¿Qué quién es el etanal? No tengo el gusto de conocerle cara a cara pero me han dicho que es el culpable del malestar ese tan de domingo y oye, que ya me cae mal. Vamos, que mi yo irresponsable se imagina que tras ingerir la bebida en cuestión puedo salir a beberme hasta el agua de los floreros sin pensar más allá porque dentro habrá unas bacterias peleándose con las otras que me quitarán la resaca. Es que lo visualizo en un capítulo de La Vida es Así, en plan esos glóbulos con patas y naves espaciales corriendo por el cuerpo para eliminar resacas. Es lo más.

La bebida en cuestión son 15ml de nada, un chupito, que tú te tomas antes de empezar a hincar el codo y te despreocupas. Se llama ZBiotics y cuesta entre 9 y 12 dólares, que una cosa os digo, si de verdad funciona, no habrá dinero mejor invertido. ¿Qué son un puñado de dólares con la felicidad que da salir a tomarte unas cuantas cervezas, cenar con una botella de vino y luego tomarte dos, o más, malibúspiña y a la mañana siguiente ir a comer a casa de tu suegra como si nada hubiera pasado?

El laboratorio que lo ha creado dice que es totalmente seguro ya que lo que hacen es combinar bacterias como lo ha hecho la naturaleza durante millones de años, así que yo, a tope con ellos y con que inicien la exportación. Y, ¡ojo! Sin perder de vista su lema del que soy fan, fan, fan de libro:

«Bebe como si no hubiese un mañana»

Con ese lema, ¿qué puede salir mal? Nada.