¿Sabéis lo que es el Stealthing?

Es el término anglosajón para definir la práctica sexual o, mejor dicho, nueva forma de agresión sexual, que ha saltado a las noticias recientemente a raíz de las abominables declaraciones vertidas por el tiktoker Naim Darrechi en una entrevista y de las que ya os habló nuestra Eva Campos aquí.

Consiste en que el hombre se retire el condón sin el consentimiento de la otra parte durante la relación sexual, o no lo use cuando se había consensuado lo contrario.

Muchos le habremos puesto nombre ahora que ha saltado esta polémica, no obstante, no es algo que se haya empezado a hacer ayer, por lo que hemos reunido estos testimonios de cinco chicas que nos han contado cómo les hicieron stealthing:

 

  1. ELISA. A mí me pasó hace años con un chico que conocí en un bar. Yo usaba condón siempre, incluso con parejas estables, así que imaginaos con un tío al que acaba de conocer y del que no sabía nada más allá de que me ponía un montón y de que el sentimiento era mutuo. Empezamos a enrollarnos y le pregunté si tenía preservativos o si cogía uno mío. Me contestó que tenía él, seguimos a lo nuestro y cuando me iba a penetrar tuve que recordarle que se lo pusiera. Se levantó a cogerlo del bolsillo de su pantalón y se lo puso de espaldas a mí. Cuando acabamos se dejó caer en la cama, yo me levanté para ir al baño y no sé por qué me fijé y vi que no lo tenía puesto. No le había dado tiempo a quitárselo ni estaba por ningún lado. El muy mamón ni siquiera se molestó en inventarse algo cuando se lo recriminé. Ni en pagarme la píldora del día después que tuve que tomar ni compensar el miedo a que me hubiera trasmitido algo.
Foto de Nataliya Vaitevich en Pexels
  1. CARLOTA. Yo salía con un chico al que le gustaba hacerlo así como muy duro y muy a lo bestia. La sacaba mogollón después de cada empujón y a veces se le salía. Un día estábamos a ello a tope de power y dándolo todo, cuando de pronto se le salió y, aunque normalmente volvía a penetrarme sin problema, aquel día se paró unos segundos y se ayudó con la mano. Cuando terminamos me encontré el condón tirado en el suelo. Lo había hecho todo a propósito para quitárselo sin llamar mi atención, pero no tuvo el mismo cuidado en ocultarlo y disimular para que no le pillara. Tardé mucho en dejar de comprobar continuamente que los condones seguían en su sitio cada vez que me acostaba con alguien. Con aquel gilipollas no repetí, claro está.

 

  1. VALERIA. Tuve un novio que estaba obsesionado con hacerlo a pelo. Teníamos una relación formal y exclusiva, pero yo no quería tomar la píldora ni ponerme un DIU ni nada. Así que no nos quedaba otro método anticonceptivo y yo no iba a arriesgarme a quedarme embarazada. Lo máximo que le permitía era jugar un poco por ahí abajo sin llegar a entrar. Una noche que estábamos superentregados me pilló la penetración por sorpresa y le dije que no se hiciera el loco y que se pusiera un condón. El me dijo algo así como que qué entretenida me tenía que ni me había dado cuenta de que se lo acababa de poner. La verdad es que pequé de ingenua y pensé que sí, que se me había escapado de lo cachonda que andaba. Hasta que cambiamos de postura, le toqué y noté que no lo llevaba.

 

  1. ANA. Yo estaba liándome con un chico y, cuando nos desnudamos, me dijo que se había quedado sin condones, pero que él controlaba, que acabaría fuera y que estuviera tranquila, que lo hacía así casi siempre. Por supuesto le dije que nanay de la china, que no se preocupara porque yo sí tenía preservativos. Entre el careto que me puso y que no le conocía mucho, me dio mala espina. De modo que, cuando volvimos al tema después de ponérselo yo, me quedé medio alerta. Y menos mal, porque de pronto hizo un movimiento raro, lo paré en seco, me zafé de él y sí, se lo acaba de quitar.
Foto de Cottonbro en Pexels
  1. LORENA. Lo mío fue un poco de telenovela y ahora me da risa, pero si lo pienso fríamente me pongo de mala leche, porque, vamos, me la pudo liar, pero bien. El caso es que mi ex quería tener hijos, en cambio yo, al menos en aquel momento, no. Me presionaba muchísimo, al punto de que quise dejarlo. Con el amago de ruptura que tuvimos parecía que se había relajado un poco y pasaron unos meses sin que me sacara el temita de la discordia. Yo había tomado la píldora un tiempo, pero la tuve que dejar porque me sentaba fatal, así que volvimos a los condones. Y entonces él debió de ver ahí el cielo abierto, porque una noche, justo después de hacerlo, me levanté yo primero y le pregunté dónde había dejado el condón para ir a tirarlo. Me dijo que ya lo llevaba él luego. Insistí y se puso a buscarlo en plan ‘ay, que no sé dónde se habrá caído…’. Al final confesó que se lo había quitado justo después de ponérselo. Nunca sabré a ciencia cierta si me lo había hecho más veces, pero, gracias a todos los dioses, el truquito no le funcionó.

 

 

Recordatorio importante:

Prescindir o retirarse el condón sin consentimiento previo de la otra parte es un delito de abuso sexual.

 

 

Imagen destacada de Nataliya Vaitkevich en Pexels