Tengo dos hijos y a veces pienso en qué decirles si alguna vez me preguntan cómo nos conocimos su padre y yo. Porque seamos sinceros, los amores de película de domingo lluvioso no existen y mis disgustos me ha causado darme cuenta de ello. Eso no quita que siga aspirando a recibir el amor tan maravilloso de los viejitos del diario de Noa (Sólo con recordarlo lloriqueo).

Pero la realidad es que ni yo soy Allie, ni mi marido es Noa. Y la verdad es que somos mejores, simplemente porque existimos. Así que por si se les ocurre algún día preguntar, yo ya tengo novelizada mi historia de amor. Porque la misma realidad puede parecer de mil maneras diferentes, yo elegiré siempre la más “Bridget-Jonesca”. Desde luego peliculera sí que fue, a ver qué os parece la versión que les contaré mirando las estrellas al calor del fuego…:

“Veréis hijos, rondaba el verano de 2008  y mi amiga Rosana y yo lo teníamos todo preparado para el que iba a ser nuestro gran fin de semana de Bbk Live. La cosa prometía porque además había cartelazo: The Police, REM, Lenny Kravitz, Prodigy y muchos más!

Estábamos en el mejor momento de nuestra vida, jóvenes , solteras  y dispuestas a darlo todo, así que fuimos previsoras y llevamos dos tiendas de campaña por lo que pudiera pasar…

La primera noche fue una toma de contacto maravillosa en la que nos encontramos con un montón  de colegas y en la que coreamos hasta quedarnos afónicas los grandes éxitos de The Police.

Aunque nos despertamos (solas) con bastante resaca, nada ni nadie nos iba estropear nuestro gran día. Por delante nos esperaban REM, nuestro deseado Lenny y los ritmos de Prodigy. La cosa empezó a fallar cuando mi amiga se pasó vomitando buena parte del día y yo dando tumbos buscando a nuestras amigas entre tienda y tienda. Entre tanto comenzó a llover y para cuando mi amiga mejoró yo me puse mala. Con todo el dolor de mi corazón  escuché de lejos a mi pobre Lenny y saqué fuerzas de donde no las tenía para llegar al siguiente concierto. Pero recordad que era joven y para cuando sonó “Losing my religion”, vuestra madre estaba recuperada al 100%.

Qué mejor  manera de celebrarlo que darlo todo con Prodigy y así lo hicimos. Ni siquiera los litros y litros de agua que caían lograron apaciguar nuestra emoción al escuchar en directo “Smack my bitch up”. Todo terminó pero el subidón lo teníamos en el cuerpo, así que la carpa de djs era nuestra guarida perfecta.

Y allí hijos,  fue donde el destino (en el que no creo) nos iba a cruzar…

Puede que las casualidades existan, no lo sé. Sólo sé que de repente, entre miles de personas me encontré  con vuestro tío , sin saber yo que iba al festival. Entre risas y bailes sentí la llamada de mi vejiga pidiendo auxilio, así  que decidí buscar el wc más cercano. El wc más cercano estaba en ese momento demasiado lejos para vuestra joven madre, que no tuvo mejor idea que subir por una ladera mientras diluviaba para, entre unos arbolitos, descargar un poco el estómago de kalimotxo y José Cuervo. Soy muy hábil , no os preocupéis, subí  perfectamente. Todo cambió al bajar; no me explico qué pasó que resbalé y cual croqueta llegué hasta bajo en un pispás. Puede que el barro tuviera algo que ver…Pero no pasaba nada! 

Recordemos que era joven, alegre y además no tenía ningún espejo para corroborar la cantidad de barro que había en mi cuerpo, ni a qué altura me quedaba ya la raya del ojo. Me atusé el pelo con mi dignidad intacta y entré ardua y veloz a compartir mi grandiosa aventura con mi amiga y mi hermano. 

Me costó un poco encontrarles y cuando pararon de reírse, mi hermano se giró y me dijo (lo recuerdo con la voz en cámara lenta):

  • María, te presento a mi colega Alex (Maarrriiiaaaa tttee prrrreeesssseeeennntttooo aaa mmiii aaammmiiiiggoooo Aaaaleeeeeexxxxx)

Yo le vi y no sé qué me pasó, un aire, una ráfaga  de algo, no lo sé, pero allí , rodeada de miles de personas, borracha y con barro hasta en los dientes (literal) sentí algo que no puedo explicar. A veces he pensado que fue un flechazo, no lo sé. La verdad es que no creo en esas cosas. 

La noche terminó y cada uno nos fuimos a nuestra tienda. Me desperté  pensando en él. Me fui a casa a limpiarme el barro, dormí, cogí fuerzas, volví a subir. Y todo pensando en él. En que quería volver a verle. 

Todo el día deseé encontrarle entre las miles de personas. Es muy grande, pensé, a lo mejor le veo entre la gente…pero nada. Perdí la esperanza viendo a Tequila y el final de la noche fue mágico con el ska de Madness.

Y de repente, cuando cerraban el recinto oí  que alguien me llamaba…y no os lo vais a creer, ¡¡pero era él!! Apareció  de entre la gente para saludarnos y pasamos la noche juntos con mi amiga y su amigo. Entre nosotros no pasó nada, pero yo no podía sentirme mas feliz. 

Fue un caballero y nos ayudó a recoger las tiendas de campaña a nosotras y a la mitad del campamento.  Y no fue hasta dos meses después cuando la vida nos volvió a juntar, para no separarnos nunca más. Y así, hijos, es cómo conocí  a vuestro padre. ”

Pensándolo bien, a lo mejor tengo que censurar un par de cosillas…¡ya lo tengo! ¿Qué  os parece si cambio el tequila por una Coca-Cola?

 

Mari