Es un sentimiento que se repite en bucle de forma sistemática en tu cabeza, que no te deja pensar y te anula. A veces con la enfermedad en forma de hipocondría, llevándote al peor escenario posible. A veces con la rabia y la ira, que te nubla el juicio y saca tu lado más vengativo. Y a veces con la culpa, regodeándote en la defraudación que has ocasionado al prójimo.

Es una voz que te autosabotea y te carga de negatividad. Te ha paralizado el miedo. Miedo a no poder, miedo a que no te quieran, miedo a enfermar, miedo a hacer daño. Te invade un peso enorme, te cuesta respirar y todo a tu alrededor se para, salvo ese pensamiento. ¿Te ha pasado? Entonces sigue leyendo, porque este artículo puede ayudarte.

Creo que a todos nos ha paralizado el miedo alguna vez, aunque algunos somos más tendentes que otros a permanecer en ese nivel de borreguismo durante más tiempo que sólo nos hace daño. ¿Cómo cambiar? ¿Cómo alejarte de la tendencia negativa en la que tu cerebro gira tan cómodamente? ¿Cómo vencer a nuestros propios demonios?

Primero debemos pensar si este miedo es racional o fruto de nuestra imaginación. ¿Estás en una pesadilla o en la realidad? ¿Tiene realmente la importancia que le estás dando? Sal de tu cuerpo y obsérvate como un mero espectador para ver con más claridad. Porque si vives con miedo por qué pueda pasar, por futuros probables que no existen y escenarios que aún no han pasado, tu mente te está boicoteando.

Si realmente existe, acéptalo. Antes o más tarde pero acéptalo. De lo contrario estás fingiendo que no pasa nada. Y cuanto más lo niegues, cuanto más te resistas, más fuerte se hará el demonio y con más fuerza vibrarás en negatividad.

Convierte tus malos pensamientos en productivos y aprende de ellos. Sé que hay una voz dentro de ti que te dice que no vales, que no eres suficiente. Que te vas a morir, que no te quiere nadie, que no te van a perdonar. Y a veces no somos capaces de evitar tener esa voz proyectando miedo en nuestras cabezas, pero lo que sí podemos es responderle. Convirtiendo nuestra falta de seguridad en reafirmación. Convirtiendo el miedo a enfermar en la voluntad de estar más sano. Convirtiendo la culpa en responsabilidad.

Si no eres capaz de responderte positivamente, sal de tu mente. Ocupa tu tiempo en otras cosas que te relajen y te aporten felicidad. Haz una meditación, haz deporte, queda con amigos. Pero si te encierras en el bucle de negatividad sin buscar una salida, lo único que haces es alargar tu sufrimiento.

Y sobre todo perdónate porque con frecuencia somos nuestros peores jueces.  Perdónate por no entender las cosas que te pasan, perdónate por fallar, por equivocarte o por estar a la deriva. Acepta el presente, vive el aquí y el ahora y mira la parte positiva de lo que estás viviendo, porque la vida consiste en caerse y levantarse.

A pesar de todo, si sientes que el problema es tan grande que se te desliza entre los dedos de las manos, si no tienes fuerza para afrontar al miedo, no lo dudes y pide ayuda.

@LuciaLodermann

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