La búsqueda de la felicidad, ese laberinto de emociones que nos acompaña a lo largo de nuestra vida, ese camino a veces sinuoso y otras fácil que nos desespera y nos emociona a partes iguales.
Actualmente parece que ser inmensamente feliz en todos los ámbitos de tu vida es algo obligatorio. Nos venden esa imagen de trabajo, amor, maternidad y éxito en la que todo está perfectamente en sintonía y en la que no cabe un minuto de tristeza, desesperación o enfado.
Parece que o todo en tu vida va bien o no puedes llegar a conseguir ese punto de felicidad plena que todo el mundo quiere y en la que no existen problemas que no puedan solucionarse con una sonrisa o buenas palabras.
Y, ¿qué queréis que os diga? A lo largo de mi vida, a veces aún cuando no todas las facetas de mi vida eran perfectas he sido feliz, muy feliz y, en contraposición, en momentos en los que aparentemente todo era perfecto, he sido muy infeliz y me he sentido muy desdichada. En estos momentos en los que todo iba bien y yo no era todo lo feliz que se supone que debería ser alguien en mi situación me he sentido perdida, confusa e indefensa; sin saber muy bien qué decir o qué hacer; sintiéndome a veces hasta culpable por no ser plenamente feliz.
Y es ahí cuando me salta siempre el resorte de mi madre diciéndome que la felicidad está en las pequeñas cosas, un consejo que con los años va teniendo sentido.
No significa que la felicidad consista en resignarse sin más, sino en entender que las pequeñas cosas de la vida que a veces damos por hecho son las que nos pueden hacer inmensamente felices. No se trata de renunciar a los sueños, sino a aprender que en el camino hacia ellos se puede ser igualmente feliz. Implica que porque algo en tu vida no vaya exactamente cómo habías planeado, puede que no se trate de un fracaso sino de un nuevo punto de vista.
Y es aquí cuando me gustaría volver a todas las veces en las que me preguntaron que qué quería ser de mayor y en las que contesté que periodista o abogada para decir que lo que quiero es SER FELIZ.

Elena Rionda