Estoy segurísima de que a todas en algún momento, nos han pasado anécdotas super curiosas, divertidas, espantosas e incluso, dramáticas en el sexo. En cuanto a mí, me ha pasado de todo y he vivido muchísimas experiencias, de las cuales varias, ya las he contado aquí jiji. Y por supuesto como no podía ser de otra forma, hoy os quiero contar el polvo de la risa: un ataque de descojone en pleno tema. Espero que lo disfrutéis y un poquito, que os sintáis identificadas jajaja

A ver, no sé vosotras pero en mi caso cuando llego al orgasmo, lo hago de forma normal, vaya, la manera tradicional: grito, me alegro, tengo un éxtasis de placer… En fin, lo general por lo que pasamos todas las mujeres. Pero sí que he tenido ciertos momentos en los que al final del orgasmo, no sé por qué me han dado ganas de reír. No por nada divertido o gracioso, o porque me acordase de algo, simplemente me han entrado ganas y punto. Y pensé que se quedaría ahí la cosa… Obviously que no.

El otro día, me dio un ataque de descojone en pleno tema y no sabéis la tarde que tuve… Nada más llegar al orgasmo, de repente, me invadió una risa de estas locas, esporádicas y totalmente escandalosas jajajaja, todavía lo recuerdo y me empiezo a reír. Fue super curioso porque nunca antes me había pasado, aunque tras ello comencé a acordarme de esas ocasiones en las que me han dado ganas de reír. No sé explicarlo muy bien pero es como si al acabar el orgasmo me pulsasen en un botón llamado “el polvo de la risa”, ¿sabéis? Una sensación muy rara.

La verdad es que fue divertido y mi pareja no paraba de preguntarme mientras se reía por mi locura “¿qué te pasa??” jajaja mientras seguía riéndome como una loca escandalosa. “No lo sé” respondía una y otra vez. Eso duró varios minutos, y por mucho que quisiera parar no podía, realmente me sentía como si me hubieran dado en un botón.

¿Os ha pasado alguna vez? Porque tengo curiosidad la verdad, aunque divertido fue un rato jajaja. Creo que mis vecinos pensarían que estoy totalmente loca, pero lo cierto es que me lo pasé muy bien sin saber porqué. TODO UN MISTERIO…

 

Anónimo

 

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