Alguna vez, tomando café, en algún bar, hotel, lo que sea, lo habéis bebido y en vez de café parecía el agua destilada de la cafetera y habéis dicho “Esto no es café” pero aun así ¿os lo habéis bebido y hasta disfrutado? Quizá os habéis metido en una piscina, charca, poza, lo que sea y el agua estaba tibia. Templada.  Y lejos de refrescaros os ha hecho pensar ¿en el meado de vuestras mascotas, hijos o vuestros propios de la ducha? Pero os habéis bañado y hasta sumergido ahí. Pues eso es el efecto aguachirri. Cuando las cosas no están como debían estar, como las esperabas, como normalmente te gustan, pero aun así no puedes dejar de disfrutarlas, de admirarlas, de querer más, de empaparte de ellas: efecto aguachirri.

Cuando conoces a ese tío que no sabes qué tiene, pero te encandila sin que se te haga guapo, ni muy majo, ni muy listo. No te hace especial gracia y no le encuentras nada que te haga tilín. Cuando conoces a esa chica que no sabes por qué, pero no puedes dejar de mirar a pesar de que no dirías que es tu tipo, no te cae muy allá y no te parece muy interesante. Eso es el efecto aguachirri.

 

¿Qué tienen que no puedes dejar de pensar en esas personas? Están más cerca de darte igual que de parar un tren, pero tú estás aguachirriada. No puedes evitarlo. No puedes escapar de ello. Todas hemos estado en ese estado alguna vez: se nos ha hecho el chirri agua con alguien que jamás habríamos, si quiera, dibujado en nuestra mente.

No es una enfermedad, ni siquiera un síndrome. Es un efecto del espacio tiempo. Párate y piensa. ¿Qué pasaba a tu alrededor cuando os conocisteis? Fue en un chiringuito en tu playa favorita, fue justo después de ganar tu equipo de basket la final, te salvó la vida de morir entre terribles sufrimientos, te enseñó tu meme favorito o le gustó tu diadema, algo de lo que tú te sentías particularmente orgullosa aquel día. Siempre hay algo que lo desencadena, pero la ciencia no ha descubierto por qué se sostiene e incluso se ACRECENTA.

¿Por qué te pides el segundo café en la misma cafetería? ¿Por qué te haces unos largos en la piscina meada? PORQUE NO PUEDES EVITAR QUE TE GUSTE Y NO SABES POR QUÉ.

Mierda, es cierto. Te acabas de dar cuenta de que eres víctima de ese efecto ¿eh? Y te preguntarás ¿es incurable? NO pero ¿QUÉ MÁS DA?

Disfruta de tu aguachirrismo. Cuando lo dejes, si ocurre, cuando se te pase el efecto, si se te pasa, te reirás de ti misma pensando ¿en qué leches estaría pensando? Pero si no, si no se te pasa pues tendrás TU historia de amor.

¿Cómo detectar que estás siendo enajenada en el aguachirrismo?

1.- No paras de pensar en todos los defectos insufribles de esa persona a cada hora del día. Mientras cagas, mientras haces jogging, mientras estás en Misa.

2.-No paras de negarte hasta cuando estás en la ducha, que te caiga bien. “No, no, no, no, no” Comiéndote el pincho de tortilla “No, no, no, no”.

3.- Intentas sacar los defectos que tiene delante de otras personas para que puedas reafirmarte en los puntos 1 y 2.

4.- Tonteas con esa persona a lo loco porque crees que juegas sobre seguro porque a ti “no te gusta, no te gusta”. ¿Si no te gusta por qué estás tonteando? “Porque es divertido, y eso” Ya.

5.- Metiste boca una noche de pedo diciendo justo antes “a la mierda”.

6.- Te has tocado no pensando en esa persona si no INTENTANDO dejar de pensar en esa persona. 

Si has respondido sí a cualquiera de los 7 puntos anteriores, tienes el efecto aguachirri. De hecho, si has vuelto a comprobar si te habías saltado uno, porque solo hay 6, o si has repasado mentalmente si esto te pasaba con tu crush por comprobar… Amiga, estás aguachirriada.

Lo dicho, no pasa nada. Solo decirte que dejes de pensar tan mal de esa persona y te entregues a ese cosquilleo que te hace sentir. Descubre si es cosa del momento, si hay algo más o más sustancial. Si no, ya se te irá. Si sí, pues adelante ;)

El aguachirrismo no se padece, se disfruta. Y para el que lo hace es como aquello de que «sarna con gusto, no pica». Pues a tu rollo.

@tengoquenayque