El ghosting, algo que casi todas habremos sufrido alguno y más después del confinamiento. Primero, hay algo que se debe tener claro sobre las personas que lo hacen: no tienen remordimientos. No debemos rayarnos para saber el por qué lo hacen, que es normal porque suele ser de repente y sin señales. Pero es algo que tenemos que dejar ir. Las personas que hacen ghosting lo hacen por cobardía o “comodidad”. Una situación o conversación diciendo que no les interesáis es algo que no quiere hacer, no quieren “ser el malo”, no quieren enfrentarse con esta situación incómoda. Y como no quieren, prefiere desaparecen.

 

Pero, ¿Cómo podemos detectar el ghosting? Me gustaría deciros que se puede hacer antes de conocer a la persona en cuestión, lamentablemente, es necesario haber quedado con esas personas para poder saberlo o intuirlo.

Os pongo en situación, habéis hecho match en Tinder y no paráis de hablar. Existe una conexión y finalmente quedáis. Puede que hayáis hecho bastantes quedadas, es todo genial y hay muy buen rollo.

En una de las citas os acostáis, y de repente la cantidad de mensajes se reduce. Ya no te abre esa persona, le tienes que abrir tú. Te dices que es porque os habéis contado todo o que está cansado y otras posibles excusas. Aquí ya podríamos detectar un posible ghosting, porque como “ya no está interesado no muestra atención. 

Puede que os veáis un par de veces más, lo que te dará tranquilidad sobre la situación de la reducción de mensajes. Entonces, aunque inicies la conversación él te responde horas más tardes y escueto. Tú le preguntarás si pasa algo, y te dirá que no…que va liado. Encima te sentirás culpable porque el pobre ha estado ocupado, y tu te has vuelto un poco loca por nada. Las personas que hacen ghosting suelen poner esa excusa para pasar la pelota de la culpa a la otra persona. Es posible que le vuelvas a hablar primero, para saber si ya está mejor. Te responderá al final del día o al día siguiente. Hasta que al final deje de responder sin más. Después de eso, no le volverás a ver. Da igual que le propongas de veros porque no te responderá. 

Cada vez que le envíes un mensaje lo que él pensará es “¿es que no lo pilla?” “que pesada”. Es así, no sentirá remordimientos y le va a dar igual que te hayan hecho daño. No le afecta porque ha evitado la “situación incómoda”, no han tenido que ser los malos.

Es un proceso tedioso para aquellas que lo sufren, porque hay incertidumbre y no se sabe el por qué. Y sucede todo de repente…Lo que hay que tener claro que no has hecho nada malo, que no es culpa tuya aunque él intente pasarte la pelota cuando pidas explicaciones. El problema es el que prefiere dañar a afrontar la situación. Si en algún momento ves que los mensajes disminuyen o tienes que iniciar las conversaciones…¡Estate alerta porque es posible que se aproxime un ghosting!

 

Irina Madrilley